viernes, 15 de julio de 2011

CAPÍTULO 33 - UN AGRADABLE PASEO





- Jessi, por favor. Por favor. Por favor. No sigas, por favor. - Suplicó aterrado.
- ¿Se puede saber que te pasa?. Llevo toda la mañana tratándote con delicadeza y aun te quejas.
- Perdóname, Jessi. Por favor. No se lo que digo. - Dijo con pesar.
Ella cogió de nuevo la ahuja y se le acercó.
El se echó a llorar desconsoladamente mientras la miraba.
- Vamos, no llores.. Todo está bien, no tienes de que preocuparte. - Dijo mientras volvía a atravesar su hombro sin miramientos.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló aterrado.
- Venga, no te pongas así.. Piensa que estamos dando un agradable paseo y nos dirigimos a comer a tu restaurante preferido..
- Esto no está sucediendo, ¿verdad que no?. - Dijo riéndose, mientras escarbaba con la ahuja en la herida agrandando el orificio.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló mientras se agitaba frenéticamente.
- Por favor, por favor.. No mas, por favor. - Suplicó agotado.
- ¿Que te pasa?. ¿Estás cansado de andar?. - Dijo riéndose.
- Dios mio, Jessi. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?. Que mas me gustaría a mi que seguir teniendo mis pies. Mis pobres pies.. Por Dios, Jessi. No me trates así, por favor. Por favor. - Sollozó asustado.
- Vamos, no te preocupes.. Pronto te dejaré descansar. Estarás mas a gusto de lo que lo has estado en toda tu vida. - Dijo mientras señalaba su cuello con la ahuja todavía templada y le guiñaba un ojo.
El se echó a llorar aterrado
Oh, Jessi. Nada me gustaría mas que poder descansar. Lo de menos es la forma. A estas alturas ya me da todo igual. Tan solo quiero que se acabe esta maldita pesadilla. Además.. 
¿Que podría hacer yo?. Absolutamente nada. Si lo que quieres es atravesar mi cuello con una ahuja incandescente; se que lo harás.
- Vamos, deja de llorar.. Cualquiera que te vea va a creerse que te pasa algo.
- No lo hagas, por favor. - Suplicó entre lloros.
No me pasa nada. ¿Que me iba a pasar?. Tan solo me estás usando como alfiletero.  No tengo de que preocuparme..
- Jessi, por favor. ¿Podrías decirme que piensas hacer conmigo?. - Dijo mientras la miraba con los ojos anegados de lágrimas.
- Tranquilo e intenta relajarte, antes de que te quieras dar cuenta habré terminado. No tienes motivos para preocuparte.
- Dios mío, Jessi. ¿Es que acaso no merezco tener ni un solo segundo de respiro?.  
- Creo que me servirá así. - Dijo mientras le guiñaba un ojo e introducía una pesada argolla a través de su hombro.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la argolla atravesaba su herida.
- Ahora trata de no moverte. No querrás que te queme por un movimiento brusco ¿verdad?. - Dijo riéndose, mientras se ponía los guantes ignífugos.
- ¿Que?. - Chilló aterrado.
- ¿Que vas ha hacer con eso?. - Chilló fuera de si.
- No lo hagas, por favor, Jessi. Por favor. Por favor. - Dijo con los ojos anegados de lágrimas.
- Ni lo vas a notar. Ya lo verás. - Dijo mientras con una pinza sujetaba la argolla y con el soplete la soldaba cerrando la argolla.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
El temblaba y lloraba sin parar mientras la argolla poco a poco se ponía al rojo vivo.
- Noooooooo. No más, por favor. Noooo. No sigas, por favor. - Suplicó aterrado.
Cuando terminó el sollozaba desconsolado mientras miraba el soplete aún encendido con aprensión.
- Estoy tardando demasiado tiempo y eso no puede ser. - Dijo mientras cogía el bisturí y le hacía una pequeña incisión en su hombro izquierdo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la miraba con los ojos desorbitados.
- Me estoy cansado de escuchar tantos gritos inútiles. - Dijo mientras posaba el bisturí y revolvía en el cajón buscando algo.
- Lo siento mucho, Jessi. Siento haberte molestado. - Se disculpó aterrado.
- No te preocupes, no hay problema. - Dijo riéndose mientras se le acercaba con las odiosas gotas que tan bien conocía.
- No, por favor. No lo hagas, Jessi. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Intenta calmarte o haré algo mucho menos delicado contigo. - Dijo mientras le sujetaba la cabeza con una mano y con la otra le vertía varias gotas en el ojo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor incapaz de contenerse mientras la veía enfadarse aun mas de lo que estaba.
- Tenías el ojo muy seco, las gotas le vendrán muy bien.. - Dijo riéndose.
Claro que si, mi ojo seguro que estaba realmente seco.. Sequísimo después de llevar a saber cuantas horas llorando sin parar. Seguro que mi ojo estaba muy muy seco..
El intentó por todos los medios parpadear y poder cerrar el otro ojo, mientras se iba poniendo mas nervioso al verla acercarse, pero sus párpados continuaban pegados y nada pudo hacer.
- Por favor, por favor, por favor. No mas, por favor. - Suplicó aterrado.
Ella le echo las gotas en el ojo, mientras se aseguraba de que no moviese la cabeza.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- ¿Te escuecen los ojos?. Vaya es una autentica pena. Tendré que ayudarte a que no te molesten tanto. - Dijo riéndose.
- No. No, por favor. Por favor, Jessi. Te juro que ya no me molestan nada. Déjalos como están, por favor, Jessi. - Suplicó aun mas asustado.
- No te preocupes, te voy a ayudar a que te encuentres muchísimo mejor. - Dijo sonriendo.
- Pero no tengas prisa. Cada cosa a su tiempo. - Dijo mientras volvía a elevar la cama para dejarle de nuevo en posición horizontal.
- Sabes que me gusta hacer las cosas bien y tomarme mi tiempo, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Lo sé. - Dijo compungido.
- Sabes que procuro por todos los medios a mi alcance que estés lo mas confortable posible, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Se que lo haces. - Dijo preocupado.
- Sabes que me aseguro de que te encuentres en una postura lo mas relajada posible, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Lo sé. - Dijo aun mas preocupado.
- Sabes que intento ahorrarte sufrimientos innecesarios, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Se que me cuidas lo mejor posible. - Dijo entre sollozos.
- Pues bien, este no es uno de esos momentos.
- Ahora procura respirar hondo y pensar en otra cosa y antes de que te quieras dar cuenta habré terminado.
- Si, Jessi. Lo intentaré. - Dijo entre lloros.
- Lo ves.. Necesitas que te ayude. No dejas de lloras y chillar, y tu pobre garganta casi no lo aguanta, tienes la voz muy ronca y eso no es nada bueno para ti.
- Me callaré, Jessi. Haré lo que me digas, pero por favor, no lo hagas. Sea lo que sea que pienses hacerme. No lo hagas, por favor. - Suplicó aterrado.
- Cálmate, tranquilo.. Abre la boca. Será solo un momento. - Dijo mientras le volvía a introducir el largo tubo en su dolorida garganta.
Dios, el tubo otra vez no. No lo aguantaré. Dios.. me va a destrozar la garganta.
- No te preocupes, ni lo vas a notar. - Dijo mientras obstruía la sonda que salía de su pene.
- Y ahora beberás un poco. - Dijo mientras vaciaba una botella de dos litros de agua a través del tubo.
- En un rato tendrás algo en lo que pensar, ya lo verás. - Dijo riéndose, mientras le daba mas agua.
- Y ahora trata de relajarte, estamos teniendo una animada conversación y la cena está deliciosa.. - Dijo mientras ataba su cabeza fuertemente a la cama y le sacaba el tubo.
- Jessi, para por favor. Por lo que mas quieras. No sigas. Sea lo que sea que pienses hacer no lo hagas, por favor. - Suplicó con lágrimas en los ojos.
- No te preocupes, calma.. Relájate un poco. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos y se aseguraba de que no pudiese hacer el menor movimiento con su cabeza.
- Tranquilo, piensa que estás muy lejos de aquí. - Dijo mientras con una mano le sujetaba el ojo, asegurándose de que estuviese completamente abierto.
- Y lo mas importante, trata de recordarlo porque te va la vida en ello.
- ¿Que quieres que haga, Jessi?. - Dijo aterrado
- Intenta chillar lo menos posible, no querrás que me tiemble el pulso y suceda algo irremediable, ¿verdad?.
- Lo.. lo intentaré, Jessi. - Dijo mientras se mordía los labios aterrado.
- Y ahora respira hondo y comportate como un hombre, que no se diga que eres muy blandito. - Dijo riéndose.
Ella cogió una fina ahuja hipodérmica y acarició con ella la córnea de su ojo izquierdo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, mientras intentaba mover su cabeza con todas sus fuerzas.
- Calmate, ya estás chillando sin parar y todavía ni te he tocado.. Mira que eres blandito. - Dijo mientras se burlaba de el.
El lloraba aterrado e incapaz de reaccionar.
- Calma.. No tienes de que preocuparte. Estamos teniendo una agradable velada a la luz de las velas. ¿Verdad que te gusta?. - Dijo mientras le clavaba suavemente la ahuja en un extremo de la cornea del ojo izquierdo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló fuera de si.
- No mas, por favor. Por favor, Jessi. Por lo que mas quieras. No sigas, por favor. No mas.
- Silencio, he dicho que no seas tan blandito. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada que le partió el labio.
- No querrás que me enfade contigo, ¿verdad?.
- No, Jessi. No me gustaría nada que te enfadases conmigo.
- Por favor deja mi ojo. No lo toques mas, por favor. Por favor, por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Vamos, no pretenderás montarme otra escena, ¿verdad?. Si apenas te he tocado. - Dijo mientras arañaba suavemente su córnea izquierda acercándose a la ahuja que ya tenía clavada en su ojo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, mientras pegaba un fuerte tirón a las cadenas que le mantenían sujeto.
- Dios.. Dios.. Dios mio, Jessi. No sigas, por favor. No lo hagas. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Eres demasiado blandito. ¿Que van a pensar de ti tus amigos cuando te vean?. Te pasas el tiempo llorando sin parar, casi como si fueses un niño.. - Dijo riéndose.
- Y eso ya te avisé que no puede ser. - Dijo sonriendo.
- Pero no te preocupes que te lo explicaré de forma que lo entiendas. - Dijo mientras cogía una ahuja de biopsia y se la clavaba a través de los huesos de su cadera.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló fuera de si, antes de desmayarse.
Minutos después
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló  de dolor con todas sus fuerzas mientras palidecía.
- Calma.. si estás tan cansado de andar siéntate un ratito y descansa.. Pronto habremos llegado a la cabaña y podrás cenar y descansar tal cual mereces.
- Dios mio, Jessi. ¿Tanto me odias?. Por Dios. ¿Que te he hecho yo para que me trates así?. Déjame morir en paz, por favor, Jessi. Tan solo te pido eso. Apunta la pistola a mi corazón y aprieta el gatillo.  

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