sábado, 26 de enero de 2013

CAPÍTULO 75 - EL PÉNDULO DEL DESATINO..




- Vamos muñequito. Deja de llorar que ni siquiera te he tocado. - Dijo Dennis mientras apresaba su lengua entre las pinzas y se reía.
- Ni te vas a enterar, ya lo verás. - Dijo Dennis riéndose mientras le mostraba un pequeño piercing de aro.
- Mmmmmmm. - Sollozó Doug asustado, mientras veía su lengua a punto de ser atravesada de nuevo.
De pronto empezó a sonar insistentemente “Vide cor meum” de Era, en su iPhone. Dennis se giró y lo buscó sobre la mesa con impaciencia.
- Jessi. Jessi.. Deseaba tanto escuchar tu voz. - Dijo Dennis con tono dulce mientras se sentaba sobre el escritorio y jugueteaba con la ahuja que estaba posada sobre la mesa.
- Jessi, cariño. Ojalá estuvieses aquí. - Susurró Dennis meloso.
- ¿Cómo va todo por ahí?. - Inquirió curiosa.
- Ya me conoces, cariño. Sabes que me gusta ir paso a paso. - Repuso Dennis inquieto, mientras arrastraba la ahuja por la mesa ligeramente frustrado.
- ¿Cómo está él?. - Insistió preocupada.
- Sólo espero que no lo hayas estropeado demasiado. No sería apropiado y no nos queda mucho tiempo de margen para solucionar imprevistos. - Repusó mientras hacía una pequeña pausa.
- Es más, no es que precisamente nos sobre el tiempo. - Repuso mientras dejaba escapar un pequeño suspiro.
- Lo se, Jessi. Se qué nos estamos jugando mucho en esto. - Se disculpó preocupado.
- Pero, no tienes de que preocuparte. Ni siquiera he desenvuelto mi regalo. - Dijo Dennis mientras hacía una larga pausa y daba una pequeña patada a la pata de la mesa.
- Sabes que siempre cuidaré con el máximo esmero cualquier regalo que me hagas. - Se disculpó aun mas preocupado.
- Lo último que haría sería estropearlo y tu lo sabes. Se qué lo sabes. Me conoces demasiado bien. Se que lo sabes. Me conoces lo suficiente como para creer que vaya a estropear lo que con tanto cariño y esfuerzo me has regalado. - Respondió Dennis pensativo.
- En tal caso. Pronto tendrás noticias mías. - Dijo Jessi mientras se le escapaba un largo suspiro de alivio.
- Oh, Jessi. Nada me gustaría más que tenerte aquí conmigo. Ojalá puedas volver pronto. No tienes ni idea de cuanto te he echado de menos. No se qué haría yo sin ti.. - Suplicó Dennis inquieto
- Se que me echas de menos. Pero, ahora debo irme. Ya hablaremos en otro momento. - Dijo mientras ponía fin a la conversación con un suave toque en la pantalla de su iPhone.
- Joder. - Repuso Dennis cabreado mientras de una patada hacía tambalearse la mesa, hasta casi derribarla. Dejando casi en el borde de la mesa, el ataúd, que a duras penas se mantuvo en equilibrio el tiempo suficiente para que Dennis de un fuerte empujón lo acercase a la pared.
Mierda.. Mierda.. Mierda..
Era lo único que me faltaba. Por si no estuviese ya lo bastante cabreado. La llamada ha terminado de desquiciarle. Me las va ha hacer pasar putas. Maldita sea mi suerte..
- Y tu deja ya de gimotear y saca tu sucia lengua fuera de la boca. A menos, claro, que estés deseando que la recorte de un solo tajo con las tijeras de podar. - Dijo Dennis furioso.
- Mmmmmm. Mmmmmm. - Chilló Doug aterrado mientras se apresuraba a obedecerle, y las lágrimas anegaban sus ojos.
Mierda.. Mierda.. 
Mierda y mil veces mierda. Joder.
No me puede ir peor.
Estoy hasta los cojones de la estúpida ley de Murphy. ¿Es que acaso es mucho pedir que algo me salga bien?. No sólo no vienes, sino que además has tenido que ponerle furioso.
Como sí no estuviese ya lo suficiente enfadado conmigo. Tan sólo me faltaba eso.
Joder, Jessi.
Una cosa es que no vengas, que ya es de por sí lo suficientemente malo. Pero si encima de eso y para rizar el rizo. 
No tienes mejor idea que enfadar a este demente. ¿Para qué quieres más?. 
Luego, te extrañarás sí cuando vuelves me encuentras descuartizado.
Este animal es capaz de empezar por mi lengua y seguir parte a parte, hasta que ya no quede nada de mi. Ni la triste sombra de lo que fui.
- Mmmmmmmmmmmmmmm. Mmmmmmmmmmmm. - Chilló Doug completamente fuera de sí, mientras golpeaba su cabeza contra el acolchado del ataúd sobre el que reposaba su cabeza.
No puede ser. No. No puede ser.
Mierda.. Mierda.. Mierda..
Mátame ya. Jodido animal sin corazón. ¿Porqué no me matas de una maldita vez?.
Lo que sea, joder. Hazme lo que sea menos eso.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló Doug histérico.
- Mmmmmmmmmmmmm. - Chilló Dennis aterrado mientras veía sus manos a punto de tocarle.
No puede ser. Joder. Esto no me puede estar pasado a mi.
- Vamos muñequito, deja de chillar o será peor para ti. No querrás que coja las tijeras de podar, verdad que no?. - Repuso Dennis burlón.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló Doug aterrado.
- Vamos. Si hasta te estoy haciendo un favor. - Dijo Dennis mientras se ponía unos finos guantes de latex y tiraba del lápiz que llevaba días incrustado en su uretra.
- Mmmmmmmmmmm. Mmmmmmmmm. - Chilló Doug de dolor mientras tensaba todos sus músculos.
Es que ni siquiera vas a respetar eso, jodido cabrón.
Mierda.. Por si no bastase con el puñetero lápiz que se me clava hasta las entrañas. Pues no.
Joder.. Aun le parece poco y pretende meterme..
No. No puede ser cierto. No hay nadie que sea tan animal como para hacer eso.
Además le acaba de prometer a Jessi que me cuidaría bien.
Son solo mis malditos nervios. Estoy histérico.
Eso es. Ahora cerraré los ojos unos instantes y cuando los vuelva a abrir ya me habré librado del jodido lápiz y podré descansar unas horas.
Seguro que solo pretende evitarme una posible infección. Tiene que ser solo eso..
- No está nada mal.. Nada mal. - Dijo Dennis entre risas mientras observaba el lápiz ensangrentado.
- Veamos a ver que tal estás. - Dijo Dennis mientras metía su pene en un vaso de agua para limpiarlo y cubría sus huevos con un paño para evitar que se mojasen.
- ¿Tienes sed?. - Preguntó Dennis entre risas.
- Mmmmmmmm. - Respondió mientras asentía con la cabeza.
Puaj.. 
Solo espero que no esté pensando en darme de beber ese agua. Se me revuelve el estómago solo de pensarlo.
Dennis destrabó el piercing para permitirle beber y le acercó el vaso a los labios.
- Gracias. - Repusó preocupado mientras metía la lengua en la boca y cerraba los labios con fuerza.
- Vamos. ¿No me irás a decir ahora que un muñequito llorón como tu, se asusta de un simple vaso de agua?. ¿Verdad que no?. - Dijo Dennis riéndose.
- Por favor. No. Por favor. - Suplicó Doug mientras se echaba a llorar.
- Bebe. Te vendrá bien reponer un poco de líquido. - Dijo Dennis mientras le guiñaba un ojo.

jueves, 17 de enero de 2013

CAPÍTULO 74 - UN REFRESCANTE COLOR BERMELLÓN..




- Deberías de abrir un poco mas las piernas e intentar relajarte lo mas que puedas. Te lo digo por tu bien. - Dijo Dennis mientras le guiñaba un ojo burlón.

- No querrás que tus huevos estén demasiado apretados, ¿verdad?. - Dijo Dennis riéndose.
- Mmmmmmm. - Protestó Doug asustado.
Jodido cabrón. Estoy completamente inmóvil y tu lo sabes. 

Me estás torturando sin la menor compasión y aun tienes la caradura de decirme que abra las piernas. 
Como si pudiera moverme..
- Es cierto.. - Dijo Dennis mientras le miraba burlón.

- Eres tan vago que no solo no tienes ganas de moverte. Sino que ni siquiera te molestas en abrir las piernas para aliviar la presión que sufren tus pobres huevos. - Dijo Dennis entre risas.
- Mmmmmmm. - Chilló Doug aterrado.
- Bueno. Yo no tengo el menor problema con eso. Si a ti no te preocupa, a mi menos. - Dijo Dennis condescendiente.

- No te lo mereces, pero te haré un pequeño favor. Voy a refrescarte un poco. - Dijo Dennis entre risas mientras se enfundaba unos finos guantes de látex, abría el tubo de crema y comenzaba a extenderla con suavidad por la piel de su escroto.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló Doug de dolor mientras intentaba golpear su cabeza contra el ataúd tratando de perder el sentido.
- Vamos, intenta relajarte. Debo de refrescarte. ¿No querrás que la piel de tu escroto se irrite, verdad?. - Dijo Dennis entre risas mientras aplicaba una gruesa capa de crema sobre su escroto.
Joder. Joder.. 

Siento como si miles de cerillas me quemasen la piel. No lo soporto mas. ¿Es que ni siquiera puedo perder el sentido durante unos segundos?. Mierda.. Mierda..
- Mira que eres delicado. Tu piel debe ser tan suave como la de una criatura. Apenas si te he cubierto de crema y ya tienes un bonito tono bermellón. No está nada mal. - Dijo Dennis entre risas.
- Mmmmmmmmmm. - Chilló Doug mientras intentaba forcejear para librarse de sus cadenas.
Jodido cabrón. Mas te vale no ponerte delante de mi cuando me haya librado de esta maldita cosa que no me deja moverme. 
Porque te juro por lo mas sagrado que te la tragas. 
Contigo no tendría ni el menor reparo en usar toda mi fuerza..
- Vamos. Vamos. Deja de bufar. Se supone que eres un muñequito llorón. ¿O acaso me he equivocado y no eres mas que un gatito asustado?. - Dijo Dennis mientras le sonreía con malicia.
- Deberías de estar orgulloso del tamaño que tienen tus huevos.. - Dijo Dennis entre risas mientras retiraba la ahuja de su escroto.
- Mmmmmmmmm. - Chilló Doug asustado mientras le miraba sin comprender.
- Lo se. Lo se. Aun podrían estar mucho mas bonitos. Lo se. - Dijo Dennis mientras se burlaba de él.

- Pero no conviene apresurar las cosas en exceso. Debes de tener un poco de paciencia. - Dijo Dennis mientras le sonreía y retiraba la ahuja que mantenía su lengua fuera de su boca.
- Cof. Cof. Cof.. - Tosió asustado mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.
- Gracias. Gracias. - Balbuceó asustado mientras intentaba contener las lágrimas.
Quisiera poder decirte tantas cosas.
Quisiera gritarte que eres un jodido bastardo sin corazón.
Quisiera poder chillarte hasta quedarme sin aliento.
Quisiera poder pegarte hasta que me sangraran los puños.
Y aun sería poco para expresarte como me siento y lo que pienso de ti.
Ahora mismo hasta sería capaz de matarte sin el menor remordimiento.
Pero.. Por desgracia, debo de limitarte a agradecerte que me dejes mover mi lengua y dejar de sentir nauseas.
Me siento como si fuese un jodido gilipollas. 

Si, debo de ser el mayor gilipollas del planeta. 
Sino, esto no tiene el menor sentido.
¿Como puedo ser tan gilipollas de agradecerte que liberes mi lengua?.
Quisiera poder darte la mayor paliza que jamás te hayan dado. 

Y aun sería poco para que comprendieses como me siento.
Y lo peor es que jamás me volveré a sentir bien.
Se que, aun en el improbable caso de que te limitases a liberarme, sin hacerme ningún otro daño.
Se que, jamás volvería a ser el mismo.
No. En mi vida siempre habrá un antes y un después.
Eso suponiendo que sea afortunado, y pueda algún día recordar mi estupidez.
Quisiera poder ser lo bastante afortunado como para lograr sobrevivir.
Pero no soy estúpido.
Se lo que habría hecho yo en estas circunstancias.
Y por mas que lo pienso. 

Se que no hay ni una sola razón por la que dejarme libre.
Mientras que hay cientos, sino miles de razones por las que no sería buena idea liberarme.
Estoy jodido y nada de lo que haga logrará cambiarlo.
Lo único que puedo hacer es tratar de complacer en lo posible a este maldito demente e intentar sobrevivir hasta que tu vuelvas.
No puedes haberme dejado con el muchos días.
No, por mucho que haya pagado por mi. 

Se que tu tendrás que regresar tarde o temprano.
Tu nunca renuncias a divertirte. Y aunque temo estar entre tus dedos, se que tu te limítarias a encerrarme y a tratarme quizás con rudeza, quizás con desprecio.
Pero prefiero mil veces sufrir entre tus suaves manos, que aguantar a este maldito bastardo sin corazón.
- Abre la boca. - Ordenó Dennis burlón mientras le sonreía.
- Por favor. Por favor. No chillaré, ni haré nada. Por favor, no sujete mi lengua, por favor. No mas, por favor. - Suplicó Doug asustado mientras abría su boca.
Quisiera poder extrangularte muy lentamente y ver como poco a poco te ahogas entre mis dedos.
Quisiera poder sacarte los ojos y hacer que te los tragases.
Pero.. En lugar de eso. Como soy un gilipollas de mierda. Lo único que haré será abrir la boca y dejar que hagas conmigo lo que se salga de los cojones.
No hay que ser demasiado inteligente, como para saber que en el momento en que dejes de divertirte conmigo, me matarás.
Eso si tengo suerte, porque sino a saber que coño piensas hacer conmigo.
Me basta sentir mis pobres huevos. Jamás me habían dolido así. 

Joder.. 
Maldito bastardo sin corazón.
- Y ahora saca la lengua todo lo que puedas y tranquilo. Será solo un momento, salvo claro, que no sepas comportarte y deba darte una pequeña lección. - Dijo Dennis mientras le sonreía burlón y le mostraba las tijeras posadas sobre la mesa.
- Lo siento mucho. - Se disculpó Doug aterrado, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas e intentaba dejar de temblar.
Quisiera poder pegarte un tiro y olvidarme de que existes.
Quisiera poder clavarte esas condenadas tijeras en el corazón. Y ver como poco a poco, te retuerces y chillas de dolor, mientras tratas desesperadamente de intentar conseguir un soplo de aire.
Pero no tengo la menor posibilidad de hacer nada de eso. 

Además, yo no soy un asesino. 
Aunque debo de reconocer que en este caso estaría mas que justificado hacer una excepción. Lo haría, sí.
Doug sacó la lengua y se le quedó mirando con ojos desorbitados paralizado de terror.