sábado, 23 de julio de 2011

CAPÍTULO 34 - SIN AIRE







Luego podrás hacer con mi cuerpo lo que gustes. Pero no ahora, por favor, por favor. Ahora no. Ahora no. No. No. No.
- Nooooooooooooooooooooo. - Chilló aterrado mientras otra pequeña ahuja atravesaba su cornéa.
- Deja de llorar, y no te preocupes mas. Aun te queda bastante vida por delante. Y no querrás desperdiciarla, ¿verdad?.
- De momento será mejor ayudar a la naturaleza, que es sabía. Pero a veces no lo suficiente. - Dijo mientras le acercaba una botella de agua a los labios y le obligaba a beber.
- Por favor, Jessi. No sigas, por favor. Por favor.. - Suplicó aun mas asustado.
- Jessi, por favor. Por favor.. No me encuentro bien, me duele mucho el bajo vientre. - Dijo mientras palidecía aun mas.
- No te preocupes, está todo bien. En un rato te encontrarás mucho peor. - Dijo riéndose.
- Y ahora basta de charlas inútiles. - Dijo mientras le tapaba la boca y la nariz con su mano enguantada y le clavaba otra ahuja en la córnea derecha.
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló fuera de si.
- Trata de no moverte. ¿No querrás empeoras las cosas, verdad?.
Claro que no, Jessi. ¿Quién querría en semejantes circunstancias empeorar las cosas?. Tendría que ser realmente idiota para empeorar su situación a sabiendas. Pero.. ¿Como pretendes que permanezca impasible mientras me clavas algo en el ojo?. Nadie podría permanecer impasible ni aunque le fuese la vida en ello..
Y ahora ni tan siquiera me permites respirar. ¿Que será lo próximo?. Al final lograrás tus propósitos, sea de una forma o de otra se que lo conseguirás. Por Dios, Jessi. ¿Es que no ves que ya no puedo aguantar mas sin respirar?. ¿Acaso no ves lo mal que me encuentro?. ¿A que esperas para detenerte?.
- Mmmmmmm. - Chilló asustado mientras forcejeaba tratando de conseguir aire.
- Calma, intenta estar tranquilo y descansa un rato. - Dijo mientras seguía arañando con suavidad su córnea izquierda.
El se desmayó al borde de la asfixia mientras ella le clavaba otra pequeña ahuja en la córnea y le dejaba respirar.
Un rato después recuperó el sentido y la miro aterrado.
- Jessi, por favor. Por lo que mas quieras. No me hagas esto. - Suplicó entre lágrimas.
- Yo en tu lugar tomaría una gran bocanada de aire. Te hará falta. - Dijo riéndose.
- Por favor. Por favor. - Suplicó entre sollozos mientras veía acercarse su mano enguantada dispuesta a ocluir de nuevo su respiración.
- Noooo. - Chilló aterrado, mientras sofocaba de nuevo su respiración.
- No me montes otra escena y trata de comportarte, no creo que sea tan difícil, ¿verdad?. - Dijo sonriendo.
El sollozó aterrado, mientras se iba poniendo rojo en un intento por conseguir aire.
Jessi. ¿Como puedes hacerme esto y pretender que no intente impedirlo?. Aunque solo fuese por el instinto de supervivencia, nadie se estaría quieto mientras intentan asfixiarle.
Dios mío. No. Otra vez, no. Ahora ya ni siquiera te bastan las malditas gotas. Te has propuesto dejarme ciego. Y lo vas a conseguir no me cabe ninguna duda. Cada vez me duelen mas los ojos. Una cosa es que no pudiese ver, y otra muy distinta es que ya ni siquiera los puedo mover.
Por Dios, Jessi. ¿Como has podido hacerme semejante salvajada?.
- Mmmmmmmm. - Protestó entre sollozos intentando avisarla de que ya no aguantaba mas tiempo sin respirar.
Jessi, por Dios. Ten un poco de compasión de mi. Tengo los pulmones a punto de estallar. Por favor, déjame respirar. Solo eso. Por favor.
- Mmmmmmmm. - Sollozó aún mas asustado mientras su cara se iba poniendo de color morado.
- Vamos intenta estar tranquilo, verás como pronto ha terminado todo. - Dijo sonriendo.
El se agitó violentamente al borde de la asfixia, mientras perdía de nuevo el conocimiento.
Un dolor lacerante le hizo despertar sobresaltado.
- Ahhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Jessi, por favor. Por favor. - Suplicó asustado.
- Es cierto, que falta de consideración. Si se me ha olvidado darte tus gotas. - Dijo riendo.
- Además así limpiarán un poco tus corneas. Las tienes un poco rojas, hay que lavarlas bien. No querrás coger una infección, ¿verdad?.
- No, por favor. Déjalas como están. Por favor, Jessi. Por favor.
- Vamos no gimotees. ¿Que van a pensar de ti?. - Dijo mientras le echaba varias gotas en su ojo derecho.
El intentó chillar, pero fue en vano, ella le tapó la boca y la nariz con un trapo y lo comenzó a empapar lentamente.
El forcejeó asustado mientras intentaba con todas sus fuerzas ladear la cabeza.
De pronto le quitó el trapo y le dejó tomar una bocanada de aire.
- Gracias, Jessi. - Titubeó aterrado.
- Toma una bocanada de aire y tranquilo. - Dijo riéndose.
El hizo lo que le pedía y se echó a llorar.
- Siempre llorando.. Hay que ver que blandito eres. - Dijo mientras empapaba de nuevo el trapo y lo apretaba contra su rostro.
- Vamos, estoy terminando. Deja ya de gimotear. - Dijo mientras echaba las gotas en su ojo izquierdo y acariciaba su córnea con la ahuja.
- Mmmmmmmmm. - Chilló aterrado mientras se veía obligado a tragar una gran bocanada de agua.
- Trata de pensar en otra cosa y pronto habré terminado. Ya lo verás.
El sollozó asustado mientras intentaba respirar.
De pronto sonó el móvil, y le quitó el angustioso trapo de la cara.
- Gracias, Jessi. Necesitaba respirar. - Titubeó asustado.
- Y ahora si sabes lo que te conviene ni siquiera harás ruido al respirar.
El asintió con la cabeza, mientras se mordía los labios asustado.
Ella contestó al teléfono, mientras apoyaba sobre su garganta el bisturí.
Por Dios, Jessi. ¿Que crees que voy a hacer?. ¿Crees que puedo hacer algo mas aparte de respirar?. Estoy tan agotado que no tengo fuerzas para nada. ¿De veras crees que es necesario que me amenaces con el bisturí?.
Aunque a veces pienso, que sería buena idea si te enfadases y me lo clavases. Al menos dejaría ya de sufrir. Quisiera tanto que esta maldita pesadilla se terminase.. Pero se que no tengo salida, haga lo que haga, ya no albergo la menor esperanza de salir con vida.
- ¿Si?.
- Hola, Jessi. ¿Te interrumpo?.
- Sabes que si. ¿Que quieres?.
- Estamos a la entrada del bosquecillo, y he traído todo lo que pediste. ¿Les mando ir ya o mejor que esperen un rato?.
- Mejor que esperen, antes tengo que terminar un par de cosas. Aunque si queréis ir trayendo el ataúd estaría bien, así ahorramos un poco de tiempo.
- Claro, Jessi. Ahora mismo lo traen. ¿Podrías decirme para que lo vas a usar?. Me muero de ganas de saber para que lo vas a usar..
- Jejeje, tendrás que esperar un ratito mas. Verás como la intriga merece la pena.
- Seguro que si, Jessi.
- Luego hablamos, bye. - Dijo y colgó el teléfono.
Dios mio.. ¿Un ataúd?. Ya tiene listo mi ataúd.. Maldita sea, Jessi. No necesito ver como acabaré. Aunque es un descanso saber que acabaré en una caja y no en mil restos desperdigados por doquier.
- Jessi, por favor. ¿Puedo.. - Balbuceó asustado.
- Nada de Jessi. - Le interrumpió y le volvió a poner el trapo en la cara.
- Es hora de seguir, no hay tiempo que perder.
- Mmmmm. - Protestó asustado.
- Veamos que tal estás. - Dijo mientras volvía a empapar el trapo y presionaba su abdomen.
- Mmmmmmmmm. - Chilló de dolor.
- Ya casi está en su punto. No te preocupes en un rato te encontrarás mucho peor. - Dijo riéndose.
Dios.. Dios.. No puede ser cierto.. Si de verás me voy a encontrar mucho peor mas me valdría ya estar dentro de ese ataúd y haber dejado de respirar para siempre.
Pero se que aun te propones hacerme sufrir mas. Es imposible que se termine todo ahora, y sin embargo sería lo mejor.. No quiero morir, pero la perspectiva de estar aunque solo sean un par de horas mas en tu compañía me da escalofríos.
Otra vez sin aire.. Maldita sea, ya no puedo mas. Mis pobres pulmones están a punto de reventar..
- Mmmmmmmmmm. - Chilló mientras intentaba forcejear.
- Calma, intenta estar tranquilo. Aquí no pasa nada.. - Dijo mientras le clavaba otra ahuja en la córnea izquierda.
- ¿No hay forma de que te calles?. Ni siquiera estando amordazado..
- Hay que ver que poca paciencia tienes. - Dijo mientras empapaba de nuevo el trapo que le impedía respirar.
- Bebe deprisa o te quedarás completamente sin aire. - Dijo riéndose.
- Veamos que tal está tu ojo. - Dijo mientras acariciaba su córnea derecha con la ahuja.
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló de dolor mientras se iba poniendo de color morado.
Jessi, para por favor. Para. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?. Primero te encargas de que no pueda cerrar el ojo pase lo que pase. Después no contenta con ello, haces que no vea echando unas malditas gotas. Con lo fácil que hubiese sido vendarme los ojos. Y después aun te parece poco y te encargas de que no pueda mover los ojos y te dedicas a dañarlos con una ahuja. Dios mío. Nunca creía que hubiese nadie tan sumamente bestia..
El forcejeó violentamente intentando zafarse del trapo, hasta que no aguantó mas y perdió el sentido al borde de la asfixia, solo entonces le quitó el angustioso trapo de la cara.
- Despierta, vamos. - Dijo mientras le clavaba otra ahuja en el ojo.
- Verás como despiertas pronto.. - Dijo mientras le clavaba otra ahuja en el ojo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor al despertar.
- Mucho mejor. ¿Acaso te crees que estás aquí de vacaciones?. No es momento de dormir. - Dijo riéndose.
- No, Jessi. Se que no estoy de vacaciones. Nadie querría nunca unas vacaciones como estas, y espero que nadie las tenga jamás. - Dijo con pesar.
- ¿Como te encuentras?. - Dijo mientras le apretaba el vientre con fuerza.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Para, por favor. Para. Por favor. Por favor.. - Suplicó aterrado.
- Si, creo que ya estás a punto. - Dijo sonriendo.
- Voy a prepararlo todo, espérame un momento mientras te relajas.
- ¿Estoy a punto, para que?. Jessi, por favor. Díme al menos que vas ha hacerme, por favor. - Suplicó asustado.
- Tranquilo.. Vamos, no llores. No pasa nada. - Dijo mientras acariciaba con suavidad las ahujas clavadas en su ojo derecho.
El se mordió los labios y se puso rojo del esfuerzo de intentar no chillar.
Un rato después se le acercó y le apretó con fuerza el bajo vientre.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Pero que desconsiderada soy.. Si tienes la vejiga tan llena que parece a punto de reventar. - Dijo riéndose.
- ¿Como no me has avisado?. Si el baño está apenas a un par de pasos. - Dijo riéndose.
- ¿No quieres ir al baño?. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. No me hagas daño. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Vamos, levántate. Creo que te conviene ir. No tienes demasiado buena cara. - Dijo riéndose, mientras le apretaba de nuevo el vientre.

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