viernes, 29 de julio de 2011

CAPÍTULO 35 - A PUNTO DE CARAMELO







El se puso rojo del esfuerzo, y lloró desconsoladamente.
- Vamos.. No hagas un drama de todo esto.
- Aquí no pasa, ¿verdad que no?. - Dijo riéndose.
- No, Jessi. Todo está bien. - Dijo entre sollozos.
- Sabes. Creo que te vendría bien beber un sorbo de agua. -Dijo mientras le apretaba de nuevo.
- Seguro esto te ayuda a relajarte un poco.  - Dijo mientras le metía el trapo entero en la boca.
Dios mio, Jessi. ¿Es que ni siquiera voy a poder descansar cinco miseros minutos?. Otra vez a tragar agua como si fuese un maldito embudo.. Y mientras este dolor maldito que me está taladrando la espalda y los riñones. Dios, dios.. Cuando te detendrás..
Un rato después, le sacó el trapo y le miró.
- ¿Que tal te encuentras?. - Dijo mientras rozaba ligeramente su vientre.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Palideció y chilló de dolor.
- Mal, Jessi. Me encuentro muy mal. - Dijo con los ojos anegados de lágrimas.
- Deja de jugar conmigo, por favor. Haz ya lo que sea, por favor. No me tortures mas, haz ya lo que sea que vayas a hacerme. Ambos sabemos que lo harás. - Dijo preocupado.
- Creo que ya estás casi a punto de caramelo. - Dijo mientras le daba un golpecito en el vientre.
- Por favor, por favor, por favor. - Suplicó aun mas asustado.
- Creo que esperaré aun un rato.. Todavía no te duele lo suficiente, apenas si tiemblas. Hay que darle mas emoción y dejar un buen sabor de boca a los apostantes. Y lo voy ha hacer.. - Dijo riéndose.
- Veamos que tal está la presión. - Dijo mientras clavaba una ahuja hipodérmica en su bajo vientre.
- Ahhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- He fallado.. Tendré que repetirlo.. - Dijo mientras la clavaba de nuevo.
La jeringuilla se llenó de pronto de un líquido de color amarillento que rezumaba con fuerza.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
- Si, estás a punto de caramelo.. - Dijo mientras volvía a introducir el pis en su vejiga, por medio de la jeringilla.
- ¿De veras no quieres ir hasta el baño?. Pareces necesitarlo con urgencia. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. Me encuentro muy mal. Por favor. - Suplicó asustado.
- Y en rato te encontrarás peor.. Pero no te preocupes, no será nada irremediable. O al menos no de momento. Hay que dejar que la naturaleza siga su curso. - Dijo mientras le clavaba la ahuja de nuevo en la vejiga y aumentaba la presión introduciendo aire.
- Y ahora trata de relajarte un rato, se que lo lograrás. - Dijo riéndose mientras le clavaba una larga ahuja en la vejiga y le introducía mas líquido.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Jessi. Para, por Dios. Para. - Suplicó mientras contraía la cara en una gran mueca de dolor.
Se disponía a clavar de nuevo la ahuja cuando sonó el timbre.
Ding Dong - Ding Dong
- Vaya, tendrás que esperar un rato.. Trata de no apresurarte o lo vas a pasar realmente mal. - Dijo riéndose, mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
- Jessi, por favor. Por favor. No me dejes solo, por favor. - Suplicó entre lloros.
Dennis la esperaba sonriente a la puerta.
- Hola Jessi. ¿Puedo pasar?.
- Hola Dennis. Claro, pasa. Y que pasen ellos también. No es demasiado discreto esperar con un ataúd a la puerta.
- Pasad chicos.
- Esperar un momento mientras os preparo el paquete, que no he tenido tiempo.
- Posarlo al fondo. En cuanto esté lleno os aviso. Serviros unas cervezas mientras tanto que seguro que tendréis sed. - Dijo mientras les señalaba la cocina.
- Muchas gracias, Señora. - Dijeron mientras se dirigían a la nevera.
- Tu puedes acompañarme si quieres, Dennis.
- Claro, Jessi. No me lo perdería por nada del mundo.
- Pero.. Si hace apenas cinco minutos que miré y estaba en su cuarto.. Si que trabajas rápido..
- Es una sorpresa.. No hables. - Dijo mientras le mandaba callar y abría la puerta del baño.
Dennis se quedó mirando perplejo y le sonrió, mientras le guiñaba un ojo.
Jessi le devolvió el guiño. Mientras le soltaba los tobillos de la bañera dejando las esposas.
Doug despertó sobresaltado y protestó.
- Mmmmmmm.
- Silencio. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada.
El se encogió asustado.
Ella le soltó las esposas de las muñecas y el hizo ademán de quitarse la venda de los ojos.
- No creo que sea buena idea que hagas eso. - Dijo mientras le daba otra bofetada.
- Y ahora sal de la bañera con cuidado. ¿No querrás caerte y hacerte daño, verdad?.
El asintió con la cabeza, mientras intentaba ponerse en pie, pero llevaba horas colgando y sus piernas estaban entumecidas.
Se quitó un poco la mordaza, no sin antes recibir otra bofetada.
- Jessi, por favor. Intento hacer lo que me pides. Dame un poco de tiempo. Aun tengo las piernas dormidas.
- ¿Crees que una bala las ayudaría a despertarse mas deprisa?. - Dijo riendo, mientras le ponía la pistola en la sien.
El se orinó de miedo, mientras intentaba con todas sus fuerzas ponerse en pie, y salía de la bañera casi de un salto.
- Lo ves. Solo necesitabas un poco de ayuda.
- ¿Que quieres que haga ahora, Jessi?. ¿Vuelvo a la leñera?. - Dijo preocupado.
- Camina. Eso es. Muy bien. Para. - Dijo mientras le conducía a los pies del ataúd.
- Levanta el pie, y entra.
- ¿Que entre?. ¿Que entre donde?. - Dijo perplejo.
- Vale, no te preocupes, ya meto los pies en la cajita. No se para que lo quieres, pero ya está. - Dijo perplejo.
- Muy bien, ahora siéntate despacio.
- Pero.. Si me siento romperé o volcaré la caja de mis pies. - Dijo preocupado.
- No te preocupes. No la estropearás. - Dijo riéndose.
El se sentó en la caja, mientras temblaba asustado.
- Siéntate un poco mas hacia delante. Hasta que toques el borde.
- Si, Jessi. Ya lo hago. - Dijo aún mas asustado.
- Si, justo ahí. - Dijo mientras unía las esposas de sus tobillos a las argollas de la caja inmovilizando sus pies.
El se removió inquieto y se echó a llorar.
- Jessi, por favor. Déjame al menos ver lo que haces. Solo eso, por favor. - Dijo mientras tocaba la venda que cubría sus ojos.
- Ya casi estás. - Dijo mientras le sujetaba a la caja por la cintura usando una correa dispuesta al efecto.
- Jessi, por favor. Díme que pasa. Por favor. - Dijo mientras tocaba de nuevo la venda que cubría sus ojos.
Jessi le hizo una seña a Dennis de que se colocase a espaldas de la caja, de forma que Doug no pudiese verle.
- Si tanto significa para ti, te dejaré ver donde estás. Pero.. - Dijo riéndose mientras le esposaba la muñeca derecha a la caja.
- ¿Pero?. ¿Que quieres, Jessi?. - Dijo Doug preocupado.
- Pero si chillas o protestas, no solo te los volveré a vendar. - Dijo mientras le esposaba la otra muñeca.
- Lo entiendo, Jessi. No te molestaré. Por favor, Jessi. - Dijo aún mas asustado.
- Sino que además te daré motivos como para que no quieras volver a ver nada en toda tu vida. - Dijo amenazante.
- Yo.. Sigo queriendo ver, por favor, Jessi. - Titubeó asustado.
Ella le quitó la venda de los ojos y el se mordió los labios con fuerza e intentó no chillar..
- Oh, Jessi. Jamás te creí capaz de hacerme algo así. - Dijo aterrado.
- Por favor. Si vas a enterrarme, me da igual que sea entre nieve o en la tierra. Donde tu quieras, pero por favor. Ten el valor de al menos matarme antes. Por favor.
- No te preocupes, Doug. No te va a suceder nada malo.. - Dijo mientras le ajustaba de nuevo la mordaza.
El la miró con lágrimas en los ojos y se echó a llorar.
- Tiene sistema de ventilación, no te preocupes que no te va a faltar de nada. - Dijo mientras comenzaba a cerrar la tapa.
El la miró horrorizado y dio un fuerte tirón a las esposas que le mantenían atado a la caja.
- Intenta estar tranquilo o haré algo mas que atarte. - Dijo mientras le miraba seria.
- Mmmmmmmmm. - Chilló aterrado, mientras tiraba con todas sus fuerzas de las cadenas que le mantenían preso.
- Calmate. ¿No querrás que te meta una bala entre ceja y ceja, verdad?. - Dijo mientras le mostraba la pistola.
El se echó a llorar mientras veía como poco a poco la caja se cerraba del todo, a excepción de unos pequeños ahujeros de ventilación situados en los laterales, por los que apenas entraba la luz.
Un rato después en el salón..
- Jessi.. Hay que ver como eres.. Le has destrozado. Es un impresentable, y no es de fiar. Pero.. Esto es demasiado. Yo creía que le habrías permitido irse en mitad de la ventisca. Le hacia ya muy lejos de aquí.
- La verdad es que lo que menos querría en este momento es que el estuviese aquí. Pero.. no me quedó otra alternativa. Las carreteras estaban bloqueadas por la nieve. Y no tenía donde ir. Se hubiese muerto de haber permanecido en su coche.
- Total que como soy tan compasiva. - Dijo riéndose mientras le guiñaba un ojo.
- No pude menos que ayudarle, y aquí está.. Lo que recuerda que alguien deberá deshacerse de su coche..
- Claro, Jessi. Considéralo hecho.. No hay nada mas divertido que ver rodar un coche colina abajo camino del precipicio.
Un rato después
- Ya os lo podéis llevar. Procurar no golpearlo en exceso. Es frágil. - Dijo riéndose.
- Cuando lo hayáis cargado en el camión, traed rápido el resto de las cosas.
- Si, jefe. Ahora mismo. - Dijeron mientras se iban atravesando el bosquecillo con la caja a cuestas.
- Y tu aparca ese coche en un momento, Dennis.
- Claro, Jessi. Pero antes díme donde está y dame las llaves.
- Está en el otro extremo del bosquecillo. Como ves, le señalé el mejor camino para llegar.. - Dijo riéndose.
- Si, Jessi. Ya lo veo. No me extraña que no quisiese irse. En esa zona como caigan aunque sea dos copos es imposible maniobrar.. Es una carretera muy peligrosa..
- Lo se, aconsejan no usarla para nada, salvo en verano.. Para eso construyeron la nueva. - Dijo riéndose.
- Eres terrible, Jessi. En ese caso creo que se lo mandaré a uno de los muchachos.. No voy a ser yo el único que se divierta. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y salía de la cabaña.
Ella entró en la habitación y le miró.
El lloraba sin cesar, mientras intentaba encogerse un poco para paliar el dolor.
- Jessi, por favor.. Por favor.. Me encuentro muy mal, por favor. - Dijo mientras la miraba asustado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario