sábado, 7 de enero de 2012

CAPÍTULO 54 - SONRISA PERDIDA.. - FELIZ 2012






- Está visto que contigo las buenas palabras no sirven para nada..
Intentaba evitarte sufrimientos innecesarios, pero estás acabando con mi paciencia.. - Dijo mientras le miraba seria y se levantaba dándole la espalda.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. Lo último que querría sería enfadarte. - Dijo entre sollozos.
- Me encuentro muy mal, Jessi. Me duele demasiado como para conseguir sonreír. Pero lo conseguiré, te lo prometo. Solo necesito un poco mas de tiempo. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Claro que si. ¿Porqué no habría de perdonarte?. Tan solo me has hecho perder una hora entre lloros y gimoteos. - Dijo mientras le miraba seria.
- Es mas.. Ni siquiera estoy enfadada contigo. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
Dios mío.. Ahí está de nuevo tu maldita sonrisa de hielo. 
Dios.. Dios.. Dios.. ¿Que he hecho?. Maldita sea mi suerte. ¿Que he hecho?..
- No. No estoy nada enfadada contigo. - Dijo mientras hacia una pausa y le miraba.
- Yo.. Yo.. Yo.. Perdóname, por favor. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- No te preocupes. No estoy enfadada, lo que estoy es furiosa. ¿Te crees que me sobra el tiempo para perderlo con tonterías mientras tu gimoteas una y otra vez?. - Dijo mientras le miraba seria.
- No, Jessi. Se que tu tiempo es demasiado valioso como para que lo pierdas conmigo. Perdóname, por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Yo ya no soy nadie.. Hace horas que dejé de ser alguien.. - Dijo preocupado.
- Soy lo que tu quieras que sea. Y no tengo el menor derecho a robarte tu valioso tiempo. Pero, por favor. Por lo que mas quieras, ten un poco de compasión de mi. Perdóname, por favor. - Suplicó entre sollozos sin poder dejar de temblar.
- Claro que si. No faltaría mas. Tendré contigo toda la compasión que te mereces. - Dijo riéndose.
- Aviso a navegantes: El que tenga mal el corazón o no soporte ver imágenes fuertes será mejor que se desconecte de inmediato. No admitiré la menor reclamación, suceda lo que suceda. Estáis todos avisados. - Dijo mientras sonreía a la cámara.
De improvisto el contador de la página web comenzó a crecer descontroladamente, triplicando en segundos las personas que seguían el streaming.
Jessica sonrió satisfecha mientras consultaba el número de visitantes en la aplicación de su iPhone.
- Se que a estas alturas no hará falta que te lo diga, pero yo en tu lugar intentaría no mover ni un solo músculo. No quisiera que salieses lastimado. - Dijo entre risas.
No quisiera que salieses demasiado lastimado todavía. Tienes tanto camino por recorrer. Es un camino lleno de recodos y pausas, pero poco a poco llegarás al final. 
Y cuando llegues yo estaré aquí para verlo. Aunque confieso que voy a echar de menos tanto grito y gimoteo..
Tu aún no lo sabes pero morirás esta noche..
- No haré nada. Te lo prometo, Jessi. - Dijo entre sollozos.
- Será un poco desagradable, pero no te dolerá. Siempre y cuando no te muevas. - Dijo mientras le sonreía con sorna.
Jessica accionó con fuerza el interruptor que nuevamente traccionó las cadenas y le obligó a cambiar de postura.
El sollozaba aterrado e intentaba en vano forcejear hasta que miró al suelo y vio un cubo lleno de agua a escasos centímetros de su cabeza.
- Jessi, por favor.. Por favor.. Se que te dije que quería agua, pero.. no tanta. Por favor, Jessi. - Suplicó sollozando.
- Por Dios no me metas en el cubo. Por favor. Por favor - Suplicó entre lloros.
- Claro que no. Aun no estás listo para beber un poco. - Dijo mientras se reía y se le acercaba con un rollo de cinta de embalaje.
- No, Jessi. Por favor. No lo hagas. - Suplicó preocupado.
- Vamos, intenta estar tranquilo que no es para tanto.. - Dijo riéndose mientras cogía el odioso trapo de encima de la mesa y se le aproximaba.
- No.. No.. No, por favor. No. - Suplicó entre lloros.
- Mira que te gusta montar el número. Si solo es un trapo. - Dijo entre risas mientras le cortaba la respiración para obligarle a abrir la boca que el obstinadamente mantenía cerrada.
- Mmmmmmm. - Chilló casi sin aire mientras la miraba con ojos suplicantes.
- Yo no tengo nada de prisa.. Aunque solo una vez te lo diré, de ti depende que te trate como hasta ahora, con toda la amabilidad que mereces o que te trate con la misma consideración que tuviste tu aquella maldita noche. La decisión es tuya. - Dijo mientras le mostraba el bisturí rozando su cuello.
Tu ganas Jessi. Aun no se porque intento oponerme a tus deseos cuando se que no tengo la menor oportunidad de lograrlo.
De pronto abrió la boca para tomar aire y no hizo el menor ademán de intentar cerrarla, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.
- Haz lo que sea, intentaré molestarte lo menos posible. - Dijo mientras la miraba con tristeza y mantenía la boca abierta.
- Me alegra ver que sabes ser razonable eso nos facilitará las cosas y redundará en tu beneficio. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos.
- Bueno, ya sabes como va esto. Abre bien la boca y no te muevas. El resto es cosa mía. - Dijo mientras le empezaba a meter el odioso trapo en la boca.
- Lo sé, Jessi. - Dijo mientras se echaba a llorar.
Siempre es así. Todo es cosa tuya.. Lo malo no es eso, sino que el que finalmente tiene que soportar lo que tu hayas decidido hacer soy yo.
- ¿Puedes respirar, verdad?. - Preguntó sonriente mientras se le acercaba con la cinta de embalaje ya despegada.
El asintió con la cabeza sin dejar de llorar.
Apenas puedo tomar aire. El trapo casi cierra mi garganta, pero eso no te bastaba. 
Tenías que además sellar mi boca con la cinta de embalar. Y aun me preguntas si respiro. Como si te importase.
Estoy aterrado. No se lo que pretenderás hacer conmigo, pero si has tomado tantas precauciones para evitar oír mis gritos. Solo puede significar que sucederá algo fuerte..
Y sino. ¿Porqué has prevenido a los apostantes?. Nunca te habías dirigido a ellos delante de mí. Quisiera estar equivocado, pero.. 
Se que tu nunca se lo dirías sin motivo..
Lo desconozco, pero se que tu no te molestarás en explicarme nada. Nunca lo haces.
- Y ahora lo mas importante. Intenta no desmayarte o despertarás sumergido en el cubo. Y eso estoy segura de que no te gustaría demasiado. - Dijo entre risas.
Dios.. Dios.. Dios.. No puede ser. No puede ser posible. No.. No.. No..
El taladro.. Ha cogido el taladro.. No puede ser cierto..
Dios mío. Va a usar el taladro.. Y aun pretende que no me desmaye..
El taladro.. Dios.. Dios.. Dios..
Dios mío, pretende atravesarme de nuevo con el taladro..
No hay nada peor que eso.. El taladro..
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló aterrado mientras la miraba.
El se agitó histérico haciendo sonar las cadenas una y otra vez mientras la veía acercarse.
- Mmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló aterrado al verla a su lado con el taladro en la mano.
- Vamos.. Vamos.. Deja ya de hacer ruido que no es para tanto. - Dijo mientras le sonreía.
- Si hasta te voy ha hacer un favor.. Hace días que lo deseas. - Dijo mientras le sonreía y ataba cuidadosamente sus muslos para impedirle balacearse cabeza abajo.
- Vamos, con lo cómodo que estás colgando cabeza abajo.. Si hasta te dejé balancearte un rato.. Te podrás quejar.. - Dijo entre risas.
- Mmmmmmmm. Mmmmmmmm. - Chilló fuera de si.
- Tienes mucha suerte, el pepino sigue justo en su sitio. - Dijo riéndose mientras apoyaba la broca en el extremo del pepino que sobresalía de su ano.
Dios.. Dios.. Dios.. Dios mio, Jessi. No me hagas esto, por Dios.. Sea lo que sea lo que vayas a hacer no lo hagas..
No puedes ser capaz de hacerme una cosa así. No es posible. Dios mío..
- Mmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló fuera de si, al notar el peso del taladro sobre el pepino.
- Yo en tu lugar ni pestañearía, no sea que se me mueva el taladro y produzca daños irreparables. Ya sabes que estoy en una zona un poco delicada. - Dijo entre risas.
- Mmmmmmmmmmmmm. Mmmmmmmm. - Chilló aterrado cuando escuchó el taladro.
- Casi se me olvidaba.. Mira que puedo llegar a ser despistada. - Dijo Jessica entre risas mientras posaba el taladro y se ponía unas gafas de seguridad.
- Empecemos. Se que estás casi tan impaciente como yo. - Dijo riéndose mientras introducía el taladro a través del pepino.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló aterrado al notar las vibraciones del taladro en su recto.
Dios.. Dios.. Dios.. Solo un frágil pepino separa el taladro de mi piel.. Se romperá de un momento a otro y se me clavará la broca hasta las entrañas.
Dios mio, Jessi. ¿Como puedes ser tan cruel?.
- Vamos deja ya de llorar.. Hay que ver lo exagerado que eres. - Dijo entre risas.
Lo raro sería que no llorases..
Días y días con un pepino enorme desgarrando tu ano sin piedad. Y cuando de pronto alguien decide moverlo. En lugar de extraerlo se divierte atravesándolo con un taladro, aumentando la presión en tu ano hasta el límite..
Tendrás suerte si el pepino no se rompe.. Porqué poco le faltará.
La broca avanza poco a poco hacía el final del pepino, mientras desplaza al interior de tu cuerpo los restos del pepino, logrando atravesarlo y de paso que tu ano continué sellado.
Es una suerte que este pepino sea tan grueso, sino hace rato que se hubiese roto en mil pedazos, después de llevar días húmedo..
Que pena.. Con lo que me estaba divirtiendo y ya no hay nada que atravesar.. Bueno, en realidad si que lo hay.. Pero eso es otra historia..
Será mejor que te prepare un poco y que te deje descansar.. No parece que tengas demasiadas fuerzas. Y debes estar lo mas fuerte posible para aguantar hasta el último segundo.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló una y otra vez al limite de sus fuerzas.
Jessica apagó el taladro y lo posó sobre la mesa.
- Ahora trata de no moverte. - Dijo entre risas mientras abandonaba la habitación.
¿Moverte?. Jejeje, tiene gracia.. Podría atravesar tu corazón ahora mismo con el taladro y no podrías mover ni un músculo para evitarlo..
Nada hay que puedas hacer. Salvo chillar.. Aunque con el trapo casi hasta la garganta, no se como sigues con fuerzas para poder chillar. Apenas debe de llegar aire a tus pulmones. Pero tu insistes en chillar una y otra vez. Como si eso fuese a hacer que me detuviese.
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló casi sin aliento.
El sollozaba una y otra vez sin poder dejar de temblar.
Dios mío, Jessi. ¿Como puedes haberme hecho esto?. Jamás pensé que pudiese haber nadie tan bestia como tu..
No se lo que puedes querer aún de mí, pero cuanto mas lo pienso. Mas me gustaría estar muerto. Al final va a resultar que el único que intentó ser compasivo conmigo fue el. Será un maldito animal, me habrá hecho autenticas salvajadas. Eso es cierto. Pero al menos tuvo un instante de lucidez e intento poner fin a todos mis sufrimientos.
Cuanto mas lo pienso. Si hubieses entrado solo unos segundos mas tarde, me habría matado. Ya tenía el bisturí preparado, ya rozaba mi cuello..
Pero tuviste que entrar y estropearlo todo..
Dios mío, Jessi.. Al final lograrás que te suplique que me mates.  Vivir así ya no merece la pena..
No se lo que pretendías conseguir, pero no me queda otra que felicitarte. Sea lo que sea, se que lo has conseguido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario