viernes, 29 de julio de 2011

CAPÍTULO 35 - A PUNTO DE CARAMELO







El se puso rojo del esfuerzo, y lloró desconsoladamente.
- Vamos.. No hagas un drama de todo esto.
- Aquí no pasa, ¿verdad que no?. - Dijo riéndose.
- No, Jessi. Todo está bien. - Dijo entre sollozos.
- Sabes. Creo que te vendría bien beber un sorbo de agua. -Dijo mientras le apretaba de nuevo.
- Seguro esto te ayuda a relajarte un poco.  - Dijo mientras le metía el trapo entero en la boca.
Dios mio, Jessi. ¿Es que ni siquiera voy a poder descansar cinco miseros minutos?. Otra vez a tragar agua como si fuese un maldito embudo.. Y mientras este dolor maldito que me está taladrando la espalda y los riñones. Dios, dios.. Cuando te detendrás..
Un rato después, le sacó el trapo y le miró.
- ¿Que tal te encuentras?. - Dijo mientras rozaba ligeramente su vientre.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Palideció y chilló de dolor.
- Mal, Jessi. Me encuentro muy mal. - Dijo con los ojos anegados de lágrimas.
- Deja de jugar conmigo, por favor. Haz ya lo que sea, por favor. No me tortures mas, haz ya lo que sea que vayas a hacerme. Ambos sabemos que lo harás. - Dijo preocupado.
- Creo que ya estás casi a punto de caramelo. - Dijo mientras le daba un golpecito en el vientre.
- Por favor, por favor, por favor. - Suplicó aun mas asustado.
- Creo que esperaré aun un rato.. Todavía no te duele lo suficiente, apenas si tiemblas. Hay que darle mas emoción y dejar un buen sabor de boca a los apostantes. Y lo voy ha hacer.. - Dijo riéndose.
- Veamos que tal está la presión. - Dijo mientras clavaba una ahuja hipodérmica en su bajo vientre.
- Ahhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- He fallado.. Tendré que repetirlo.. - Dijo mientras la clavaba de nuevo.
La jeringuilla se llenó de pronto de un líquido de color amarillento que rezumaba con fuerza.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
- Si, estás a punto de caramelo.. - Dijo mientras volvía a introducir el pis en su vejiga, por medio de la jeringilla.
- ¿De veras no quieres ir hasta el baño?. Pareces necesitarlo con urgencia. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. Me encuentro muy mal. Por favor. - Suplicó asustado.
- Y en rato te encontrarás peor.. Pero no te preocupes, no será nada irremediable. O al menos no de momento. Hay que dejar que la naturaleza siga su curso. - Dijo mientras le clavaba la ahuja de nuevo en la vejiga y aumentaba la presión introduciendo aire.
- Y ahora trata de relajarte un rato, se que lo lograrás. - Dijo riéndose mientras le clavaba una larga ahuja en la vejiga y le introducía mas líquido.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Jessi. Para, por Dios. Para. - Suplicó mientras contraía la cara en una gran mueca de dolor.
Se disponía a clavar de nuevo la ahuja cuando sonó el timbre.
Ding Dong - Ding Dong
- Vaya, tendrás que esperar un rato.. Trata de no apresurarte o lo vas a pasar realmente mal. - Dijo riéndose, mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
- Jessi, por favor. Por favor. No me dejes solo, por favor. - Suplicó entre lloros.
Dennis la esperaba sonriente a la puerta.
- Hola Jessi. ¿Puedo pasar?.
- Hola Dennis. Claro, pasa. Y que pasen ellos también. No es demasiado discreto esperar con un ataúd a la puerta.
- Pasad chicos.
- Esperar un momento mientras os preparo el paquete, que no he tenido tiempo.
- Posarlo al fondo. En cuanto esté lleno os aviso. Serviros unas cervezas mientras tanto que seguro que tendréis sed. - Dijo mientras les señalaba la cocina.
- Muchas gracias, Señora. - Dijeron mientras se dirigían a la nevera.
- Tu puedes acompañarme si quieres, Dennis.
- Claro, Jessi. No me lo perdería por nada del mundo.
- Pero.. Si hace apenas cinco minutos que miré y estaba en su cuarto.. Si que trabajas rápido..
- Es una sorpresa.. No hables. - Dijo mientras le mandaba callar y abría la puerta del baño.
Dennis se quedó mirando perplejo y le sonrió, mientras le guiñaba un ojo.
Jessi le devolvió el guiño. Mientras le soltaba los tobillos de la bañera dejando las esposas.
Doug despertó sobresaltado y protestó.
- Mmmmmmm.
- Silencio. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada.
El se encogió asustado.
Ella le soltó las esposas de las muñecas y el hizo ademán de quitarse la venda de los ojos.
- No creo que sea buena idea que hagas eso. - Dijo mientras le daba otra bofetada.
- Y ahora sal de la bañera con cuidado. ¿No querrás caerte y hacerte daño, verdad?.
El asintió con la cabeza, mientras intentaba ponerse en pie, pero llevaba horas colgando y sus piernas estaban entumecidas.
Se quitó un poco la mordaza, no sin antes recibir otra bofetada.
- Jessi, por favor. Intento hacer lo que me pides. Dame un poco de tiempo. Aun tengo las piernas dormidas.
- ¿Crees que una bala las ayudaría a despertarse mas deprisa?. - Dijo riendo, mientras le ponía la pistola en la sien.
El se orinó de miedo, mientras intentaba con todas sus fuerzas ponerse en pie, y salía de la bañera casi de un salto.
- Lo ves. Solo necesitabas un poco de ayuda.
- ¿Que quieres que haga ahora, Jessi?. ¿Vuelvo a la leñera?. - Dijo preocupado.
- Camina. Eso es. Muy bien. Para. - Dijo mientras le conducía a los pies del ataúd.
- Levanta el pie, y entra.
- ¿Que entre?. ¿Que entre donde?. - Dijo perplejo.
- Vale, no te preocupes, ya meto los pies en la cajita. No se para que lo quieres, pero ya está. - Dijo perplejo.
- Muy bien, ahora siéntate despacio.
- Pero.. Si me siento romperé o volcaré la caja de mis pies. - Dijo preocupado.
- No te preocupes. No la estropearás. - Dijo riéndose.
El se sentó en la caja, mientras temblaba asustado.
- Siéntate un poco mas hacia delante. Hasta que toques el borde.
- Si, Jessi. Ya lo hago. - Dijo aún mas asustado.
- Si, justo ahí. - Dijo mientras unía las esposas de sus tobillos a las argollas de la caja inmovilizando sus pies.
El se removió inquieto y se echó a llorar.
- Jessi, por favor. Déjame al menos ver lo que haces. Solo eso, por favor. - Dijo mientras tocaba la venda que cubría sus ojos.
- Ya casi estás. - Dijo mientras le sujetaba a la caja por la cintura usando una correa dispuesta al efecto.
- Jessi, por favor. Díme que pasa. Por favor. - Dijo mientras tocaba de nuevo la venda que cubría sus ojos.
Jessi le hizo una seña a Dennis de que se colocase a espaldas de la caja, de forma que Doug no pudiese verle.
- Si tanto significa para ti, te dejaré ver donde estás. Pero.. - Dijo riéndose mientras le esposaba la muñeca derecha a la caja.
- ¿Pero?. ¿Que quieres, Jessi?. - Dijo Doug preocupado.
- Pero si chillas o protestas, no solo te los volveré a vendar. - Dijo mientras le esposaba la otra muñeca.
- Lo entiendo, Jessi. No te molestaré. Por favor, Jessi. - Dijo aún mas asustado.
- Sino que además te daré motivos como para que no quieras volver a ver nada en toda tu vida. - Dijo amenazante.
- Yo.. Sigo queriendo ver, por favor, Jessi. - Titubeó asustado.
Ella le quitó la venda de los ojos y el se mordió los labios con fuerza e intentó no chillar..
- Oh, Jessi. Jamás te creí capaz de hacerme algo así. - Dijo aterrado.
- Por favor. Si vas a enterrarme, me da igual que sea entre nieve o en la tierra. Donde tu quieras, pero por favor. Ten el valor de al menos matarme antes. Por favor.
- No te preocupes, Doug. No te va a suceder nada malo.. - Dijo mientras le ajustaba de nuevo la mordaza.
El la miró con lágrimas en los ojos y se echó a llorar.
- Tiene sistema de ventilación, no te preocupes que no te va a faltar de nada. - Dijo mientras comenzaba a cerrar la tapa.
El la miró horrorizado y dio un fuerte tirón a las esposas que le mantenían atado a la caja.
- Intenta estar tranquilo o haré algo mas que atarte. - Dijo mientras le miraba seria.
- Mmmmmmmmm. - Chilló aterrado, mientras tiraba con todas sus fuerzas de las cadenas que le mantenían preso.
- Calmate. ¿No querrás que te meta una bala entre ceja y ceja, verdad?. - Dijo mientras le mostraba la pistola.
El se echó a llorar mientras veía como poco a poco la caja se cerraba del todo, a excepción de unos pequeños ahujeros de ventilación situados en los laterales, por los que apenas entraba la luz.
Un rato después en el salón..
- Jessi.. Hay que ver como eres.. Le has destrozado. Es un impresentable, y no es de fiar. Pero.. Esto es demasiado. Yo creía que le habrías permitido irse en mitad de la ventisca. Le hacia ya muy lejos de aquí.
- La verdad es que lo que menos querría en este momento es que el estuviese aquí. Pero.. no me quedó otra alternativa. Las carreteras estaban bloqueadas por la nieve. Y no tenía donde ir. Se hubiese muerto de haber permanecido en su coche.
- Total que como soy tan compasiva. - Dijo riéndose mientras le guiñaba un ojo.
- No pude menos que ayudarle, y aquí está.. Lo que recuerda que alguien deberá deshacerse de su coche..
- Claro, Jessi. Considéralo hecho.. No hay nada mas divertido que ver rodar un coche colina abajo camino del precipicio.
Un rato después
- Ya os lo podéis llevar. Procurar no golpearlo en exceso. Es frágil. - Dijo riéndose.
- Cuando lo hayáis cargado en el camión, traed rápido el resto de las cosas.
- Si, jefe. Ahora mismo. - Dijeron mientras se iban atravesando el bosquecillo con la caja a cuestas.
- Y tu aparca ese coche en un momento, Dennis.
- Claro, Jessi. Pero antes díme donde está y dame las llaves.
- Está en el otro extremo del bosquecillo. Como ves, le señalé el mejor camino para llegar.. - Dijo riéndose.
- Si, Jessi. Ya lo veo. No me extraña que no quisiese irse. En esa zona como caigan aunque sea dos copos es imposible maniobrar.. Es una carretera muy peligrosa..
- Lo se, aconsejan no usarla para nada, salvo en verano.. Para eso construyeron la nueva. - Dijo riéndose.
- Eres terrible, Jessi. En ese caso creo que se lo mandaré a uno de los muchachos.. No voy a ser yo el único que se divierta. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y salía de la cabaña.
Ella entró en la habitación y le miró.
El lloraba sin cesar, mientras intentaba encogerse un poco para paliar el dolor.
- Jessi, por favor.. Por favor.. Me encuentro muy mal, por favor. - Dijo mientras la miraba asustado.

sábado, 23 de julio de 2011

CAPÍTULO 34 - SIN AIRE







Luego podrás hacer con mi cuerpo lo que gustes. Pero no ahora, por favor, por favor. Ahora no. Ahora no. No. No. No.
- Nooooooooooooooooooooo. - Chilló aterrado mientras otra pequeña ahuja atravesaba su cornéa.
- Deja de llorar, y no te preocupes mas. Aun te queda bastante vida por delante. Y no querrás desperdiciarla, ¿verdad?.
- De momento será mejor ayudar a la naturaleza, que es sabía. Pero a veces no lo suficiente. - Dijo mientras le acercaba una botella de agua a los labios y le obligaba a beber.
- Por favor, Jessi. No sigas, por favor. Por favor.. - Suplicó aun mas asustado.
- Jessi, por favor. Por favor.. No me encuentro bien, me duele mucho el bajo vientre. - Dijo mientras palidecía aun mas.
- No te preocupes, está todo bien. En un rato te encontrarás mucho peor. - Dijo riéndose.
- Y ahora basta de charlas inútiles. - Dijo mientras le tapaba la boca y la nariz con su mano enguantada y le clavaba otra ahuja en la córnea derecha.
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló fuera de si.
- Trata de no moverte. ¿No querrás empeoras las cosas, verdad?.
Claro que no, Jessi. ¿Quién querría en semejantes circunstancias empeorar las cosas?. Tendría que ser realmente idiota para empeorar su situación a sabiendas. Pero.. ¿Como pretendes que permanezca impasible mientras me clavas algo en el ojo?. Nadie podría permanecer impasible ni aunque le fuese la vida en ello..
Y ahora ni tan siquiera me permites respirar. ¿Que será lo próximo?. Al final lograrás tus propósitos, sea de una forma o de otra se que lo conseguirás. Por Dios, Jessi. ¿Es que no ves que ya no puedo aguantar mas sin respirar?. ¿Acaso no ves lo mal que me encuentro?. ¿A que esperas para detenerte?.
- Mmmmmmm. - Chilló asustado mientras forcejeaba tratando de conseguir aire.
- Calma, intenta estar tranquilo y descansa un rato. - Dijo mientras seguía arañando con suavidad su córnea izquierda.
El se desmayó al borde de la asfixia mientras ella le clavaba otra pequeña ahuja en la córnea y le dejaba respirar.
Un rato después recuperó el sentido y la miro aterrado.
- Jessi, por favor. Por lo que mas quieras. No me hagas esto. - Suplicó entre lágrimas.
- Yo en tu lugar tomaría una gran bocanada de aire. Te hará falta. - Dijo riéndose.
- Por favor. Por favor. - Suplicó entre sollozos mientras veía acercarse su mano enguantada dispuesta a ocluir de nuevo su respiración.
- Noooo. - Chilló aterrado, mientras sofocaba de nuevo su respiración.
- No me montes otra escena y trata de comportarte, no creo que sea tan difícil, ¿verdad?. - Dijo sonriendo.
El sollozó aterrado, mientras se iba poniendo rojo en un intento por conseguir aire.
Jessi. ¿Como puedes hacerme esto y pretender que no intente impedirlo?. Aunque solo fuese por el instinto de supervivencia, nadie se estaría quieto mientras intentan asfixiarle.
Dios mío. No. Otra vez, no. Ahora ya ni siquiera te bastan las malditas gotas. Te has propuesto dejarme ciego. Y lo vas a conseguir no me cabe ninguna duda. Cada vez me duelen mas los ojos. Una cosa es que no pudiese ver, y otra muy distinta es que ya ni siquiera los puedo mover.
Por Dios, Jessi. ¿Como has podido hacerme semejante salvajada?.
- Mmmmmmmm. - Protestó entre sollozos intentando avisarla de que ya no aguantaba mas tiempo sin respirar.
Jessi, por Dios. Ten un poco de compasión de mi. Tengo los pulmones a punto de estallar. Por favor, déjame respirar. Solo eso. Por favor.
- Mmmmmmmm. - Sollozó aún mas asustado mientras su cara se iba poniendo de color morado.
- Vamos intenta estar tranquilo, verás como pronto ha terminado todo. - Dijo sonriendo.
El se agitó violentamente al borde de la asfixia, mientras perdía de nuevo el conocimiento.
Un dolor lacerante le hizo despertar sobresaltado.
- Ahhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Jessi, por favor. Por favor. - Suplicó asustado.
- Es cierto, que falta de consideración. Si se me ha olvidado darte tus gotas. - Dijo riendo.
- Además así limpiarán un poco tus corneas. Las tienes un poco rojas, hay que lavarlas bien. No querrás coger una infección, ¿verdad?.
- No, por favor. Déjalas como están. Por favor, Jessi. Por favor.
- Vamos no gimotees. ¿Que van a pensar de ti?. - Dijo mientras le echaba varias gotas en su ojo derecho.
El intentó chillar, pero fue en vano, ella le tapó la boca y la nariz con un trapo y lo comenzó a empapar lentamente.
El forcejeó asustado mientras intentaba con todas sus fuerzas ladear la cabeza.
De pronto le quitó el trapo y le dejó tomar una bocanada de aire.
- Gracias, Jessi. - Titubeó aterrado.
- Toma una bocanada de aire y tranquilo. - Dijo riéndose.
El hizo lo que le pedía y se echó a llorar.
- Siempre llorando.. Hay que ver que blandito eres. - Dijo mientras empapaba de nuevo el trapo y lo apretaba contra su rostro.
- Vamos, estoy terminando. Deja ya de gimotear. - Dijo mientras echaba las gotas en su ojo izquierdo y acariciaba su córnea con la ahuja.
- Mmmmmmmmm. - Chilló aterrado mientras se veía obligado a tragar una gran bocanada de agua.
- Trata de pensar en otra cosa y pronto habré terminado. Ya lo verás.
El sollozó asustado mientras intentaba respirar.
De pronto sonó el móvil, y le quitó el angustioso trapo de la cara.
- Gracias, Jessi. Necesitaba respirar. - Titubeó asustado.
- Y ahora si sabes lo que te conviene ni siquiera harás ruido al respirar.
El asintió con la cabeza, mientras se mordía los labios asustado.
Ella contestó al teléfono, mientras apoyaba sobre su garganta el bisturí.
Por Dios, Jessi. ¿Que crees que voy a hacer?. ¿Crees que puedo hacer algo mas aparte de respirar?. Estoy tan agotado que no tengo fuerzas para nada. ¿De veras crees que es necesario que me amenaces con el bisturí?.
Aunque a veces pienso, que sería buena idea si te enfadases y me lo clavases. Al menos dejaría ya de sufrir. Quisiera tanto que esta maldita pesadilla se terminase.. Pero se que no tengo salida, haga lo que haga, ya no albergo la menor esperanza de salir con vida.
- ¿Si?.
- Hola, Jessi. ¿Te interrumpo?.
- Sabes que si. ¿Que quieres?.
- Estamos a la entrada del bosquecillo, y he traído todo lo que pediste. ¿Les mando ir ya o mejor que esperen un rato?.
- Mejor que esperen, antes tengo que terminar un par de cosas. Aunque si queréis ir trayendo el ataúd estaría bien, así ahorramos un poco de tiempo.
- Claro, Jessi. Ahora mismo lo traen. ¿Podrías decirme para que lo vas a usar?. Me muero de ganas de saber para que lo vas a usar..
- Jejeje, tendrás que esperar un ratito mas. Verás como la intriga merece la pena.
- Seguro que si, Jessi.
- Luego hablamos, bye. - Dijo y colgó el teléfono.
Dios mio.. ¿Un ataúd?. Ya tiene listo mi ataúd.. Maldita sea, Jessi. No necesito ver como acabaré. Aunque es un descanso saber que acabaré en una caja y no en mil restos desperdigados por doquier.
- Jessi, por favor. ¿Puedo.. - Balbuceó asustado.
- Nada de Jessi. - Le interrumpió y le volvió a poner el trapo en la cara.
- Es hora de seguir, no hay tiempo que perder.
- Mmmmm. - Protestó asustado.
- Veamos que tal estás. - Dijo mientras volvía a empapar el trapo y presionaba su abdomen.
- Mmmmmmmmm. - Chilló de dolor.
- Ya casi está en su punto. No te preocupes en un rato te encontrarás mucho peor. - Dijo riéndose.
Dios.. Dios.. No puede ser cierto.. Si de verás me voy a encontrar mucho peor mas me valdría ya estar dentro de ese ataúd y haber dejado de respirar para siempre.
Pero se que aun te propones hacerme sufrir mas. Es imposible que se termine todo ahora, y sin embargo sería lo mejor.. No quiero morir, pero la perspectiva de estar aunque solo sean un par de horas mas en tu compañía me da escalofríos.
Otra vez sin aire.. Maldita sea, ya no puedo mas. Mis pobres pulmones están a punto de reventar..
- Mmmmmmmmmm. - Chilló mientras intentaba forcejear.
- Calma, intenta estar tranquilo. Aquí no pasa nada.. - Dijo mientras le clavaba otra ahuja en la córnea izquierda.
- ¿No hay forma de que te calles?. Ni siquiera estando amordazado..
- Hay que ver que poca paciencia tienes. - Dijo mientras empapaba de nuevo el trapo que le impedía respirar.
- Bebe deprisa o te quedarás completamente sin aire. - Dijo riéndose.
- Veamos que tal está tu ojo. - Dijo mientras acariciaba su córnea derecha con la ahuja.
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló de dolor mientras se iba poniendo de color morado.
Jessi, para por favor. Para. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?. Primero te encargas de que no pueda cerrar el ojo pase lo que pase. Después no contenta con ello, haces que no vea echando unas malditas gotas. Con lo fácil que hubiese sido vendarme los ojos. Y después aun te parece poco y te encargas de que no pueda mover los ojos y te dedicas a dañarlos con una ahuja. Dios mío. Nunca creía que hubiese nadie tan sumamente bestia..
El forcejeó violentamente intentando zafarse del trapo, hasta que no aguantó mas y perdió el sentido al borde de la asfixia, solo entonces le quitó el angustioso trapo de la cara.
- Despierta, vamos. - Dijo mientras le clavaba otra ahuja en el ojo.
- Verás como despiertas pronto.. - Dijo mientras le clavaba otra ahuja en el ojo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor al despertar.
- Mucho mejor. ¿Acaso te crees que estás aquí de vacaciones?. No es momento de dormir. - Dijo riéndose.
- No, Jessi. Se que no estoy de vacaciones. Nadie querría nunca unas vacaciones como estas, y espero que nadie las tenga jamás. - Dijo con pesar.
- ¿Como te encuentras?. - Dijo mientras le apretaba el vientre con fuerza.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Para, por favor. Para. Por favor. Por favor.. - Suplicó aterrado.
- Si, creo que ya estás a punto. - Dijo sonriendo.
- Voy a prepararlo todo, espérame un momento mientras te relajas.
- ¿Estoy a punto, para que?. Jessi, por favor. Díme al menos que vas ha hacerme, por favor. - Suplicó asustado.
- Tranquilo.. Vamos, no llores. No pasa nada. - Dijo mientras acariciaba con suavidad las ahujas clavadas en su ojo derecho.
El se mordió los labios y se puso rojo del esfuerzo de intentar no chillar.
Un rato después se le acercó y le apretó con fuerza el bajo vientre.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Pero que desconsiderada soy.. Si tienes la vejiga tan llena que parece a punto de reventar. - Dijo riéndose.
- ¿Como no me has avisado?. Si el baño está apenas a un par de pasos. - Dijo riéndose.
- ¿No quieres ir al baño?. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. No me hagas daño. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Vamos, levántate. Creo que te conviene ir. No tienes demasiado buena cara. - Dijo riéndose, mientras le apretaba de nuevo el vientre.

viernes, 15 de julio de 2011

CAPÍTULO 33 - UN AGRADABLE PASEO





- Jessi, por favor. Por favor. Por favor. No sigas, por favor. - Suplicó aterrado.
- ¿Se puede saber que te pasa?. Llevo toda la mañana tratándote con delicadeza y aun te quejas.
- Perdóname, Jessi. Por favor. No se lo que digo. - Dijo con pesar.
Ella cogió de nuevo la ahuja y se le acercó.
El se echó a llorar desconsoladamente mientras la miraba.
- Vamos, no llores.. Todo está bien, no tienes de que preocuparte. - Dijo mientras volvía a atravesar su hombro sin miramientos.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló aterrado.
- Venga, no te pongas así.. Piensa que estamos dando un agradable paseo y nos dirigimos a comer a tu restaurante preferido..
- Esto no está sucediendo, ¿verdad que no?. - Dijo riéndose, mientras escarbaba con la ahuja en la herida agrandando el orificio.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló mientras se agitaba frenéticamente.
- Por favor, por favor.. No mas, por favor. - Suplicó agotado.
- ¿Que te pasa?. ¿Estás cansado de andar?. - Dijo riéndose.
- Dios mio, Jessi. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?. Que mas me gustaría a mi que seguir teniendo mis pies. Mis pobres pies.. Por Dios, Jessi. No me trates así, por favor. Por favor. - Sollozó asustado.
- Vamos, no te preocupes.. Pronto te dejaré descansar. Estarás mas a gusto de lo que lo has estado en toda tu vida. - Dijo mientras señalaba su cuello con la ahuja todavía templada y le guiñaba un ojo.
El se echó a llorar aterrado
Oh, Jessi. Nada me gustaría mas que poder descansar. Lo de menos es la forma. A estas alturas ya me da todo igual. Tan solo quiero que se acabe esta maldita pesadilla. Además.. 
¿Que podría hacer yo?. Absolutamente nada. Si lo que quieres es atravesar mi cuello con una ahuja incandescente; se que lo harás.
- Vamos, deja de llorar.. Cualquiera que te vea va a creerse que te pasa algo.
- No lo hagas, por favor. - Suplicó entre lloros.
No me pasa nada. ¿Que me iba a pasar?. Tan solo me estás usando como alfiletero.  No tengo de que preocuparme..
- Jessi, por favor. ¿Podrías decirme que piensas hacer conmigo?. - Dijo mientras la miraba con los ojos anegados de lágrimas.
- Tranquilo e intenta relajarte, antes de que te quieras dar cuenta habré terminado. No tienes motivos para preocuparte.
- Dios mío, Jessi. ¿Es que acaso no merezco tener ni un solo segundo de respiro?.  
- Creo que me servirá así. - Dijo mientras le guiñaba un ojo e introducía una pesada argolla a través de su hombro.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la argolla atravesaba su herida.
- Ahora trata de no moverte. No querrás que te queme por un movimiento brusco ¿verdad?. - Dijo riéndose, mientras se ponía los guantes ignífugos.
- ¿Que?. - Chilló aterrado.
- ¿Que vas ha hacer con eso?. - Chilló fuera de si.
- No lo hagas, por favor, Jessi. Por favor. Por favor. - Dijo con los ojos anegados de lágrimas.
- Ni lo vas a notar. Ya lo verás. - Dijo mientras con una pinza sujetaba la argolla y con el soplete la soldaba cerrando la argolla.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
El temblaba y lloraba sin parar mientras la argolla poco a poco se ponía al rojo vivo.
- Noooooooo. No más, por favor. Noooo. No sigas, por favor. - Suplicó aterrado.
Cuando terminó el sollozaba desconsolado mientras miraba el soplete aún encendido con aprensión.
- Estoy tardando demasiado tiempo y eso no puede ser. - Dijo mientras cogía el bisturí y le hacía una pequeña incisión en su hombro izquierdo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la miraba con los ojos desorbitados.
- Me estoy cansado de escuchar tantos gritos inútiles. - Dijo mientras posaba el bisturí y revolvía en el cajón buscando algo.
- Lo siento mucho, Jessi. Siento haberte molestado. - Se disculpó aterrado.
- No te preocupes, no hay problema. - Dijo riéndose mientras se le acercaba con las odiosas gotas que tan bien conocía.
- No, por favor. No lo hagas, Jessi. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Intenta calmarte o haré algo mucho menos delicado contigo. - Dijo mientras le sujetaba la cabeza con una mano y con la otra le vertía varias gotas en el ojo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor incapaz de contenerse mientras la veía enfadarse aun mas de lo que estaba.
- Tenías el ojo muy seco, las gotas le vendrán muy bien.. - Dijo riéndose.
Claro que si, mi ojo seguro que estaba realmente seco.. Sequísimo después de llevar a saber cuantas horas llorando sin parar. Seguro que mi ojo estaba muy muy seco..
El intentó por todos los medios parpadear y poder cerrar el otro ojo, mientras se iba poniendo mas nervioso al verla acercarse, pero sus párpados continuaban pegados y nada pudo hacer.
- Por favor, por favor, por favor. No mas, por favor. - Suplicó aterrado.
Ella le echo las gotas en el ojo, mientras se aseguraba de que no moviese la cabeza.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- ¿Te escuecen los ojos?. Vaya es una autentica pena. Tendré que ayudarte a que no te molesten tanto. - Dijo riéndose.
- No. No, por favor. Por favor, Jessi. Te juro que ya no me molestan nada. Déjalos como están, por favor, Jessi. - Suplicó aun mas asustado.
- No te preocupes, te voy a ayudar a que te encuentres muchísimo mejor. - Dijo sonriendo.
- Pero no tengas prisa. Cada cosa a su tiempo. - Dijo mientras volvía a elevar la cama para dejarle de nuevo en posición horizontal.
- Sabes que me gusta hacer las cosas bien y tomarme mi tiempo, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Lo sé. - Dijo compungido.
- Sabes que procuro por todos los medios a mi alcance que estés lo mas confortable posible, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Se que lo haces. - Dijo preocupado.
- Sabes que me aseguro de que te encuentres en una postura lo mas relajada posible, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Lo sé. - Dijo aun mas preocupado.
- Sabes que intento ahorrarte sufrimientos innecesarios, ¿verdad?.
- Si, Jessi. Se que me cuidas lo mejor posible. - Dijo entre sollozos.
- Pues bien, este no es uno de esos momentos.
- Ahora procura respirar hondo y pensar en otra cosa y antes de que te quieras dar cuenta habré terminado.
- Si, Jessi. Lo intentaré. - Dijo entre lloros.
- Lo ves.. Necesitas que te ayude. No dejas de lloras y chillar, y tu pobre garganta casi no lo aguanta, tienes la voz muy ronca y eso no es nada bueno para ti.
- Me callaré, Jessi. Haré lo que me digas, pero por favor, no lo hagas. Sea lo que sea que pienses hacerme. No lo hagas, por favor. - Suplicó aterrado.
- Cálmate, tranquilo.. Abre la boca. Será solo un momento. - Dijo mientras le volvía a introducir el largo tubo en su dolorida garganta.
Dios, el tubo otra vez no. No lo aguantaré. Dios.. me va a destrozar la garganta.
- No te preocupes, ni lo vas a notar. - Dijo mientras obstruía la sonda que salía de su pene.
- Y ahora beberás un poco. - Dijo mientras vaciaba una botella de dos litros de agua a través del tubo.
- En un rato tendrás algo en lo que pensar, ya lo verás. - Dijo riéndose, mientras le daba mas agua.
- Y ahora trata de relajarte, estamos teniendo una animada conversación y la cena está deliciosa.. - Dijo mientras ataba su cabeza fuertemente a la cama y le sacaba el tubo.
- Jessi, para por favor. Por lo que mas quieras. No sigas. Sea lo que sea que pienses hacer no lo hagas, por favor. - Suplicó con lágrimas en los ojos.
- No te preocupes, calma.. Relájate un poco. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos y se aseguraba de que no pudiese hacer el menor movimiento con su cabeza.
- Tranquilo, piensa que estás muy lejos de aquí. - Dijo mientras con una mano le sujetaba el ojo, asegurándose de que estuviese completamente abierto.
- Y lo mas importante, trata de recordarlo porque te va la vida en ello.
- ¿Que quieres que haga, Jessi?. - Dijo aterrado
- Intenta chillar lo menos posible, no querrás que me tiemble el pulso y suceda algo irremediable, ¿verdad?.
- Lo.. lo intentaré, Jessi. - Dijo mientras se mordía los labios aterrado.
- Y ahora respira hondo y comportate como un hombre, que no se diga que eres muy blandito. - Dijo riéndose.
Ella cogió una fina ahuja hipodérmica y acarició con ella la córnea de su ojo izquierdo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, mientras intentaba mover su cabeza con todas sus fuerzas.
- Calmate, ya estás chillando sin parar y todavía ni te he tocado.. Mira que eres blandito. - Dijo mientras se burlaba de el.
El lloraba aterrado e incapaz de reaccionar.
- Calma.. No tienes de que preocuparte. Estamos teniendo una agradable velada a la luz de las velas. ¿Verdad que te gusta?. - Dijo mientras le clavaba suavemente la ahuja en un extremo de la cornea del ojo izquierdo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló fuera de si.
- No mas, por favor. Por favor, Jessi. Por lo que mas quieras. No sigas, por favor. No mas.
- Silencio, he dicho que no seas tan blandito. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada que le partió el labio.
- No querrás que me enfade contigo, ¿verdad?.
- No, Jessi. No me gustaría nada que te enfadases conmigo.
- Por favor deja mi ojo. No lo toques mas, por favor. Por favor, por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Vamos, no pretenderás montarme otra escena, ¿verdad?. Si apenas te he tocado. - Dijo mientras arañaba suavemente su córnea izquierda acercándose a la ahuja que ya tenía clavada en su ojo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, mientras pegaba un fuerte tirón a las cadenas que le mantenían sujeto.
- Dios.. Dios.. Dios mio, Jessi. No sigas, por favor. No lo hagas. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Eres demasiado blandito. ¿Que van a pensar de ti tus amigos cuando te vean?. Te pasas el tiempo llorando sin parar, casi como si fueses un niño.. - Dijo riéndose.
- Y eso ya te avisé que no puede ser. - Dijo sonriendo.
- Pero no te preocupes que te lo explicaré de forma que lo entiendas. - Dijo mientras cogía una ahuja de biopsia y se la clavaba a través de los huesos de su cadera.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló fuera de si, antes de desmayarse.
Minutos después
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló  de dolor con todas sus fuerzas mientras palidecía.
- Calma.. si estás tan cansado de andar siéntate un ratito y descansa.. Pronto habremos llegado a la cabaña y podrás cenar y descansar tal cual mereces.
- Dios mio, Jessi. ¿Tanto me odias?. Por Dios. ¿Que te he hecho yo para que me trates así?. Déjame morir en paz, por favor, Jessi. Tan solo te pido eso. Apunta la pistola a mi corazón y aprieta el gatillo.