sábado, 27 de agosto de 2011

CAPÍTULO 39 - UN PAR DE SOUVENIRS..





- Me temo que si, hablo totalmente en serio. - Dijo sonriendo.
- Probablemente rabiarás de dolor y te desmayarás una y mil veces. Pero es necesario que lo haga sin darte ninguna clase de droga. Es la única forma de que yo pueda comprobar como está de fuerte tu corazón. Debo asegurarme de que estás preparado para poder aguantar hasta el final. Será como un ensayo de estrés. Si veo que no lo puedes aguantar y que tu corazón se acelera en exceso sabré que necesitarás un poco de ayuda para que puedas resistir mas tiempo y sin que me arruines la diversión.
- Oh.. Dios mio, Jessi.. ¿Como puedes decirme una cosa así con una sonrisa?. Dios mio. ¿Como puedes sonreír en un momento como este?. ¿Es que ni siquiera soy ya para ti un ser humano?. ¿Ni siquiera me ves como una persona con sentimientos, que sufre, y está viva?. Dios mio.. Dios mio.. Cuanto me gustaría poder estar ya muerto. - Dijo con los ojos anegados de lágrimas.
“A que negarlo.. Cada lágrima que derramas, cada suplica que das, cada queja, cada lamento.. Lo único que consigue es darme alas.. Esto es mil veces mejor que un orgasmo.. me produce tal subidón de adrenalina que no puedo esperar ni un segundo antes de idear una nueva tortura. Una nueva forma de llevarte al límite. Intento ir todo lo despacio que puedo.. Se que debo reservarte para el final. Se que será un final apoteósico.. Jamás he experimentado algo así.. Me derrito solo de pensarlo.. Jamás pensé que pudiese correrme mientras te torturo.. Si lo llego a saber antes. Hace años que no respirarías.. Me invade la emoción, soy como una niña pequeña que está ante un nuevo juguete y no puede dejar ni un segundo de jugar.. Jamás pensé que pudiese divertirme tanto.. Y mucho menos haciendo esto.. Ni se me había pasado por la cabeza..”
“ Y aun dices que no sonría.. Si tu supieras.. Me estoy derritiendo de ganas.. No pararé hasta ver como se escapa el último aliento de vida de tu maltrecho cuerpo..”
- Comencemos.. No quisiera hacerte esperar en exceso.. Se que te mueres de ganas. Y estás deseando que empiece.. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó aterrado mientras la veía acercarse a el.
- Trata de calmarte y deja de quejarte. Te recuerdo que el cuchillo, o bueno, tu barra de labios está aún caliente. - Dijo riéndose.
- Lo intentaré, Jessi. - Dijo preocupado con los ojos anegados de lágrimas.
- Ni te vas a enterar, ya lo verás.. - Dijo riéndose mientras destapaba la herida donde antes estuvo su oreja izquierda.
- Dios mio, Jessi. No lo hagas, por favor. Sea lo que sea que quieras hacerme. No lo hagas, por favor.
- Cálmate o te lo explicaré de forma que lo entiendas. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos.
- Mira que juguetito he conseguido expresamente para la ocasión. - Dijo mientras le mostraba una pinza Hartman modelo caimán con copa de 3 y ½.
- Noooooooooooooo. - Chilló fuera de si, completamente aterrado, mientras forcejeaba con sus escasas fuerzas tirando de las cadenas.
- Creo que no entiendes que debes estar completamente inmóvil. Hace falta precisión y un movimiento brusco podría causarte daños irreparables. - Dijo mientras ataba su cabeza usando una gruesa correa.
- No lo hagas. No. No. No. No uses eso, por favor. No. No. No.. - Suplicó aterrado.
- Sigamos. - Dijo mientras metía poco a poco la pinza hasta atravesar el tímpano.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
- Chilla cuanto quieras si eso te tranquiliza, y tranquilo en cuanto haya sacado un par de souvenirs te dejaré descansar. - Dijo mientras poco a poco rompía el tímpano.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor una y otra vez.
- Calma, apenas estoy empezando.. - Dijo mientras cogía un pequeño bisturí  y recortaba con cuidado los restos del tímpano.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor antes de desmayarse.
Ella cogió las pinzas de Hartman y dio un pequeño tirón al martillo, el huesesillo tembló unos instantes antes de romperse arrastrando con el, a la mayor parte del yunque.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor al recuperar la consciencia.
- Noooooooooooooo. Noooooooooooo. Noooooooooooooo. - Chilló aterrado al ver que de nuevo le metía las pinzas en el oído.
- Cállate o te haré callar yo, tu decides. - Dijo mientras le miraba seria.
El sollozó aterrado sin poder dejar de temblar.
- Está visto que no lo entiendes. - Dijo mientras le impedía respirar aplastando el trapo contra su cara.
El la miró con ojos vidriosos mientras veía como se iba quedando sin aire y notaba los pulmones a punto de estallar.
- Veamos que tal estás. - Dijo mientras cogía un estetoscopio y lo colocaba sobre su corazón.
- Felicidades, tienes un corazón muy fuerte. Aguantará lo que le echen. - Dijo sonriendo.
El la miró aterrado antes de perder el conocimiento al borde de la asfixia. Solo entonces le quitó el trapo de la cara y le dejó respirar.
“Me encanta ver tus ojos vidriosos y esa mirada aterrada mientras ves como poco a poco te quedas sin aire, sin poder hacer nada para evitarlo. Te veo contraer tus músculos, e intentar forcejear con tus maltrechos huesos y me derrito.. No hay nada que me produzca mas placer que verte sufrir. Dejarte sin aire y que creas que todo se ha terminado, y que por fin dejarás de sufrir. Para que instantes después te haga volver en si el dolor. Un dolor aún mas fuerte y penetrante del que puedes soportar.”
Cuando volvió en si, ella metió de nuevo la pinza Hartman en su oído, cogió lo que quedaba del yunque y tiró suavemente.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
El yunque se desprendió y arrastró consigo el estribo, ella sonrió satisfecha y los depositó en una bandeja.
El sollozaba aterrado y ni protestó cuando le introdujo una bola grande de algodón en el oído para detener la hemorragia.
- Lo ves. Te dije que te divertirías. - Dijo riéndose, mientras soltaba su cabeza y le dejaba moverla libremente por primera vez en varias horas.
- Si, Jessi. Fue muy divertido, sobre todo para ti. - Dijo con amargura.
- Vamos, no pongas esa cara, que no ha sido para tanto. Ni te he tocado. - Dijo sonriendo.
- Claro que no. ¿Para que ibas a tocarme con tus manos?. No te hace falta. Te basta sacar un instrumento o una herramienta cualquiera y usarlo para lo que quiera que se te haya ocurrido.
- Vamos no dramatices.. ¿Donde ibas a estar mejor que aquí?.
- Tienes razón, Jessi. ¿Quién querría estar en otro lugar?.. - Dijo triste.
- ¿Como te encuentras?. ¿Necesitas algo?. - Dijo sonriendo.
- Mal, Jessi. Me encuentro mal, cada vez peor, y tu lo sabes. Sé que lo sabes. - Dijo abatido.
- Es cierto, necesitas que te cure un poco.. - Dijo sonriendo.
- No, Jessi. De veras que no. No necesito nada. Estoy bien así. - Suplicó asustado.
- Y lo primero que voy ha hacer es bajarte la fiebre.. - Dijo mientras sacaba otra botella de agua helada de la nevera.
- No, por favor. No. No me pinches de nuevo. Jessi, por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Procura no desmayarte o te garantizo que tendrás un buen premio cuando vuelvas en si. - Dijo mientras llenaba de agua la jeringuilla.
- Lo intentaré, Jessi. - Balbuceó asustado.
La ahuja atravesó la piel y penetró una vez mas en su riñón.
- Verás como te gusta. - Dijo sonriendo mientras le inyectaba agua helada en el riñón.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor
- No, por favor. No. No sigas, por favor. - Dijo entre sollozos.
- Te hace falta. Vamos no exageres. Solo es un pinchazo. - Dijo riéndose mientras le clavaba de nuevo la ahuja y le inyectaba.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
- Ahora tranquilo y trata de no moverte, voy a inyectarte un poco mas  profundo. Será doloroso, pero te está haciendo falta. - Dijo mientras le mostraba una ahuja aun mas larga.
- Nooooooooooooooo. Nooo. Nooo. - Chilló aterrado.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló antes de desmayarse.
Cuando volvió en si, lo primero que vio fue su sonrisa.
- Por favor, Jessi. Por favor. No mas, por favor. No me hagas esto otra vez, por favor.
- Tranquilo, vamos. Si solo te estoy bajando la fiebre..
- Lo se, Jessi. Pero me estás haciendo mucho daño.
- Déjame descansar solo un rato, por favor.
- Por favor, Jessi. Sabes que no me iré a ninguna parte, por favor. - Suplicó aun mas asustado.
- ¿Recuerdas que te dije que no debías desmayarte, verdad?. - Dijo sonriendo.
- Si, Jessi. Lo recuerdo. - Dijo asustado.

- Pero.. Pero.. Tu sabes que no está en mis manos no desmayarme. No puedo hacer nada para evitarlo y tu lo sabes. Nada me gustaría mas que encontrarme bien y no molestarte, pero no puedo hacer nada. - Dijo asustado.
- Calmate, esto solo será un pequeño aviso. Ni te vas a enterar.. - Dijo sonriendo mientras cogía un palillo de encima de la mesa.
- ¿Que?.. ¿Que vas ha hacerme?. - Dijo entre lloros.
- Vamos. ¿Acaso no has visto nunca un palillo? - Dijo sonriendo.
- Si, Jessi. Los he visto miles de veces, pero.. - Dijo entre lloros.
- Pero tu.. Tu.. Se que me harás mucho daño con el.. - Sollozó asustado
- Abre la boca y no me hagas perder el tiempo.
- No lo hagas, Jessi. Por favor.. Por favor.
El la miró aterrado y sollozó desconsoladamente pero hizo lo que le pedía.
- Así me gusta que sepas lo que te conviene. - Dijo sonriendo mientras le clavaba el palillo con fuerza en la encia inferior.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Y ahora cierra lo boca con cuidado.. No querrás clavarte mas el palillo, ¿verdad?. - Dijo sonriendo.
El lloraba y la miraba suplicando que se detuviese mientras mantenía obstinadamente la boca abierta.
- ¿Acaso no me has entendido?. - Dijo mientras le miraba seria.
El la miró con ojos horrorizados mientras lloraba sin parar.
- No te preocupes, te ayudaré.. - Dijo mientras empujaba el palillo, cuidando de que se lo clavase en la mandíbula superior.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor, mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.
- Vamos no exageres, esto solo ha sido un pequeño aviso. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada en la mejilla.
El lloró asustado mientras la miraba.
- No llores.. Se van a creer que te estoy maltratando.. Con lo que yo te cuido. - Dijo sonriendo.
- Veamos que tal están tus encías. - Dijo mientras le obligaba a abrir la boca y recortaba el palillo por la mitad, para que quedase clavado en ambas encías.
- No está nada mal. Creo que servirá. - Dijo riéndose.
- Y ahora, si estás tranquilo apenas si lo vas a notar. - Dijo riéndose.
- Por favor. Por favor. No lo hagas. Por favor.. - Suplicó aterrado.
- No, por favor. No. No. Noooooooo. - Chilló aterrado.
- Bueno, ya sabes como va esto. - Dijo mientras le colocaba de nuevo las odiosas pinzas que le bloqueaban las mandíbulas.
- Ahhhhhhhhh. - Chilló asustado.
- Tranquilo.. Solo va a ser un momento. Ni te vas a enterar.. - Dijo mientras se aseguraba de que no pudiese mover la mandíbula.

viernes, 19 de agosto de 2011

CAPITULO 38 - SONRISA DE HIELO..





- No te preocupes y trata de estar tranquilo. En un rato habré terminado. ¿No querrás estropearme la grabación, verdad?. - Dijo mientras acariciaba con suavidad las ahujas clavadas en su ojo derecho.
- Ahhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Lo siento, Jessi. No quería molestarte. - Dijo asustado.
- Lo se. Tratas de comportarte como debes, pero no siempre lo consigues.. - Dijo mientras acariciaba de nuevo las ahujas.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Chilló aun mas asustado.
El la miró aterrado y tembló.
- Pero no te preocupes. Aquí estoy yo para ayudarte a que no olvides que si sigues viviendo es solamente por mi generosidad y porque confió en ti. Pese a que a veces me decepcione tu desconfianza. - Dijo mientras encendía el hornillo.
- No lo hagas, por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- ¿Te asusta el hornillo?. No debes tenerle miedo, el hornillo está aquí única y exclusivamente para que te encuentres mejor. Pero, no te impacientes, antes de que lo uses te vendrá bien refrescarte un poco mas. - Dijo mientras le inyectaba de nuevo agua helada en el riñón.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Lo ves. La fiebre te está bajando.. En un rato te encontrarás mucho mejor.. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Si, Jessi. Seguro que estaré mejor. - Dijo deprimido.
Estaré mucho mejor, tanto que probablemente, de bien que me encuentre será la última vez que siquiera me encuentre. Conseguirás que no vuelva a encontrarme ni bien ni mal. Estoy seguro de que no aguantaré mucho mas. Cada vez me encuentro peor. Mucho peor, siempre peor.. No recuerdo haberme encontrado nunca tan mal..
Pero tu sigue divirtiéndote, no te detengas. No sea que se te estropeé la diversión y te des cuenta de lo que estás haciendo.. No sabes lo que haces, y cuando lo sepas ya será tarde para arrepentirte porque yo ya no estaré aquí. Y tendrás que cargar con esto sobre tu conciencia el resto de tu vida..
Otra vez esa maldita ahuja.. De nuevo me vas a atravesar hasta las entrañas. De nuevo ese insufrible dolor.. Dios mío.. ¿Cuando se acabará esta maldita pesadilla?..
- Esto es mil veces mejor que el aire acondicionado. Verás como te refresca. - Dijo mientras le inyectaba de nuevo agua helada en el riñón.
- Ahhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras palidecía.
- Animo tu temperatura ya es casi normal.. En cuanto baje  un poco mas podrás usar el hornillo. Seguro que te mueres de ganas por probarlo. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. - Suplicó asustado.
- Vamos, deja ya de gimotear que apenas si te he tocado. ¿Se puede saber que te pasa?. Te estoy tratando con delicadeza y aun te quejas. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y sonreía.
- No me pasa nada, Jessi. Perdona si te he molestado. Pero, es que me duele mucho. ¿No podrías darme aunque solo fuese un calmante?.  Algo que me haga estar un poco mas confortable mientras haces lo que sea. Por favor, Jessi. Dame un calmante. No te pido que me dejes inconsciente, aunque sería preferible antes que seguir aguantado este dolor atroz. Pero si por favor me dieses algo que hiciese que sintiese menos el dolor. Significaría mucho para mí. Por favor, Jessi. Por favor.. - Suplicó asustado.
- Vamos trata de calmarte y no me hagas una escena. Se van a creer que te pasa algo.. - Dijo mientras posaba un tenedor de trinchar sobre el hornillo encendido.
- Dios mío, Jessi. ¿Que vas ha hacer con eso? ¿Que me vas ha hacer?. - Dijo mientras la miraba con los ojos desorbitados.
- Tranquilo, vamos. Aquí no pasa nada. No hay nada que deba preocuparte. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos.
- Pero.. pero, Jessi. Como voy a estar tranquilo.. Si tu.. tu.. - Dijo entre sollozos.
- Vamos, trata de pensar en otra cosa. No será tan terrible como crees. - Dijo sonriendo.
- ¿Que?. ¿Que vas a hacerme?. - Dijo mientras la miraba horrorizado.
- Deja de llorar. Vamos.. Sabes que hago lo mejor para ti. Y que procuro que estés lo mas cómodo posible. Te trato con cariño y hasta me preocupo por ti. Y tu como me lo pagas. Portándote como un niño caprichoso. ¿Te parece que eso es justo?. - Dijo mientras le acariciaba de nuevo los cabellos.
- Lo siento mucho, Jessi. No pretendía molestarte. Perdóname, por favor. Intentaré no molestarte. Pero.. si no lo consigo prométeme que no te enfadarás conmigo. Por favor, Jessi. No soportaría verte enfadada. - Dijo preocupado.
- Ya casi no tienes fiebre. Es hora de que entres un poco en calor. - Dijo mientras se ponía los guantes ignífugos.
- Jessi, por favor. Por favor. No lo hagas, por favor. - Suplicó aterrado mientras ella cogía el tenedor de trinchar.
- No, no. No.. - Chilló al verla acercarse con el tenedor al rojo en la mano.
- Otra cosa.. Hagamos esto un poco mas divertido.. No te voy a amordazar, ni siquiera te volveré a poner el tubo salvo que haga falta para el final.. Pero.. Solo te lo diré esta vez. Como escuche el menor grito la primera vez que chilles pintaré tus labios con un cuchillo al rojo.. La siguiente vez haré algo un poquitín mas fuerte y así sucesivamente. Hasta que al final supliques tu muerte. Se que lo harás.  - Dijo riéndose.
Es hora de empezar.. Verás como te diviertes. - Dijo riéndose.
El la miró con ojos desorbitados y mordió sus labios aterrado.
Dios mío, Jessi. ¿Como puedes decir semejante monstruosidad con una sonrisa?. Siempre esa sonrisa malvada. Si, lo es. Tu sonrisa de hielo es malvada.. No tienes corazón y acaso nunca lo has tenido. Me torturas e incluso te permites atormentarme. ¿Que crees que podría hacer para evitar chillar mientras me vas a ensartar con un hierro al rojo?. Nadie conseguiría no chillar. ¿Que pretendes que haga?. Por Dios, Jessi.
- Empecemos suave, con delicadeza.. No hace falta apresurar las cosas. - Dijo mientras le clavaba el tenedor de trinchar en su mano izquierda.
- Ahhhhhhhh. - Chilló de dolor incapaz de contenerse.
- Perdóname, Jessi. Por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Quedarán preciosos, ya lo verás. - Dijo riéndose mientras se le acercaba con un cuchillo al rojo.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Vamos no dramatices.. Con lo bonitos que van a quedar. - Dijo mientras sujetaba sus labios muy abiertos con una mano, y con la otra les acercaba el cuchillo hirviendo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la miraba horrorizado.
- Ya está y casi ni te has enterado.. - Dijo riéndose.
El sollozó asustado mientras la miraba sin poder dar crédito a lo que veía.
- Será mejor que cuidemos esos labios. Parecen un poco resecos. - Dijo mientras se le acercaba con la jerguilla llena de agua helada.
- Están bien, Jessi. Por favor. Por lo que mas quieras, déjalos como están. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Vamos, hay que cuidarlos un poco. Les vendrá bien refrescarse, ya lo verás. - Dijo mientras le inyectaba agua helada en los labios.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor antes de desmayarse.
Un rato después..
El volvió en si y la miró.
- Jessi, por favor. Por favor. Por favor. Por favor.. No me hagas daño, por favor. - Suplicó lloroso.
- Tranquilo.. Vamos, no tienes de que preocuparte. Si apenas te he tocado.. - Dijo mientras retiraba el tenedor de trinchar ya frío de su mano izquierda.
El lloró asustado pero consiguió no chillar.
- Jessi. ¿Porque me odias tanto?. ¿No te parece que ya he sufrido demasiado?. ¿Hasta donde quieres llegar?. Por Dios, Jessi. Ten un poco de piedad y no me hagas sufrir mas. Tan solo eso, por favor. No te pido mucho, ni tan siquiera suplicaré por mi vida. Se que probablemente tenga ya lesiones que me harían imposible sobrevivir. Si por lo menos te apiadases un poco de mi y dejases de torturarme. Díme que al menos lo pensarás, por favor. Jessi, por favor.
- Lo siento por ti. Créeme si te digo que siento mucho que estés en semejantes circunstancias. Siento mucho que te encuentres mal y que te duela, pero es la única forma de hacerlo. Si hubiese otra forma de hacer las cosas sin que sufrieses, créeme que lo haría. Pero no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Es imposible. Debes tratar de aguantar de la mejor manera que puedas e intentar tener un poco de paciencia. Trato de hacer las cosas con la máxima delicadeza posible e intento cuidarte con cariño. Me preocupo por ti, procuro que te encuentres bien, y estés lo mas cómodo posible. Procuro con todos los medios a mi alcance que no te falte nada y que tengas cuanto necesites. Y aun protestas y te quejas de mi amabilidad. Eres un desagradecido. Si, un desagradecido que no valora la suerte que tiene de estar bajo mis cuidados y de que te trate con tanto cariño.
- Quizás debería empezar a tratarte tal cual mereces y dejarme de contemplaciones. Ya que no solo no agradeces mis desvelos, sino que además te permites incluso exigir. ¿Te parece que eso es justo?. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. No pretendía molestarte. No pienso con claridad. Por favor, lo último que querría sería enfadarte. - Dijo preocupado.
- Perdóname, por favor. Se que te preocupas por mi e intentas tratarme bien. Pero.. Compréndeme, por favor. Jessi. Estoy al limite de mis fuerzas. Llevas horas o días atormentándome, no me dejas ni un triste minuto de descanso..
- Por Dios, Jessi. ¿Como quieres que esté?. ¿Harías algo por mi?. Por favor, por favor.. Necesito saber que piensas hacer conmigo. Jessi, por favor. Te lo suplico, díme algo. Lo que tu quieras, pero háblame, por favor.
- Pero.. ¿Cuando he dejado yo de hablar contigo?. Con el cariño que te trato. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos y sonreía.
- Vamos, tienes que intentar tranquilo.. No te conviene estresarte en exceso. Piensa un momento. ¿Que ganarías con ponerte mas nervioso de lo que estás?. - Dijo mientras sujetaba cuidadosamente su cabeza con mas cinta de embalar.
El se echó a llorar y tembló asustado.
- ¿Se puede saber porque lloras ahora?.
- Lo siento, Jessi. Pero.. pero.. ¿Como quieres que esté tranquilo mientras me atas aun mas fuerte la cabeza. Eso lo único que puede significar es que estás a punto de.. de..
- Vamos, vamos.. No se te ocurra montar otra escena. Aquí no pasa nada que deba de preocuparte. ¿verdad que no?. - Dijo riéndose.
- No Jessi, no pasa nada. Ese es el problema. Aquí nunca pasa nada agradable. Y yo nunca se que piensas hacer conmigo. Ese es el problema. Si al menos supiese lo que me va a ocurrir. Quizás podría intentar hacerme a la idea e intentar prepararme para lo inevitable. - Dijo entre sollozos.
- Está bien.. Por esta vez y sin que sirva de precedente,  te diré lo que te va a ocurrir.. Se que me arrepentiré de habértelo dicho y que probablemente no sea buena idea, pero.. Te lo diré solo para que veas, y seguro que estarás de acuerdo conmigo, con que lo último que querrías sería conocer lo que te va a suceder.. - Dijo riéndose.
- Dios mio, Jessi. ¿Tan terrible es lo que me vas ha hacer que tienes que dar mil rodeos e intentar dorarme la píldora?. Dímelo sin tapujos, por favor. Sea lo que sea, ya nada creo que vaya a asombrarme. - Dijo preocupado.
- Esta bien, te lo diré con mi delicadeza habitual, eso si, no quiero escuchar ni un grito. ¿Estamos?.
- Lo intentaré, Jessi. - Dijo aun mas preocupado.
- Estoy a punto de operarte y extraer un bonito souvenir del interior de tu cuerpo. Y el único propósito del souvenir, aparte del obvio que es, hacerte sufrir tal cual mereces. Es comprobar como te encuentras, y que medidas debo adoptar para salvaguardar tu integridad física el mayor tiempo posible. Siento decírtelo de ese modo, pero es así.
- Dios, dios, dios.. Dios mio, Jessi. No puedes estar hablando en serio.. - Dijo aterrado.

domingo, 14 de agosto de 2011

CAPÍTULO 37 - ENTRE DELIRIOS..






El miró horrorizado el plástico que comprimía su cara y lloró amargamente.
Intentó coger aire sin conseguirlo y perdió el sentido..
Solo entonces abrió la bolsa, le acercó a la cara un trapo empapado en éter y abandonó la habitación.
En la cocina los chicos bebían unas cervezas charlando despreocupadamente, se levantaron al verla llegar.
- Ya os lo podéis llevar. - Dijo mientras señalaba la puerta de la habitación.
- Ahora mismo. - Dijeron mientras se dirigían a la puerta.
Un rato después.
- Procurad posarlo exactamente como está. Es importante que no varié la inclinación. - Dijo con seriedad.
- Descuide, se hará tal cual nos ha dicho.
Un rato después
Ella cerró la puerta de la cabaña y cruzó una vez mas el bosquecillo, junto a la carretera la esperaba Dennis con gesto de preocupación.
- Jessi. ¿Dónde prefieres viajar en el camión para comprobar que todo este en orden o te tomarás un descanso y vendrás conmigo en la limusina?.
- Creo que es una oferta muy tentadora.. Y bien pueden descansar unas horas sin mí.. Vámonos. - Dijo subiendo en la limusina.
- Sabia decisión, Jessi. - Dijo sonriendo.
- Toma Jessi, esto es para ti. Ya está aparcado, tal cual querías. - Dijo mientras le daba la documentación del coche.
- En tal caso ya podemos irnos.
- Claro, Jessi. Como quieras. - Dijo Dennis.
- Vámonos. - Dijo Dennis bajando un poco la mampara de la limusina.
Un rato después..
- Jessi.. Jessi. Jessi. Me tienes en ascuas. - Dijo Dennis sonriente.
- Bueno, me tienes en ascuas a mi y a todos los que estén viendo el streaming, estoy seguro.. Me muero de ganas por saber lo que vas a hacer ahora.
- Lo estaba viendo y no podía dar crédito a lo que veía.. Eres terrible.. - Dijo riéndose.
- Oh, vamos.. No exageres. Cualquiera habría hecho exactamente lo mismo. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Lo eres, Jessi. Realmente terrible. - Dijo riéndose.
- Vamos, solo un adelanto. Algo habrá que puedas decirme, ¿verdad?.
- Pues no. Se que estás impaciente por conocer lo que va ha suceder,  pero tendrás que esperar aun un par de horas. - Dijo riéndose.
- Jessi,  solo un pequeño avance. - Dijo mientras la miraba sonriente..
¿Un adelanto?.. Está bien. - Dijo sonriendo.
- Te garantizo que no va a tener ni un segundo de respiro y que no te despegarás del asiento suceda lo que suceda, porque no querrás perderte ni un segundo.
- Oh.. Te creo, Jessi. Se que será algo realmente terrible.. - Dijo pensativo.
- ¿Terrible?. ¿No querrás decir que será algo apasionante?. Y que te mueres de ganas de verlo.
- No, Jessi. Aun tiemblo al recordarlo. Fue terrible lo que le hiciste. Me dieron ganas de entrar en la habitación e intentar tranquilizarle, cogerle de la mano, hablarle.. No se, hacer algo. No le conozco ni por supuesto le aprecio, pero.. Nadie debería tener que pasar por eso nunca, al margen de lo que haya hecho.. - Dijo Dennis.
- Tienes un gran corazón y eres muy compasivo. Lo sé. - Dijo mientras le sonreía.
- Y no contenta con eso, aun te pareció poco y sacaste el hacha. Creía que ibas a matarle a sangre fría de un hachazo en la cabeza. Se me revolvió el estomago y tuve que levantarme y dar un paseo por la habitación.. No sabía que hacer.. Terrible, Jessi. Digas lo que digas, lo fue.
- Vaya, siento que lo hayas pasado tan mal. No creía que el streaming te fuese a afectar tanto. Quizás no sea buena idea que sigas viendo el desenlace.. - Dijo preocupada.
- Quizás tengas razón. La próxima vez lo mejor será que apagué el monitor y me ponga a hacer otra cosa. Pero.. Lo que no entiendo.. ¿Porque tanto odio?. ¿Porque tanta violencia..?. - Dijo Dennis
- La verdad es que se lo he hecho pasar realmente mal. Y eso es solo el principio.. Pero el se lo buscó.. Tiene que pagar por lo que hizo y lo hará, lo pagará hasta con la última gota de su sangre. Lo seguirá pagando mientras le quede un soplo de aire. - Dijo seria.
- Te entiendo, Jessi. Y se que lo pagará, si es que no lo ha pagado ya con creces. Pero Jessi. La próxima vez que vayas a hacerle algo así de fuerte, avísame antes para no verlo, por favor.
- Claro, Dennis. Te avisaré.  Pero.. ¿Tan terrible te pareció lo que le hice?. - Dijo sonriendo.
- Si, Jessi. No logro quitarme de la cabeza su mirada. Sus ojos desorbitados y cubiertos de lágrimas. Esa mirada de horror, mientras veía como poco a poco le encerrabas en la bolsa sin poder hacer ni decir nada..
- Creo que tendré pesadillas con esa mirada. Esa maldita mirada me perseguirá mientras viva, estoy seguro.. Tendría que haber hecho algo por el. -  Dijo Dennis preocupado.
- Vamos Dennis. ¿Que ibas ha hacer tu?. No está en tus manos tratar de salvarle.
- Lo se, Jessi. Pero justo en ese momento me dieron ganas hasta de comprar su vida. Se que es absurdo, pero justo en ese momento habría hecho lo que fuese para salvarle. No se si lograría sobrevivir, pero.. Siempre podría intentarse, ¿no?..
- No, sea cual sea el precio, no está en venta.
- Y ahora, creo que te está haciendo falta una buena copa de champagne. Pareces algo cansado.. - Dijo mientras le sonreía.
- Claro Jessi, nos vendrá bien una copa. Pero díme que al menos te lo pensarás. - Dijo Dennis preocupado.
- No hay nada que pensar. Ya tiene casi un pie en la tumba, y nadie logrará cambiar eso. - Dijo seria.
- Lo entiendo, Jessi. No insistiré mas.
- Pero tu no tienes porque verlo si no quieres, será algo fuerte. Y si luego dices que vas a recordar su mirada persiguiéndote, quizás fuese mejor que no le vieses.
- Se que no debería de verle, y que me preocuparé.. Pero.. Es superior a mi. No puedo perderme ni un segundo de lo que le suceda.
Un rato después..
- Es hora de parar de nuevo. - Dijo Jessica
- ¿Otra vez?. Casi estamos llegando. ¿No puedes dejarle permanecer despierto ni siquiera un par de minutos?. En veinte minutos como mucho habremos llegado.
- No. Es necesario que duerma. - Dijo bajando de nuevo la mampara de la limusina.
- Hay que parar de nuevo. - Dijo seria.
- Si, señora. Ahora mismo nos detenemos.
Ella se bajó de la limusina y caminó hacia el camión. Subió a la cabina, atravesó la portezuela y se dirigió a la caja del camión.
Bajó un poco la cremallera y le puso una inyección, el seguía inconsciente y completamente inmóvil, tanto que ni se inmutó.
Un rato después.
- Ya están instalados tal y como querías. - Dijo Dennis.
- En tal caso, voy a divertirme un rato.. Hace horas que no transmito, y eso no puede ser. - Dijo riéndose.
- Claro, Jessi. El streaming debe seguir.
Ella entró en la obscura habitación y le observó, parecía dormir plácidamente totalmente ajeno a lo que sucedía.
Abrió la bolsa y le encadenó a la mesa, tensando las cadenas con fuerza y asegurándose de que el tubo siguiese en su sitio.
- Hora de despertar. - Dijo riéndose mientras volcaba un cubo lleno de agua fría sobre el.
El la miró y  lloró asustado.
Dios mío.. ¿Como has podido hacerme esto?. Después de todo lo que ha pasado y aun sigo vivo, aun me harás sufrir, aun estoy en tus frías manos..
No tienes corazón, Jessi. Eso no se hace.. Me hiciste creer que.. Creí que no lo contaba. Creí que era el final. De entre todas las muertes horribles que se pueden tener, creo que esa es la peor.. Dios mío.. ¿Como has sido capaz de hacerme eso?. ¿Acaso tu frío corazón es de hielo?. Dios mío, Jessi. Jamás pensé que nadie fuese capaz de hacer semejante salvajada a otro ser humano.
- Vamos, deja ya de sollozar.. - Dijo mientras le clavaba una ahuja en la vejiga y extraía un poco de líquido para disminuir la presión.
Un líquido rojizo salió a borbotones.
- Estás casi listo.. Pero será mejor que te ayude un poco. - Dijo mientras le quitaba la pinza a la sonda y dejaba que se vaciase su vejiga, para volver a obstruir la sonda de nuevo.
El la miró con pavor, y lloró aterrado.
Dios mío, Jessi. Ni siquiera se lo que me estás haciendo.. Solo se que cada vez me encuentro peor. Siempre peor.. No me dejas ni un triste segundo de descanso. Ojalá supiese lo que estás haciendo conmigo. Si al menos supiese a que atenerme.
- Deja de llorar, no tienes de que preocuparte. - Dijo mientras vaciaba una botella a través del tubo y apretaba su vientre con fuerza.
El la miró con ojos vidriosos, se puso pálido y lloró.
- Ahora dejemos que la naturaleza siga su curso. - Dijo riéndose mientras le sacaba el oprimente tubo.
Esbozó una tímida sonrisa y la miró.
- Dios mío, Jessi. Dios mío.. No sabes cuanto deseaba que me quitases el tubo. - Balbuceó preocupado.
- Gracias, gracias, gracias por quitarme el tubo, Jessi. Muchísimas gracias. - Dijo preocupado.
- Oh, Jessi. Ha sido horrible. Prométeme que no me vas a volver a hacer eso nunca. Por favor. - Suspiró preocupado.
- Mátame o has conmigo lo que sea, pero no me vuelvas a meter en una bolsa, por favor.
- ¿En una bolsa?. Creo que tienes demasiada fiebre como para saber lo que dices.. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. No juegues mas conmigo. Sabes que  lo que digo es cierto. Estuve al borde de la muerte y tu lo sabes. - Dijo con amargura.
- La fiebre te hace delirar. Quizás debería de bajarte la temperatura. Te está haciendo falta refrescarte un poco. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor.. Me encuentro muy mal, no me hagas mas daño, por favor.
- Calma, no tienes de que preocuparte.. Verás como en un rato estás mucho mas fresquito. - Dijo riéndose.
Ella abrió la nevera y sacó una botella de agua casi helada.
- Jessi, por favor. - Suplicó aterrado.
- Creo que servirá. - Dijo mientras cargaba la jeringuilla con el agua y se le acercaba.
- Calma, apenas si lo vas a notar. - Dijo mientras clavaba la larga ahuja en su riñón.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras palidecía aun mas.
- Verás como te refresca. - Dijo mientras inyectaba el agua helada en su riñón y cargaba de nuevo la jeringuilla.
El la miró horrorizado sin poder dejar de llorar.
- No por favor. Por favor, Jessi. No me hagas esto, por favor.
- Debes estar fresco, no podemos consentir que un poco de fiebre nos arruine la diversión, ¿verdad?. - Dijo riéndose.
- Por favor, por favor, por favor.. - Suplicó asustado.
- Vamos en un rato te encontrarás mucho mejor, ya lo verás. - Dijo sonriendo.
- Jessi, por favor.. Por lo que mas quieras.. ¿Porque me haces esto?. No me hagas mas daño. Por favor. ¿Acaso no ves lo mal que me encuentro ya?. Ten un poco de compasión de mi. Por favor, por favor. Jessi, por favor.. - Suplicó entre lloros.   

viernes, 5 de agosto de 2011

CAPÍTULO 36 - AGUANTAR Y CALLAR..






- Es cierto, estás ardiendo de fiebre.. - Dijo mientras le tocaba la frente.
- Te dije que no te apresurases e intentases relajarte, ¿recuerdas?.
- Si, Jessi. Te juro que no me he movido e incluso intenté estar tranquilo, pero.. No me encuentro nada bien. - Dijo entre lloros.
- Será mejor que te ayude a que te encuentres mejor. - Dijo mientras clavaba una larga ahuja en su vejiga y extraía un poco de líquido.
- Tienes suerte de que tenga prisa.. Sino aún esperarías un buen rato. - Dijo mientras le daba un golpecito en el bajo vientre.
El contuvo el grito haciendo un esfuerzo mientras la miraba aterrado.
- Jessi, por Dios. No me asustes mas de lo que ya estoy. ¿Porque tienes prisa?. ¿Que sucede?. - Dijo mientras miraba con aprensión la larga ahuja a punto de volver a clavarse en su vientre.
- Tengo que prepararte, esto ya se acabó. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos y cogía de nuevo la ahuja.
- Muchas gracias por decírmelo, Jessi. Significa mucho para mí. - Dijo mientras la miraba sombrío.
- ¿Podrías decirme, por favor, como será?. ¿Como piensas acabar conmigo?. ¿Sufriré mucho?. - Dijo mientras sus ojos se anegaban de lágrimas.
- Vamos, intenta estar tranquilo. En un momento habré terminado. - Dijo mientras pasaba una larga tabla por debajo de sus paletillas, y le añadía sendas argollas.
- Claro que si, Jessi. Tengo que intentar estar tranquilo mientras me encadenas por las muñecas a un largo tablón. - Dijo abatido.
- Y ahora lo mas difícil.. Tengo que soltarte de la cama.. Ten por seguro que disfrutaré con cada vuelta de la cadena, con cada enganche, con cada pequeño desgarro que sufras en tu piel.. Así debe ser.. - Dijo mientras le sonreía.
- Y otra cosa.. - Dijo mientras daba un fuerte tirón a las cadenas de sus muslos.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor casi al borde del desmayo.
- No me interrumpas. - Dijo mientras le miraba seria.
- Perdóname, Jessi. No pretendía molestarte. - Dijo entre sollozos.
- Ni se te ocurra suplicar por un calmante, por que me detenga, ni por un segundo de respiro. Porque no los tendrás. A partir de ahora te toca aguantar y callar.. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo intentaré, Jessi. Perdona si te he molestado, te juro que no fue con mala intención. - Dijo decaído.
- No te preocupes, nada hay que puedas hacer para molestarme.. Es mas, te garantizo que si una parte de tu cuerpo me intenta entorpecer acabará tirada junto a tus pies. - Dijo riéndose.
Ella cogió unos alicates y comenzó a abrir la primera argolla que estaba trenzada en su piel.
El intentó por todos los medios no chillar, sin resultado.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, mientras su piel se desgarraba al desprenderse de la cadena.
- Vamos, si apenas estoy empezando.. Vas a acabar totalmente desconocido, ya lo verás. - Dijo riéndose.
El miró con horror la pequeña herida que había dejado la cadena al desprenderse y se echó a llorar desconsoladamente.
Temblaba y se retorcía de dolor mientras ella iba tirando poco a poco de la cadena, muy lentamente para extraerla cuando estaba situada bajo una capa profunda de la piel, y dando un fuerte tirón cuando estaba superficial.
- Vamos, deja ya de llorar.. Se van a creer todos que eres muy blandito y que no aguantas nada.. Intenta aguantar y comportarte.. Te estás portando como si fueses de algodón..
- Mira que eres blandito. - Dijo riéndose mientras le daba un fuerte tirón a la cadena que le mantenía sujeto al somier.
- Jessi, por favor.. Déjame descansar tan solo un minuto, por favor. Por favor.. - Suplicó lloroso.
- ¿Que te había dicho?. - Dijo mientras le miraba seria y abría otra argolla que atravesaba su piel.
- Lo siento mucho, Jessi. Intentaré no molestarte mas. - Dijo en un hilo de voz mientras intentaba no chillar.
- Me parece muy bien. - Dijo mientras ponía en marcha el taladro.
El la miró horrorizado y trató de forcejear al verla acercarse con el taladro encendido, desgarrando su piel.
- Ni lo vas a notar, ya lo verás. - Dijo riéndose mientras atravesaba la herida de su hombro y el tablón.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor antes de perder el sentido.
Cuando volvió en si, le había quitado las cadenas y le estaba sujetando al tablón.
- Tienes mucha suerte.. Estás tan débil que si llego a continuar mucho rato este habría sido tu final. Pero no.. las cosas buenas siempre se hacen esperar.
- Te has ganado un pequeño descanso y un viaje al país de los sueños.. - Dijo riéndose.
- Eso si, no te aseguro de que al despertar conserves tu cuerpo tal cual está ahora.. Cuantas menos extremidades tengas, menos trabajo tendrá que hacer tu maltrecho corazón. - Dijo mientras le acariciaba el pecho.
- Dios mío, Jessi. Te juro que a mi corazón no le pasa nada. Por lo que mas quieras, díme que solo bromeabas.. Por favor, por favor.. - Suplicó aterrado.
- Cálmate, no te conviene estresarte.. ¿No querrás sobrecargar de trabajo a tu corazón, verdad?. - Dijo mientras preparaba una jeringuilla.
- No, Jessi. Tienes razón. ¿Porque iba a estar asustado?. ¿Quién no lo estaría en semejantes circunstancias?. Es lo mas normal del mundo que me digas que quizás cuando despierte, ya me hayas amputado alguna otra parte de mi cuerpo.. - Dijo mientras se le quebraba la voz.
Ella cogió la jeringuilla y se le acercó sonriente, el la miró con horror.
- Dios mío, Jessi. No me hagas esto, por favor. Otra vez, no. Por favor, permíteme que esté despierto. Por favor.. - Dijo mientras la miraba aterrado.
- Calma.. No tienes de que preocuparte.. Vamos tranquilo.. - Dijo mientras le empezaba a inyectar y el líquido iba entrando poco a poco en sus venas.
- Jessi.. No, por favor.. No.. - Dijo entre sollozos, mientras la empezaba a mirar con ojos vidriosos.
- Vamos.. No hagas un drama de esto. Tan solo vas a dormir unas horas.. - Dijo mientras le ayudaba a apoyar la cabeza en la tabla y la fijaba con cinta de embalar.
- Jessi. Díme que no vas a coger ningún otro souvenir. Por favor. Tan solo eso.
- ¿Un souvenir?. ¿Acaso se te apetece convertirte en un conjunto de souvenirs?. - Dijo mientras le iba atando a la tabla con cinta de embalar.
- Es que.. has atado otra vez mi cabeza.. Como la otra vez.. Y.. Y yo.. - Sollozó aterrado.
- Vamos, no me montes otra escena.. Y tranquilo, pronto habré acabado. - Dijo mientras se le acercaba con el largo tubo en la mano.
- El tubo, no, por favor. Jessi, beberé lo que quieras. No tendrás que decírmelo dos veces. Por favor, Jessi. - Suplicó asustado.
- Por favor, el tubo no. Por favor, me hace mucho daño. Dijiste que ya no podía digerir alimentos.. Lo dijiste. - Dijo entre lloros.
- Y no puedes.. Te falta la mayor parte del intestino.. Y ahora vale de charlas inútiles y abre bien la boca.
- Jessi.. Jessi.. Por favor. Por favor. No me hagas esto. - Dijo entre lloros.
Ella cogió una linterna y miró su irritada garganta, aun tenía las huellas de haber llevado el tubo demasiado rato puesto, de las pinzas que había llevado clavadas y de diversos instrumentos.
Mojó el tubo en alcohol y se lo empezó a meter muy despacio.
- No.. no.. no.. - Lloró asustado.
- Vamos.. Intenta tragar deprisa o lo vas a pasar realmente mal. - Dijo mientras seguía jugando con el tubo metiendo y sacando un poco de cada vez sin avanzar realmente.
- Ahhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la miraba con ojos suplicantes.
- Lo ves.. Te estaba haciendo falta ya el tubo. Si hasta te cambió el color.. - Dijo riéndose mientras le veía hacer esfuerzos para respirar.
El sollozaba aterrado mientras la miraba con ojos suplicantes.
- Mmmmmmmmm. - Suplicó aun mas asustado.
- Espero que por tu bien no sea necesario usar el tubo.. Prefiero usar una solución menos drástica, pero si finalmente lo tengo que usar. Que sepas que será una de las imágenes mas vistas en youtube durante años.. Nadie ha hecho nunca algo así. Serías famoso de la noche a la mañana..
El la miró aterrado y palideció antes de desmayarse.
Ella le introdujo el resto del tubo y lo fijo para que no se moviese.
Cuando abrió los ojos le había cubierto con una sabana limpia, y le estaba metiendo en una bolsa para cadáveres.
El intentó moverse, pero estaba fuertemente atado y nada podía mover..
Intentó chillar, para avisarla de que estaba bien, pero ella no le prestaba atención y seguía cerrando la bolsa sin inmutarse.
Lloró, forcejeó e intento chillar sin resultado, pero apenas si podía moverse, y nadie parecía mirarle, tan solo oía su voz lejana golpeando su cabeza, abrumándole con nuevas exigencias. Haciéndole daño de nuevo. Mientras la bolsa se iba cerrando poco a poco, eslabón a eslabón, hasta casi terminar de cerrarse la cremallera.
Dios mío, Jessi. ¿Es que acaso no ves que sigo vivo?. Mírame por favor.. Tócame. Escucha mi corazón, por lo que mas quieras..
Estoy vivo. No se lo que ha podido ocurrirme, pero te juro que sigo vivo. Por Dios, mírame, por favor..
Estoy vivo.. Estoy vivo.. Maldita sea.. Estoy bien.. No me puedes hacer esto. Por Dios mirame.. Te juro que estoy bien..
No me pasa nada.. Jessi, por Dios.. Asegúrate de que estoy vivo. Tu tienes que saber que no he muerto..
Todo fue por aquella maldita inyección. Me encuentro muy mal pero te juro que sigo vivo.
Sus ojos se cubrieron de lágrimas mientras la miraba fuera de si.
Por mas que lo intentaba no lograba realizar ningún movimiento y apenas si podía fijar la mirada en lo que estaba sucediendo.
Dios mío.. Sigo vivo, por favor. Asegúrate de nuevo. Compruébalo por Dios. Te juro que estoy bien..
Ella seguía absorta en los preparativos, atando la bolsa a la altura de sus muñones para que la bolsa quedase mas ajustada.
Atando la bolsa a la altura de su cintura, para que no se abriese por el camino..
La cremallera continuaba subiendo.. Ya le llegaba a la altura del pecho.
Vio con horror que había posado un hacha sobre la mesa y que tenía restos de sangre y lloró desconsoladamente..
Dios.. Dios.. Por culpa de un maldito tubo que no me deja chillar ni tan siquiera emitir sonido alguno me va a enterrar vivo..
Maldita sea.. No puede ser tan difícil saber si alguien sigue vivo o no.. No es tan difícil acercarle un espejo a la nariz o escuchar su corazón, o tomarle la temperatura..
Maldita sea.. Algo tienes que hacer, Jessi.
Lo que sea menos esto.. Esto no, por Dios.. Estoy vivo.. Estoy vivo.. Mirame, por lo que mas quieras, mirame, por Dios..
Dios mio.. Es que ni siquiera tendré suerte en esto.. Si creé que ya he muerto, seguro que coge el hacha y empieza a despiezarme.. Estoy seguro.. Jamás arrojaría mi cadáver entero, ni nada con que me pudiesen identificarme.
No, ya desde el principio me lo dejó claro, cuando me borró todas las huellas dactilares, o mejor dicho me las extirpó..
Y tiene el hacha preparada.. Si tan solo cerrases la bolsa.. Sería tan dulce si pudiese asfixiarme.. Lo que sea, antes de que me desmiembres en vida..
Dios mío, sigo vivo.. Sigo vivo.. Por lo que mas quieras.. Sigo vivo..
Ella cerró la bolsa por completo aprisionando su cabeza contra el plástico.