sábado, 21 de enero de 2012

CAPÍTULO 56 - JUGUETE ROTO..






Un juguete que se romperá entre tus dedos lentamente, sin que a nadie le importe.
Un juguete que pronto ya no estará aquí. 
Ni aquí ni en ninguna parte, y tu lo sabes..
- Jessi, por favor. Se que me mientes. Sea lo que sea, lo que vayas a hacer conmigo. Ya sabes que puedes decirmelo. Te prometo que no me voy a ir a ninguna parte. - Dijo con tristeza mientras intentaba sonreír.
- Vamos.. Vamos. ¿No te irás a poner a llorar otra vez, verdad?. - Dijo mientras comprobaba que las cadenas estaban en la posición correcta antes de manipular de nuevo el pulsador.
- Jessi, por favor. Por favor. Prometeme que si no logro sonreír no volverás a usar el taladro conmigo. Por favor. Por favor. Suplicó mientras ahogaba las lágrimas en su garganta.
- Trata de calmarte. Estás dando el espectáculo otra vez. Tan solo te voy a cambiar de postura. - Dijo mientras le hablaba lentamente como si temiese que no entendiese bien sus palabras.
- Lo intentaré, Jessi. Perdóname, por favor. - Suplicó entre lágrimas.
¿Calmarme?. Que fácil es pedirlo cuando es mi vida la que pende de un hilo, y la tuya la que sostiene la soga con que me ahorcarás..
Dios mio.. Espero que no tengas en mente una muerte tan horrorosa.. 
Pero lo cierto es que mi vida está en tus manos.
De pronto las cadenas empezaron a traccionar su dolorido cuerpo haciendo que adoptase una postura casi vertical, mientras permanecía en el aire colgando de las cadenas.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras notaba como su propio peso le dañaba aun mas de lo que ya estaba.
- Ahhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de nuevo casi al borde del desmayo.
- Por favor.. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- ¿Se puede saber que te ocurre?. - Dijo entre risas mientras acariciaba su espalda casi rozando la ahuja que tenía clavada en su columna.
- Nada, Jessi. Intentaré no chillar. Perdóname, por favor. - Suplicó entre lloros, mientras contraía la cara en una gran mueca de dolor.
- Tienes que intentar estar relajado, y procurar sonreir un poco. ¿O acaso quieres que te recuerden así?. No se a ti, pero a mi lo último que me gustaría sería que alguién me viese así. - Dijo entre risas.
- Es tu responsabilidad tratar de dejarles un buen recuerdo y que crean que no sufriste. ¿Crees que podrás hacerlo?. - Dijo riéndose.
- Lo intentaré. - Dijo entre sollozos.
Nada mas fácil que intentar hacer creer a alguien que no me encuentro mal. 
Por Dios, si me duele horrores. A duras penas consigo no chillar.
Además.. ¿Quién sería tan estúpido creer que me encuentro bien?. Tan solo hace falta ver las imágenes. ¿Quién creería después de verlas que me encuentro bien?. Es imposible..
¿Quién se creería que alguien que está herido, mutilado, y casi desfigurado va a encontrarse bien?.
- Jessi. Por favor.. Tan solo díme lo que pretendes hacer conmigo. Por favor. Te lo suplico díme algo. Por lo que mas quieras.. - Suplicó entre sollozos.
- Vamos.. Vamos.. No hagas un drama de todo esto. - Dijo entre risas.
- Con lo bien que te estoy cuidando yo y aún te quejas. Eres un desagradecido. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo siento mucho, Jessi. - Se disculpó preocupado mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.
- Vamos, no llores.. Intenta calmarte un poco. - Dijo mientras le sonreía con dulzura y acariciaba sus mejillas.
- Si, Jessi. Haré lo que dices. - Dijo sollozando.
- Joder.. Si estás casi ardiendo. - Dijo mientras tocaba su frente para asegurarse.
- No sabía que de verás te encontrases tan mal. - Dijo entre risas.
- Creo que te está haciendo falta algo que hará que te encuentres un poco mejor. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y abandonaba la habitación.
- ¿El qué?. Jessi. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lágrimas.
Dios.. Dios.. Dios.. Jessi, me aterra tu maldita sonrisa de hielo. No tengo ni idea de lo que pretendes hacer conmigo. Pero me aterra tu maldita sonrisa.. Nada bueno, puede haber tras esa sonrisa..
Dios mio, ya ni se lo que digo.. Solo puedo pensar una y otra vez en tu maldita sonrisa de hielo..
Como si por el hecho de verte sonreir o dejar de hacerlo fuese a cambiar algo para mi..
- Jessi. Ven, por favor. Ven. - Chilló asustado.
Dios mio.. Tienes que volver pronto. Cada vez me encuentro peor. Apenas si tengo ya fuerzas para sostener mi cabeza..
No se lo que habrás hecho conmigo o lo que aún tienes pensado para mi. Pero con lo mal que me encuentro como tardes demasiado tiempo en regresar ya no tendrás que hacer nada.
- Jessi. Ven. Por favor. Vuelve. - Dijo entre sollozos.
Dios mio. ¿Y si este es el final?. No, no puede ser. No puedes hacerme esto. Tienes que volver..
- Jessi. - Chilló ya casi sin fuerzas mientras sollozaba.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó lloroso cuando la vio entrar.
- ¿Que te pasa?. ¿Tanto me echabas de menos?. Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. No juegues mas conmigo. - Suplicó lloroso.
- Me encuentro muy mal. Estoy muy mareado, casi no aguanto el dolor y apenas puedo fijar la mirada en nada. Ayudame, por favor. Por favor, ten un poco de compasión. - Suplicó preocupado.
- No te sucede nada malo. Tan solo estás un poco acalorado. ¿Tienes sed, quizás?. - Dijo entre risas.
- Dios mio, Jessi. Dios mio. Hace horas que te suplico que me permitas aunque sea poder mojar los labios. - Dijo mientras rompía a llorar desconsoladamente.
- Si, Jessi. Tengo muchísima sed. - Dijo entre sollozos.
- Lamentablemente para ti. No se si podrás tolerar la bebida. Quizás no te siente demasiado bien. - Dijo riéndose.
- Lo se, Jessi. Se que no me encuentro bien y que quizás si bebo lo que quiera que tengas pensado darme me encontraré mucho peor. - Dijo mientras hacía una pausa y la miraba con tristeza.
- Recuerdo perfectamente la noche en que llegué a tu cabaña. Cada sorbo de aquel maldito Whisky aun quema mi garganta. Aun noto como me duele mi pobre estómago mientras nada podía hacer para calmar el dolor. Recuerdo lo mareado que estaba, y el dolor, siempre el dolor.. - Dijo mientras la miraba compungido.
- Todo eso lo se perfectamente. No es necesario que me lo recuerdes. Si de algo estoy seguro es de que tu no te conformarás con darme de beber y dejar que me duerma dulcemente mientras la vida se me escapa en un suspiro.. - Dijo mientras la miraba asustado.
- Tu no eres así. Y no es culpa tuya. Jamás, se me ocurriría culparte de ello. No espero de ti que me trates con cariño, ni mucho menos que tengas en cuenta mis deseos e intentes ser un poco compasiva. - Dijo mientras hacía una pausa y ahogaba las lágrimas en su garganta.
- Hazme lo que sea. Ya estoy preparado. Pero, por favor. Por lo que mas quieras. Prometeme que te quedarás conmigo hasta el final. Tan solo eso. Por favor. Me gustaría que lo último que viesen mis ojos fuese tu sonrisa. Se que no tengo derecho a pedirte nada. Pero significaría mucho para mí. ¿Lo harás?. Por favor. Por favor. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- Vamos.. Vamos.. No seas tan melodramatico. No te encuentras tan mal como crees. Tan solo tienes un poco de fiebre. Nada que yo no pueda solucionar. - Mintió mientras le sonreía con dulzura.
- Verás como muy pronto te encontrarás mucho mejor. - Dijo mientras se aproximaba con medio vaso de agua ligeramente turbia.
- Claro que si, Jessi. Será como tu dices. Muy pronto estaré mejor. - Dijo mientras ahogaba las lágrimas en la garganta y la miraba con tristeza.
- Bebe, te vendrá bien. - Dijo mientras le acercaba el vaso a los labios.
El bebió con avidez, llevaba demasiadas horas sin beber y casi se atraganta de las ansias que tenía por poder beber un poco.
- Calma.. No hace falta que bebas tan deprisa. Hay agua mas que suficiente para ti. - Dijo mientras acariciaba sus cabellos y le sonreía con dulzura.
- Muchas gracias, Jessi. Nunca recuerdo haber probado un agua mas deliciosa. - Dijo apenado.
Dios mío. A saber que me habrá hecho beber esta vez. Si no fuese porque es imposible juraría que he bebido agua de un barrizal. Pero no me puedo quejar. Sea el veneno que sea, esta vez ni siquiera quema mi garganta. Es desagradable, pero ya contaba con que no te conformarías con darme simplemente agua..
- ¿Que tal te encuentras?. - Preguntó mientras cogía una brida y sellaba de nuevo la sonda que salía de su uretra.
- Estoy mejor, Jessi. Muchas gracias por preocuparte. - Dijo mientras temblaba aterrado al verla manipular la sonda.
- Jessi, por favor. Por favor. Díme que haces, por favor. - Dijo preocupado.
- Vamos. ¿No irás a ponerte a llorar otra vez, verdad?. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
- No, Jessi. Es solo que.. Que.. Yo.. Yo.. - Dijo entre sollozos.
- Eres realmente incorregible.. Hay que ver lo que te gusta montar el número una y otra vez. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Suplicó llorando.
- Solo me estoy asegurando de que te encuentras bien. No tienes nada de lo que preocuparte. - Dijo mientras le sonreía de nuevo con dulzura.
Dios mio.. Es cierto. De nuevo me hablas como si fuese un niño caprichoso al que hay que explicarle las cosas una y otra vez mientras se niega a obedecer.
Me engañas miserablemente una y otra vez. Mientras me sonríes con dulzura y haces ver que tratas de ayudarme.
Jamás me has ayudado. Y ya nunca lo harás..

No hay comentarios:

Publicar un comentario