lunes, 26 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 53 - CASTILLOS EN EL AIRE.. - FELICES FIESTAS - :)





Jessica tiró de la anilla y poco a poco la espuma empezó a cubrir sus piernas..

- Jessi, creo que se te ha caído la Cola sobre mis pies.. - Dijo medio amodorrado.
- No te preocupes, no es Cola. Es que no olías bien y te estoy limpiando un poco.. ¿No querrás oler mal, verdad?. - Dijo mientras le miraba burlona.
- Gracias, Jessi. - Dijo mientras hacía un esfuerzo por mantener los ojos abiertos.
- Tengo un poco.. Un poco de frío.. - Dijo mientras cerraba los ojos.
- Ahora mismo voy a por una manta no te preocupes. - Dijo mientras se reía.
- Gracias por... - Balbuceó ya casi dormido.
- Dulces sueños. Se que los tendrás. - Dijo riéndose mientras continuaba empapándole con la espuma de poliuretano.
Ahora solo hacen falta unos minutos para que cuaje y alcance la consistencia deseada.. 
Y por supuesto que no te muevas mientras tanto.. 
Pero se que tu no lo harás..
Cuando despiertes no podrás hacer absolutamente nada.. 
Serás poco menos que una estatua..
Jessi cerró la tapa del ataúd y se fue dejándole completamente dormido.
Espero volver antes de que te despiertes.. 
No quisiera perderme la cara que pondrás cuando intentes moverte sin conseguir ni siquiera flexionar un miserable músculo.
Apostaría lo que fuese a que te quedarás completamente en blanco, totalmente paralizado por el terror. 
Estoy segura de ello, y también de que en menos de dos minutos estarás chillando sin parar completamente histérico. 
No te queda otra alternativa. Tu aún no lo sabes. Pero no tienes ninguna oportunidad.
A fin de cuentas tu te lo has buscado..
Y mira que te avise, no una, sino dos veces. Pero nada, tu seguiste a lo tuyo sin sopesar las consecuencias. Y ahora es demasiado tarde como para que puedas influir de alguna forma en tu destino.
En realidad no lo sabes, pero tu ya estás muerto desde que te estrellaste con el coche. Han buscado tu cadáver durante días, han rastreado la montaña sin resultado..
Como para encontrarte.. Si te llegan a encontrar en plena montaña y sin haber estado nunca en el fondo de aquel barranco me estaría riendo hasta mañana de su incompetencia..
Pero no te encontrarán jamás. A menos claro, que decida depositar allí tus huesos cuando todo haya terminado.. Tendría gracia..
Por nada del mundo quisiera estar en tu pellejo cuando abras los ojos y descubras que no puedes moverte..
Jessica accionó el botón del montacargas, que rápidamente la llevó al piso de abajo.
Unos sollozos apagados le recordaron que seguía despierto y consciente esperando su llegada con impaciencia.
- Jessi.. Jessi. Jessi.. - Chilló entre sollozos.
- Jessi.. Jessi. Ven, por favor. - Chilló entre lloros.
Dios mío, Jessi.. ¿Cuando piensas volver?. Debe de hacer horas que te fuiste..
- Jessi, por favor. Ven, por favor.. - Suplicó entre lágrimas.
De pronto la puerta chirrió y ella entró en la habitación.
- ¿Tienes sed?. - Preguntó mientras le sonreía con dulzura.
Dios mío, Jessi.. ¿Como puedes preguntarme una cosa así?. Llevo horas desesperado por beber. Haría lo que fuese por poder beber una triste gota de agua..
Pero, tu maldita sonrisa de hielo está aquí..
Siempre está ahí agazapada y dispuesta a actuar sin piedad..
Mal que me pese, estoy desesperado por beber..
Lo que menos me importa es lo que quieras darme..
Si me vuelves a envenenar es lo de menos.. 
Ahora ya no tengo nada que perder..
La primera vez que me envenenaste sin resultado. Aun lo recuerdo, me preocupaba mi salud, y a cada nuevo síntoma temblaba asustado por lo que me ocurriría. 
Pero ahora eso ya pasó, después de estar tantas horas en tus manos, lo que menos me preocupa es lo que quieras darme de beber.
¿Que importancia tendría?. Ninguna en absoluto, hagas lo que hagas conmigo. Mis posibilidades de sobrevivir se reducen a cada minuto que pasa.
Al final me dará igual, morir de una forma o de otra. Puesto que moriré antes de tiempo y sin poder hacer nada para evitarlo..
Después de tantos sufrimientos, de tanto dolor, de tantas lágrimas, de tanta desesperación, de sentir tu desprecio, de ser torturado sin la menor consideración. Lo de menos es como termine todo..
Ya me da igual.. 
Lo que me gustaría sería tener un final lo menos doloroso y plácido posible, pero se que ocurra lo que ocurra eso será lo único que no tendré.
Ni será plácido, ni siquiera exento de sufrimientos innecesarios, ni mucho menos.. Miedo me da siquiera tratar de imaginarlo.. 
No tengo ni la menor idea de que se te puede haber ocurrido. Pero o mucho me equivoco o maldeciré una y otra vez mi suerte por no haberme ahogado cuando tuve ocasión para ello..
Seguro que soy un cobarde, pero.. 
Mi maldito instinto de supervivencia me jugó una mala pasada, y fui incapaz de estarme quieto y dejar de forcejear tratando de conseguir aire..
Cobarde no se, pero estúpido si que lo soy.. 
Con lo fácil que hubiese sido beber una gran bocanada de agua y dejar de sufrir..
Tengo tanta sed.. 
Solo puedo pensar una y otra vez en el agua. ¿Porqué has tenido que dejar la botella sobre la mesa?. ¿Tanto me odias que no contenta con negarme un triste sorbo de agua te permites dejarla a mi alcance sabiendo que no tengo la menor posibilidad de cogerla?..
Agua.. Agua.. Hace horas que no bebo.. 
Dios mío, Jessi. ¿Tan difícil es que me des un sorbo de agua?.
- Si, Jessi. Tengo muchísima sed. ¿Me dejarás beber aunque sea un sorbito de agua?. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó entre lágrimas.
¿Agua?. Por supuesto que beberás, beberás hasta no dejar ni una sola gota.. 
Te vas a hartar de tanta agua. Pero no apresuremos las cosas.. 
Apenas si tienes fiebre y aun no es el momento.. 
Hasta que no te vea realmente desesperado no la probarás..
- Según como te portes hasta es posible que te deje mojar los labios.. 
Aunque no te veo con demasiadas fuerzas como para poder beber. - Dijo riéndose.
Y cada vez tendré menos fuerzas.. Pero eso tu ya lo sabes.
Juegas conmigo una y otra vez sin demostrar la menor piedad. Me has relegado al lugar de un mero objeto..
Un triste objeto cuya única función es ser testigo de cuanto le sucede sin poder intervenir ni reaccionar en modo alguno.
Podría ser peor, pero.. Por mas que lo pienso una y otra vez. No se me ocurre que puede haber peor que esto.
Y cuanto mas lo pienso, menos sentido le veo a esto.. 
Dios mío, Jessi. No te entiendo..
- Me portaré lo mejor que pueda. Intentaré no molestarte. Es mas, haré cuanto esté en mi mano para tratar de ayudarte en lo que pretendas hacerme. - Dijo mientras la miraba con ojos llorosos.
- En realidad no hay demasiado que puedas hacer, como bien sabes. Pero me parece genial que trates de colaborar e intentar que salga todo bien a la primera. Eso nos ahorrará problemas y me evitará perder el tiempo. - Dijo mientras le sonreía.
- Haré cuanto me pidas, Jessi. Pero, por favor. Por favor, Jessi. Déjame beber aunque solo sea un sorbito de agua. Por favor.. - Suplicó entre lágrimas.
Jessica accionó el interruptor y su cuerpo comenzó a elevarse lentamente.
El la miró horrorizado antes de echarse a llorar desconsoladamente.
- ¿Se puede saber que te ocurre ahora?. - Preguntó sorprendida.
- No lo hagas, por favor, Jessi. No lo hagas. - Dijo aterrado.
- ¿Que no haga el qué?. - Dijo mientras continuaba accionando el interruptor sin inmutarse.
- No me dispares de nuevo. Por favor, Jessi. Por favor.. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Trata de calmarte un poco.. No querrás que me enfade contigo, ¿verdad?. - Dijo mientras le sonreía.
- Lo intentaré, Jessi. Perdóname, por favor. - Dijo entre sollozos.
- Intento no molestarte, pero estoy tan asustado, tengo tanto miedo que a veces no logro dominarme lo suficiente para ser dueño de mis actos. Perdóname, Por favor. - Suplicó preocupado.
Dios.. Dios.. Dios.. 
No aguantaré ver como me dispara de nuevo, y aun menos sentir como me taladra sin piedad con esa monstruosa ahuja..
Dios mío, ya estoy casi vertical y ella sigue sonriendo..
Siempre sonriendo. En la vida recuerdo haberla visto sonreír tanto como ahora..
Si lo hizo desde luego que no fue conmigo..
Estaba alegre, quizás simpática, sin duda que agradable, pero siempre tan comedida, tan parca en sentimientos, pocas veces recuerdo verla sonreír..
Nunca me pareció extraño, siempre pensé que ese era su carácter, y que de todas formas nos iba todo bien.
Pero de pronto, aquel día todo cambió, y la empecé a notar mas distante, un poco mas fría, como si me ocultase algo.
Y de pronto, días después, aquella maldita tarde que jamás podré olvidar.
Recuerdo sus palabras aquella fría tarde de invierno cuando me dijo que jamás volviese a casa, que lo nuestro se había terminado y que no había nada mas que decir..
Y sin siquiera esperar a que le respondiese, se levantó y me dejó en aquella obscura cafetería, sin saber que hacer.
Se que debería de haberle hecho caso y jamás insistir en retomar nuestra relación. Pero ahora ya es demasiado tarde..
Ahora lo que menos importa es lo que te haya dicho o lo que yo hice. Lo único importante es que estoy aquí, que tu estás aquí y que pronto no habrá ya un nosotros..
Pronto solo quedarás tu. Yo ya no estaré aquí para arrepentirme de lo que hice, de lo que quizás habría hecho, de lo que jamás haré. Se que no tengo ninguna salida.
- Bueno, ya casi estás listo para comenzar.. Ahora procura poner tu mejor sonrisa y posar alegre.. Nunca se sabe cuando volverán a hacerte fotos. - Dijo entre risas.
Yo si lo sé.. Pero será mejor que mantengamos la ilusión mientras aún se sostenga, aunque ya esté prendida con alfileres y a punto de caerse.
Pero eso tu aún no lo sabes. Aún crees que tienes tiempo para quejarte, para llorar, quizás para suplicar, pero sobretodo para chillar..
Mantengamos la ilusión todo lo que sea posible. Quién sabe, quizás logre capturar con mi cámara tu última sonrisa.
Pareces a punto de romperte en mil pedazos, cualquiera que te viese estoy segura de que sentiría pena, ternura, y un deseo irrefrenable de intentar protegerte, de evitarte sufrimientos, de ayudarte..
Justo lo contrario de lo que pienso yo cada vez que te veo..
Y de todas formas estas fotos por malas que sean, por poco que sonrías, por macabras que queden, por la mañana valdrán su peso en oro..
Es increíble que me hayan ofrecido semejante suma por una foto tuya, por captar el momento en que el brillo de tus ojos se apaga para siempre y exhalas tu último suspiro..
Pero primero necesito tu sonrisa confiada, tus ojos brillando de esperanzados, tus manos acariciando las esposas que las mantienen dulcemente cautivas, tu cuerpo arqueándose al compás de un dulce ritmo que conducirá hasta un final sublime..
- Lo intentaré, Jessi. - Dijo mientras ahogaba un grito en su garganta.
¿Sonreír?. ¿Quién podría sonreír cuando están a punto de dispararle o de hacerle algo peor?. Nadie sonreiría en semejantes circunstancias..
Es mas, nadie que me haya conocido querría ver estas fotos. Y tu lo sabes, Jessi. Se que lo sabes.
Fotos y mas fotos.. ¿Nunca te cansas de disparar?. Con lo mal que me encuentro y aun pretendes que sonría..
¿Sonreír?. Que fácil y gratuito es pedirlo, e inclusive exigirlo cuando estás alegre y todo marcha tal cual deseas. Así yo también sonreiría. Ni siquiera haría falta que me lo pidieses. Pero así, me es imposible complacerte. Apenas si puedo aguantar el dolor, y tu pretendes que pose sonriente.
- Aun no veo tu sonrisa. - Dijo Jessi, mientras le sonreía con dulzura.
- Lo intento, Jessi. Te juro que intento sonreír con todas mis fuerzas. - Dijo preocupado mientras la miraba con lágrimas en los ojos.
- No te preocupes, no hay prisa.. Lo único que tienes que hacer es tratar de relajarte un poco. Se que sabrás hacerlo. - Dijo riéndose mientras le mostraba las ahujas que había llevado clavadas en sus córneas.
Dios.. Dios.. Dios.. ¿Como pretendes que sonría?.
- Vamos. No es tan difícil. Piensa en algo gracioso. Quizás en el último chiste que te hayan contado. Quizás en la última comedia que hayas visto, o quizás en la última vez que sonreíste orgulloso. Siempre hay motivos para sonreír. - Dijo mientras se reía burlona.
Me juego lo que sea a que rompes a llorar de un momento a otro.. Si mis palabras no han terminado de deprimirte, nada lo hará.
- Perdón.. Perdóname, por favor. - Dijo aterrado mientras prorrumpía en sonoros sollozos.
Lo sabía.. No puedes dejar de llorar. Te bastó pensar en todo lo que perderás, en todo lo que nunca tendrás, en que todas tus ilusiones se han roto en mil pedazos imposibles de recomponer..
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Dijo mientras ahogaba un grito en su garganta e intentaba dejar de llorar.
- Tranquilo.. No pasa nada.. Tan solo tienes que sonreír. No tienes prisa, siempre y cuando lo hagas en los próximos minutos.. No quisiera tener que explicártelo de otro modo. - Dijo mientras le miraba seria.
- Recuerda solo debes sonreír.. Es realmente sencillo de hacer.. - Dijo burlona.
- No puedo.. No puedo.. Lo siento. No te enfades conmigo, por favor. - Suplicó entre sollozos mientras temblaba como una hoja mecida por el viento.

viernes, 16 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 52 - TRANQUILIDAD APARENTE..







Te conozco, Jessi. Planteas las cosas como si no tuviesen la menor importancia, casi como si me estuvieses haciendo un favor..
Y poco a poco, me vas llevando hacia tu terreno.. 
Cuando me quiera dar cuenta de lo que me sucede, ya será demasiado tarde para intentar reaccionar.
- Ya casi está. - Dijo mientras le sonreía y unía el final de la tablilla a un extremo del ataúd, dejando su pierna entablillada y tirante, impidiendo cualquier tipo de movimiento.
- Jessi, por favor.. No hace falta que lo pongas tan tirante. Te garantizo que no podría moverme aunque quisiera.. - Dijo preocupado.
- De eso se trata, de que te relajes un poco.. - Dijo riéndose, mientras se burlaba de el.
De eso se trata.. De que no muevas ni un misero músculo sin que yo te lo permita. Mal que te pese. Estás completamente en mis manos y voy a procurar con todos los medios a mi alcance que no te muevas ni hagas absolutamente nada hasta que llegue el momento.
- Jessi, por favor.. No me quejaré mas. Pero.. Deja que al menos me pueda mover un poco. - Dijo mientras la miraba con los ojos llorosos.
- Claro que te podrás mover. No te preocupes. - Dijo mientras le sonreía y le entablillaba cuidadosamente su pierna izquierda.
¿Moverte?.. Je je je, me hacen gracia tus ideas.. Jamás podrás volver a moverte ni hacer nada, salvo que te lo permita.. Pero vayamos paso a paso.. No me interesa que te asustes demasiado hasta que llegue el momento..
- Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó asustado.
- ¿Que te pasa?. - Inquirió burlona.
Como si no lo supiera.. Cualquiera sabría con solo verte lo que te sucede.. 
Nadie estaría tranquilo y mantendría el tipo mientras le están atando dentro de un ataúd. Y tu menos que nadie, porque sabes lo que puedo llegar a hacer contigo..
- Jessi. Por favor. ¿Me dejarías volver a la leñera?. Por favor, Jessi. - Preguntó preocupado.
- No digas tonterías.. ¿Que ibas a hacer dentro de una leñera polvorienta?. - Dijo mientras le sonreía, y terminaba de fijar su pierna izquierda a los anclajes del ataúd.
- No tiene porque ser la leñera. Si tu prefieres que esté en la bañera me puedes llevar allí. Donde tu quieras. Pero, sácame de aquí, por favor.. Por favor, Jessi. - Suplicó preocupado.
Tengo que estar equivocado.. No. No puede ser cierto.. Pero.. ¿Que otra maldita razón tendría para dejarme las piernas completamente inmóviles.. 
Mierda.. Mierda.. Mierda..
No puedes hacerme esto.. Esto no puede estar sucediendome a mi..
- Lo cierto es que un baño te sentaría muy bien. No hueles precisamente a rosas. - Dijo mientras cogía otra tablilla de plástico y se le acercaba.
- Lo siento mucho, Jessi. Y tienes razón, hace horas que no me ducho.. Debo de oler como los zorros.. - Dijo mientras esbozaba una tímida sonrisa, aún con los ojos anegados de lágrimas.
- Jessi. Si me soltases un rato, podría ducharme y ponerme un poco presentable. No te daría ningún problema. Por favor, Jessi. - Suplicó preocupado.
- Ahora mismo con que te relajes un poco será suficiente. El resto dejámelo a mi. - Dijo mientras le sonreía y colocaba la tablilla bajo su hombro derecho, desde el extremo del ataúd.
- Pero.. Jessi.. ¿Como quieres que me relaje si me estás atando dentro de un jodido ataúd?. Podrías comenzar a descuartizarme y no podría hacer absolutamente nada para evitarlo.. ¿Como cojones quieres que esté?. - Dijo enfadado mientras la miraba sin poder dejar de temblar.
- Deja de dorarme la píldora y díme lo que pretendes hacer conmigo. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- ¿Te estás escuchando?. No se si lo sabrás, pero te estás poniendo completamente histérico. Y no tienes el menor motivo para ello. - Dijo mientras le miraba enfadada.
- Pero.. ¿Como que no tengo motivos?. Tengo un maldito lápiz clavado en mi uretra.. Joder, Jessi. Me duele horrores. Mi uretra era virgen hasta que tu le metiste el jodido lápiz sin la menor contemplación y sin siquiera usar una triste gota de lubricante.. Joder.. Que no tengo motivos.. Joder.. - Chilló enfadado.
- Procura tranquilizarte un poco.. No quisiera tener que enfadarme contigo. - Dijo mientras continuaba fijando su brazo derecho a la tablilla.
- ¿Que me tranquilice?. ¿Estás de broma, no?. Estoy encerrado en un jodido ataúd.. Llevo horas en el.. Y por si no fuese suficiente con las esposas.. - Dijo mientras se le quebraba la voz..
- Me estás.. Me estás atando a una jodida tablilla. ¿Como crees que debería de sentirme?. No puedo moverme.. Hace horas que no pruebo bocado y me estás.. 
Joder, Jessi.. - Dijo mientras hacía una pausa y la miraba cabreado.
- Ni siquiera se que cojones estás haciendo conmigo.. Si tuvieses un mínimo de decencia me dirías al menos lo que pretendes hacer conmigo. Joder, Jessi.. - Dijo enfadado.
- No aguanto mas.. Sácame de aquí de una jodida vez.. Joder.. Suéltame.. - Chilló completamente fuera de si, mientras intentaba forcejear para liberarse.
- Se me empieza a agotar la paciencia.. Lo último que se me apetece a estas horas es escuchar gritos y protestas sin sentido. - Dijo mientras le miraba seria.
Bastante paciencia has tenido para no moverte mientras te iba preparando.. Ahora que casi he terminado, por mucho que chilles, llores, e intentes patalear nada podrás hacer..
Jejeje. ¿Patalear?. Ni aunque soltase las tablillas del ataúd lograrías moverte..
Pero no tengo prisa.. Acabarás por acostumbrarte. No te queda otra..
- Sueltame, Joder.. Sueltame ya.. - Chillo furioso.
- Tranquilo.. Vamos.. No tienes de que preocuparte.. - Dijo burlona mientras le terminaba de entablillar el brazo izquierdo todo lo despacio que podía, apretando cada vuelta de cinta adhesiva mas que la anterior.
- Joder.. Joder.. Joder.. Sueltame. Ostia. Sueltame. - Chilló de nuevo al borde de las lágrimas.
Se que te estoy enfadando cada vez mas.. Pareces a punto de estallar.. 
Pero tengo que saber lo que pretendes hacer conmigo.. 
Y de todas formas, mucho peor de lo que estoy ahora mismo, no lo estaré.. 
Ya no tengo nada que perder..
- Sueltame. Sueltame. Sueltame.. - Chilló asustado
- Intenta tranquilizarte. No quisiera tener que decírtelo de otro modo.. - Dijo mientras le miraba seria.
- Déjame salir de aquí. Sueltame ya.. Sueltame. - Chilló mientras forcejeaba asustado.
- Está visto que no entiendes tu situación.. Y eso es una auténtica pena. - Dijo mientras le miraba burlona.
- Sueltame, joder. Sueltame.. - Chilló asustado.
- Silencio. - Chilló enfadada.
- Lo siento por ti.. Pretendía que estuvieses lo mas cómodo y tranquilo posible.. Pero ya que al parecer no entiendes tu situación no me dejas otra opción que intervenir.. - Dijo mientras le daba la espalda y preparaba una inyección.
- Sueltame.. Sueltame.. Sueltame.. Joder.. Jessi. - Chilló histérico.
- Claro que si.. Es justo lo que estaba pensando hacer ahora.. - Dijo mientras se le acercaba mostrandole la jeringilla.
- No.. No.. No.. Por favor, Jessi. Me callaré. Por favor.. - Suplicó aterrado.
- Se que lo harás.. - Dijo riéndose mientras le ponía la inyección.
- No.. No.. No.. No.. - Chilló aterrado.
- Y ahora calmate.. Te vendrá bien relajarte un poco. - Dijo mientras le sonreía.
- ¿Me dejarás salir si me tranquilizo?. Dime que si. Por favor, Jessi. - Preguntó entre sollozos.
- Tendrás que esperar aún un rato.. Te hace falta descansar y relajarte. - Dijo mientras le sonreía.
- Estoy tranquilo, Jessi. Confío en ti. - Dijo sonriendo timidamente.
Claro que confías en mi.. Con semejante cantidad de barbituricos en un estomago vacio. Te creerías hasta en que los cerdos vuelan..
Así ganamos los dos.. Tu estarás mas tranquilo, y yo ganaré unas horas de tranquilidad sin tener que aguantar como chillas una y otra vez queriendo escapar a tu destino..
- ¿Tienes frío?.
- No, Jessi. Estoy bien. Muchas gracias por preguntarlo. - Dijo mientras le sonreía.
- Te voy a abrigar un poco.. No quisiera que te resfriases. - Dijo mientras le sonreía con malicia.
- Lo que tu digas, Jessi. - Dijo mientras le sonreía ya medio amodorrado.
¿Abrigarte..?. Si tu supieras lo que te espera estarías muerto de terror.. Estoy segura.
- ¿Otra tablilla?. - Preguntó un poco preocupado.
- Si, la otra se estropeó antes.. Te moviste demasiado. - Mintió mientras le sonreía burlona.
- Lo siento, Jessi. No quería molestarte. - Se disculpó preocupado.
- ¿Otra tablilla?. - Preguntó preocupado.
- Si, te acabo de contestar que la otra se rompió. ¿Lo recuerdas?. - Dijo mientras se burlaba de el.
- No, Jessi. No me había fijado.. - Dijo mientras la miraba ya con ojos vidriosos.
- Lo se.. Estás ya un poco cansado.. Son demasiadas emociones para un solo día. - Dijo mientras le sonreía.
- Si, Jessi. Tengo un poco de sueño.. Estoy algo cansado.. - Dijo mientras la miraba intentando fijar la mirada.
- Claro que estás cansado.. Llevas muchas horas sin dormir.. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos con dulzura.
- Si, Jessi.. Estoy tan cansado.. - Dijo entre bostezos mientras intentaba mantenerse despierto.

viernes, 9 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 51 - MERCANCIA PERECEDERA..




- Bueno, ya me conoces.. Ya sabes que mi especialidad es preparar ricas y nutritivas infusiones siempre que la situación lo requiere. - Dijo mientras esbozaba una amplia sonrisa.
- Si, lo recuerdo. - Dijo mientras palidecía.
- Aun recuerdo las bebidas que le preparabas. O aún peor las que me ordenaste servirle.. - Dijo preocupado.
- Nunca debí haberlo hecho.. Tenía que haberme parado a pensar en lo que hacía.. - Dijo preocupado.
- Jessi, por favor. Por favor.. ¿Podrías al menos decirme que estoy bebiendo?. - Dijo aterrado.
- No te preocupes, tan solo es agua. Te hacía falta entrar un poco en calor. - Dijo mientras le sonreía.
- Muchas gracias, Jessi. Tenía muchísimo frío. Ha debido de ser la tormenta de los cojones, pero estaba helado. En la vida recuerdo haber tenido tanto frío.. - Dijo mientras la miraba asustado.
- Jessi. No quisiera molestarte. Pero.. Llevo horas aquí encerrado, sin poderme mover. Hace horas que no como nada.. - Dijo preocupado mientras intentaba que no se le quebrase la voz.
- Por favor.. Por favor. Díme que me dejarás salir de aquí. Por favor. - Suplicó preocupado.
- Lo siento, pero no.. Tienes que intentar tener paciencia, y estar todo lo tranquilo que puedas. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
- Jessi, por favor.. Por favor.. Por favor.. - Suplicó aterrado mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
- Jessi, por favor.. Por favor. Te juro que haré lo que me digas y no te daré ningún problema. Por favor.. Por favor. - Suplicó entre lágrimas.
- Se que lo harás. - Dijo mientras le sonreía.
- Lo haré, Jessi. De veras que si. No tendrás la menor queja de mi. - Dijo entre lágrimas.
- Se que harás lo que te diga, pero aún no puedo dejarte salir de ahí. - Dijo mientras le sonreía.
- Pero.. Pero.. Por favor.. Por favor.. Por favor. - Dijo entre lloros.
- Espero no tener que recordarte donde está mi lápiz. - Dijo mientras le sonreía y acariciaba sus mejillas empapadas de lágrimas.
- No, Jessi. No hagas nada, por favor. Haré lo que dices. No te molestaré mas. Cuando tu quieras me dejarás salir. - Dijo entre lloros.
- Lo se. Tan solo necesitabas que te recordase un poco como debías de comportarte. - Dijo mientras le sonreía.
- ¿Que tal te encuentras?. - Preguntó sonriente.
Estoy jodido, Jessi. Hace horas que no pruebo bocado. Estoy encerrado en un maldito ataúd, en el que apenas puedo respirar.. Me he hecho mis necesidades encima, las esposas me han hecho herida, y apenas me quedan ya fuerzas para nada..
A ratos mi respiración hace que casi no pueda ni tomar aire de agobiado que estoy por el calor.. Y otras veces tengo tanto frío que apenas si me deja pensar.. 
Y aún me preguntas como me encuentro.. 
Pero a ti no te interesa nada de todo esto, y yo lo ultimo que querría hacer sería enfadarte aún mas de lo que ya estas..
- Bien, Jessi. Estoy bien, no te preocupes. - Dijo con tristeza.
- Por supuesto que estás bien. ¿Porque no habrías de estarlo?. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
Ahora mismo lo único que me preocupa es que estés lo mas indemne y en las mejores condiciones posibles.
Eres una mera mercancía a la que hay que proteger, para evitar que se deteriore. Y, mal que te pese no permitiré que sufras el menor daño. Ni siquiera tu mismo podrás dañarte. Haré cuanto esté en mi mano para que permanezcas tal cual estás.
Eres una mercancía muy valiosa que debe ser cuidadosamente protegida contra el mal uso.. 
Y pienso encargarme personalmente de que no sufras el menor menoscabo en tu valor.
- Tranquilo.. Tranquilo.. Tranquilo.. - Dijo mientras le acariciaba las mejillas aún empapadas de lágrimas.
- Si, Jessi. Intentaré estar lo mas tranquilo posible. - Dijo compungido.
- Quiero que sepas que tienes la completa libertad para decirme si te molesta.. - Dijo sonriendo mientras le colocaba un collarín alrededor del cuello.
El intentó en vano resistirse moviendo la cabeza en todas direcciones mientras sollozaba aterrado.
- No.. No.. No.. Por favor, Jessi. No me pongas eso, por favor. - Suplicó aterrado.
- Me molesta mucho, Jessi. Quítame esto, por favor. - Suplicó entre lágrimas.
- Vamos, intenta estar tranquilo. - Dijo mientras le sonreía.
- Lo intento, Jessi. Pero.. Pero.. - Dijo entre sollozos.
- Vamos, se que es un poco incómodo. Pero no te hará ningún daño. - Dijo mientras acariciaba de nuevo sus mejillas.
- Lo se, Jessi. Se que te preocupas por mi. Pero, por favor.. Por favor. Díme que vas ha hacer conmigo. - Suplicó aterrado.
- Apoya la cabeza, y tranquilo. Será solo un momento. - Dijo mientras se le acercaba con una gruesa correa.
- Pero.. Pero.. Jessi. Te juro que no protestaré ni haré nada que no desees. No me ates, por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Esperaba no tener que llegar a esto. - Dijo mientras tocaba el extremo del lápiz, aun introducido en su pene.
- Lo siento, Jessi. Ya no te molesto mas.. Haré lo que desees. - Dijo mientras permanecía inmóvil e intentaba contener los sollozos.
- Lo ves.. Así estás mucho mejor. - Dijo mientras le sonreía.
- Si, Jessi. Lo estoy. - Dijo aterrado mientras no dejaba de llorar.
No solo no piensas dejarme salir del jodido ataúd sino que además ni siquiera podré mover la cabeza.. 
No se lo que quieres hacerme.. 
Pero. No se me ocurre ninguna buena razón por la que no debería poder mover ni la cabeza ni el cuello..
- Por favor.. Por favor.. Por favor.. - Suplicó aterrado.
- ¿Que te pasa?. ¿Estás incómodo?. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
- Si, Jessi. Me molesta el cuello, así no lo puedo mover y está colocado en una postura forzada. ¿Podrías por favor quitarme el collarín?. - Suplicó entre lágrimas.
- Tranquilo.. Tranquilo.. Vamos, no llores. - Dijo mientras le sonreía.
- Jessi, por favor. No es necesario que me ates y además me pongas el collarín. Por favor.. - Suplicó entre lágrimas.
- No te muevas e intenta estar tranquilo.. ¿Lo recordarás?. - Preguntó mientras le soltaba el tobillo derecho.
- Si, Jessi. Haré lo que me pidas. - Dijo entre lágrimas.
- Pero podrías, al menos decirme que vas a hacer conmigo?. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó entre lágrimas.
- Voy a quitarte las esposas durante un rato.. Te están haciendo herida y eso no puede ser. - Dijo mientras le sonreía.
- Oh. Muchas gracias, Jessi. - Dijo mientras suspiraba aliviado.
- Incorpórate un rato. Estás sobre algo húmedo y eso no puede ser. - Dijo mientras le mostraba un pañal.
- No, Jessi. Por favor. No me hagas esto. - Suplicó enfadado.
- Se que no te gusta. Pero no tienes otro remedio que aguantarte. Menos gracia me hace a mi, tener que ocuparme de eso. - Dijo mientras le miraba seria.
- Jessi, por favor. No me hagas esto. No, por favor.. - Suplicó enfadado.
- No quisiera tener que enfadarme contigo. - Dijo mientras le miraba seria.
- Tu ganas, Jessi. - Dijo mientras se ponía rojo de vergüenza y se colocaba sobre el pañal dócilmente.
- Mucho mejor.. Así te mantendrás seco y limpio. - Dijo mientras le ajustaba el pañal con fuerza y le obligaba a abrir las piernas todo lo que el ataúd le permitía.
- Es un pañal muy bonito, Jessi. Es todo un detalle que no me deje ni siquiera juntar las piernas. - Dijo con sarcasmo.
- Sabía que te gustaría. - Dijo sonriendo.
- Y ahora tranquilo, te garantizo que no te dolerá.. - Dijo sonriente.
- ¿No me dolerá?. ¿Que?.. ¿Que vas?.. ¿Que vas ha hacerme?. - Tartamudeó aterrado.
- Vamos.. ¿No pretenderás que te quite las esposas y te deje total libertad de movimientos, verdad?. - Dijo mientras le sonreía con malicia.
- Jessi, por favor.. Ponme las esposas. No me quejaré. - Suplicó aterrado.
- Deja de temblar y no te preocupes mas.. Mira que eres exagerado. - Dijo mientras le acariciaba las mejillas de nuevo empapadas.
- Si, Jessi. Intentaré no moverme. - Dijo aún mas aterrado mientras temblaba sin poder evitarlo.
- Tan solo es una tablilla de plástico. ¿La ves?. - Inquirió entre risas.
- Si, Jessi. La veo. - Dijo entre sollozos.
- Será solo un momento. - Dijo mientras ponía la tablilla bajo su pierna derecha hasta su cintura.
- Ahora apoya tu pie y tranquilo.. - Dijo mientras le mostraba cinta de embalar.
- Si, Jessi. Estoy tranquilo. - Dijo mientras resoplaba de alivio y hacía lo que le pedía.
Claro que si. ¿Quién no lo estaría cuando le entablillan la pierna desde la cintura restringiendo aún mas sus movimientos?. Las malditas esposas al menos me dejaban cambiar un poco de postura.. Ahora tendré que quedarme exactamente en la posición que ella decida..
Al final el maldito ataúd será el menor de mis problemas.
No se lo que pretendes hacer conmigo.. Pero.. Cada vez estoy mas asustado. Y no es para menos.. Ahora ni siquiera puedo mover la cabeza. Ni siquiera girarla para ver lo que hay a mi lado.. Eso mientras todavía me permitas ver lo que haces conmigo.. Porque o mucho me equivoco o no tardarás en impedirme ver lo que sucede..
Y por si eso no fuese suficiente, aun te permites entablillar mi pierna desde la cintura.. 
Completamente inmóvil. Y no te conformas con eso.. 
El pañal de los cojones no me deja cerrar las piernas.. 
Joder, Jessi..