viernes, 27 de abril de 2012

CAPÍTULO 64 - DOLOR INFERNAL..







Y sin embargo, parece una imagen tan real..
Tan aterradoramente real, que daría lo que fuese por poder cerrar los ojos y que al volver a abrirlos hubiese desaparecido.
Dios mío. 
Haz que todo esto sea solo una estúpida ensoñación.
Es imposible que lo que estoy viendo sea real.
No me puede estar sucediendo esto a mi.
El sudaba copiosamente y apenas si podía respirar mientras intentaba aclarar una y otra vez la vista sin resultado.
Si por lo menos pudiese parpadear un par de veces, o cuanto menos lograr que mis lágrimas calmasen un poco mis doloridas retinas.
Algo tengo que poder hacer.
Dios mío.. 
Lo que sea, pero algo tengo que poder hacer por mi mismo.
No puede ser cierto.
Tengo que estar soñando.
Ojalá pudiera despertarme de esta maldita pesadilla.
Es imposible que lo que veo sea cierto..
Y sin embargo.. 
La imagen parece tan real, tan cercana..
Dios mío..
Mis ojos no me engañaban..
Es cierto. Lo que veo es real y nada de lo que haga podrá cambiarlo.
Mis ojos pueden no enfocar bien la imagen, mi pobre cabeza puede estar aturdida, sin duda que lo está y mucho. 
Mis pensamientos apenas logran entender lo que me sucede, pero lo malo es que no hay mucho que entender.
El sonido es inconfundible y mal que me pese, es real, y yo nada puedo hacer para evitarlo.
- Me alegra ver que sigues despierto. - Dijo entre risas mientras le acariciaba los cabellos con dulzura.
- Ahora intenta dejar de llorar y no te preocupes, cuidaré de ti con toda la delicadeza que me sea posible. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y se reía.
- Será mejor que te siente. Seguro que eso hará que te termines de despejar. - Dijo entre risas mientras volvía a poner la silla en posición vertical, con lo que el final de la barra de acero se apoyaba firmemente en el suelo.
- Ahhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, al notar que la barra de acero le empalaba con fuerza.
- Por favor. Por favor. Por favor. Por favor.. - Suplicó apenas en un susurro mientras se retorcía de dolor.
- Calma. No seas impaciente. Con lo que yo te cuido. - Dijo riéndose mientras hacía que la silla descendiese ligeramente para que se clavase aún mas la barra de acero.
Solo entonces se fijó en que la silla continuaba suspendida en el aire.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras veía horrorizado la barra de acero se incrustaba poco a poco en sus entrañas.
- Y ahora tranquilo. Ni lo vas a notar. - Dijo mientras manipulaba el tubo de su garganta y le hacía toser.
- Cof.. Cof.. Cof.. - Tosió asustado mientras forcejeaba con todas sus fuerzas para tomar aire.
- No exageres o te lo dejaré puesto. - Dijo mientras le miraba con seriedad y tiraba del tubo con cuidado.
El la miró con los ojos vidriosos y lloró casi sin aliento.
- Eso está mucho mejor. - Dijo mientras retiraba el tubo y le permitía respirar, ya casi al borde del desmayo.
El asintió preocupado mientras tomaba una gran bocanada de aire.
- Vamos.. Respira lentamente. No tienes de que preocuparte. Todo está bien.. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor al borde del desmayo.
- Me encuentro muy mal, Jessi. - Dijo llorando mientras intentaba no chillar de dolor.
- ¿Podrías darme algo para calmar el dolor?. Por favor. Por favor. Dame lo que sea. Necesito algo que me permita tratar de aguantar un poco este dolor infernal o me volveré loco. ¿Harás eso por mi?. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó sin dejar de sollozar.   
- Por favor. Por favor. No lo aguanto. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- Por favor. Por favor. Por favor. Dame ya lo que sea o mátame ya, por favor. Por favor. - Suplico entre lloros.
- Tranquilo. Vamos. Tan solo tienes que intentar relajarte un rato y te encontrarás mejor. Ya lo verás. - Dijo mientras le sonreía.
- No, Jessi. Se que por mucho que me relaje este maldito dolor no se irá. Y tu lo sabes. Es mas, cualquier persona que este viendo este streaming, a poco que tenga un poco de cabeza sabe que es imposible que me encuentre bien. - Dijo llorando.
- Dios mío, Jessi. Me estás empalando a sangre fría y aun tienes el valor de decirme que me relaje. Hazme un favor y mátame ya. O si ello te parece demasiado piadoso para mi. Por favor. Por favor, dame un poco de droga para que no sienta tanto este maldito dolor. Por favor, Jessi. Por favor. - Dijo entre lloros.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor mientras notaba como poco a poco la pesada barra de acero le iba desgarrando sin piedad.
- Jessi, por favor. Por favor. Te lo suplico. Ayúdame, por favor. - Suplicó mientras no dejaba de sollozar.
- Claro que si. ¿Porqué no habría de ayudarte?. - Dijo entre risas mientras cogía una larga ahuja de hacer punto y se la introducía a través de la herida de su vientre.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor mientras la miraba con ojos vidriosos.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor mientras perdía poco a poco el sentido.
Sabía que podías relajarte un poco. Y falta que te va a hacer, porqué creo que se me ha ido la mano en la dosis. 
La verdad es que me cabreó tanto tu insistencia en suplicarme una y mil veces que te diese de beber. 
Que al final cuando llegó el momento de darte de beber, no pude resistir la tentación de obligarte a beber hasta casi verte reventar..
Al final tendré que usar el taladro.. 
Con la cantidad de escayola que has bebido, y con lo concentrada que estaba no se yo si la barra de acero logrará atravesarla sin ayuda.
Por otra parte, hay que ayudar a la naturaleza. Y eso es justo lo que estoy haciendo por ti.
He inyectado en tu intestino tanta escayola que a la que me descuide podría haber creado un jarrón..
Tu vejiga lleva horas cuidadosamente obstruida.
¿Y que decir de tu estomago?. Lo poco que queda de el, está lleno a reventar.
Francamente será todo un misterio el hecho de saber a que se deberá tu muerte.
Ni siquiera te has dado cuenta, pero tienes los pulmones medio encharcados, el intestino obstruido, y el estomago paralizado desde hace horas..
Y luego está el pequeño detalle, apenas sin importancia, de que te estoy empalando con una barra de acero e inclusive he hecho una pequeña abertura en tu abdomen para ayudar a la barra a seguir su camino si se desvía..
Y ni siquiera me agradeces que me haya tomado tantas molestias contigo.
Te limitas a llorar, a suplicar y a gimotear. Como si eso fuese a hacer que me apiadase de ti.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor mientras la miraba de nuevo con ojos vidriosos.
- Por favor. Por favor. Por favor. Por favor.. - Suplicó casi sin aliento.
- Me duele mucho, Jessi. Casi no puedo resistir este dolor atroz. Haz que pare, por favor. Haz algo, por favor. - Suplicó sin dejar de sollozar mientras perdía de nuevo el sentido.
Esto no puede ser. Te desmayas cada cinco minutos y apenas si respiras..
Necesitas que te ayude a resistir un rato mas, o que te haga despertar.
Jessica tiró de su cuerpo ligeramente hacia abajo para que se clavase un poco mas en la barra de acero.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor, mientras la miraba horrorizado.
- Dios mío, Jessi. No me hagas esto. Por Dios. ¿Como puedes ser tan bestia?. - Inquirió aterrado.
- Para, por favor. Para. No me tortures mas. Por favor. Por favor. - Suplicó sin dejar de sollozar.
- Por favor. Por favor. No sigas. Por lo que mas quieras. Dejame descansar solo un momento. Por Dios, Jessi. - Suplicó entre quejidos.
- Por favor. Ten un poco de compasión. Te garantizo que me voy a morir. No se durante cuanto tiempo aguantaré. Pero no creo que dure ya demasiado. - Suplicó aterrado.
- Por favor. No me incrustes mas en la maldita barra con que me empalas. Por favor, Jessi. Solo con la fuerza de gravedad debería de ser suficiente. Descansa un rato. Por favor. - Suplicó sin dejar de sollozar.
- Ahhhhhhhhhhhhhhh. Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor mientras la miraba de nuevo con ojos vidriosos.
No puedo consentir que te vayas de este mundo sin enterarte de nada. Lo siento por ti, pero debes de recuperar el sentido ya..

No hay comentarios:

Publicar un comentario