sábado, 21 de abril de 2012

CAPÍTULO 63 - ESPEJISMO..






Era una preciosa noche estrellada, los copos de nieve caían delicadamente sobre el negro tejado de pizarra.
A lo lejos, las altas cumbres nevadas contemplaban extasiadas la lluvia de estrellas que se veía en el horizonte en la fría noche.
El viento zarandeaba suavemente las copas de los árboles y la luna alumbraba el horizonte en una noche despejada y apacible.
Las altas verjas de hierro delicadamente ocultas por los verdes setos nada dejaban ver, salvo las altas copas de los árboles que parecían querer evadirse de la finca y seguir su camino hacia las estrellas.
El largo sendero apenas era visible bajo la gruesa capa de nieve que caía sin cesar desde hacia horas.
La escalinata de mármol blanco se había vuelto invisible bajo la blanca nieve, parecía una imagen idílica, en un paisaje de ensueño.
Pero nada mas lejos de la realidad. 

Nada de lo que estaba sucediendo era idílico, ni mucho menos.
En el interior del sótano tan solo se escuchaba el sonido del taladro que retumbaba en la habitación, interrumpido por sus gritos aterradores.
- Cállate de una vez o te haré callar yo. - Dijo enfadada mientras le mostraba el taladro de nuevo conectado.
- Lo siento mucho, Jessi. Intento no molestarte. Pero me haces mucho daño. - Dijo entre lloros.

- A duras penas puedo soportar ya el dolor. Si me dejases descansar un momento, te lo agradecería muchísimo. - Suplicó entre lágrimas de terror.
- Jessi, por favor. Tan solo unos minutos, por favor. Por favor. - Suplicó sin dejar de sollozar.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras notaba como el taladro iba poco a poco desgarrando su piel sin miramientos.
- Noooo. Noooooooo. Noooooooooo. Por favor. Por favor. Noooooooooo. - Chilló aterrado antes de desmayarse de dolor.
Las gotitas de sangre resbalaban por entre sus nalgas y goteaban en el suelo, mientras el taladro seguía limpiando la angosta cavidad hasta dejarla sin rastro del pepino.

De pronto no pudo soportar mas el dolor y perdió el sentido.Cuando volvió en si, el taladro aún estaba conectado, y ella se reía.
- No mas, por favor. Jessi. Por lo que mas quieras. Dime que ya has acabado o pégame un tiro. Por favor. Por favor. Ten un poco de compasión de mi. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Vaya, sangras un poco. Será mejor que taponemos esa herida. Sería una auténtica pena que te desangrases. - Dijo riéndose mientras le mostraba una larga barra de acero.
- Dios.. Dios.. Dios.. - Chilló horrorizado mientras la miraba sin poder dar crédito a lo que veía.
- Dios mío. Dime que no estás hablando en serio. - Suplicó mientras la miraba horrorizado.

- Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó mientras la miraba con los ojos desorbitados.
- Tranquilo, apenas si lo vas a notar. Ya lo verás. - Dijo mientras le enculaba con el extremo de la barra de acero.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras se desmayaba de nuevo el sentido.
A cada momento pierdes el sentido. 

Y no es para menos después de todo lo que has tenido que soportar. 
Y lo que aun te falta.
Pero no tienes mas remedio que aguantar.
Después de todo, sería una falta de tacto y de delicadeza que pusiese fin a tu vida con rapidez.
Tu sabes que no te mereces eso..
Un rato después.
El abrió los ojos, lloró y tosió asustado, mientras notaba como un líquido viscoso y nauseabundo bajaba rapidamente por su garganta.
- Cof. Cof.. Cof.. - Tosió una y otra vez intentando recuperar el resuello.
- Por favor. Por favor. Por favor.. - Balbuceó entre lloros.
- Tranquilo. Vamos. No te preocupes. Todo está bien. - Dijo mientras le hablaba lentamente y le obligaba a ingerir el líquido rápidamente.
El la miró con ojos vidriosos mientras perdía de nuevo el sentido y su tez adquiría un color mortecino.
Jessica preparó otra jarra y se le aproximó con ella, mientras hacía pasar el líquido a duras penas a través del embudo.
Espero que el tubo aguante un poco. No tengo tubos mas gruesos y dudo mucho que pudiese atravesar tu garganta un tubo de mayor calibre.
El abrió de nuevo los ojos, y tosió con fuerza mientras intentaba tragar.
- Cof.. Cof.. Cof.. Cof.. - Tosió completamente rojo y casi sin resuello.
- Jessi. - Balbuceó entre toses.
- ¿Que?. - Inquirió divertida mientras sostenía su cabeza frente a la jarra de nuevo llena.
- Por favor. Por favor. Por favor.. - Suplicó sin dejar de llorar.
- ¿Que te sucede?. - Preguntó entre risas.
- Por favor. Por favor. Dame de beber o hazme ya lo que sea, pero deja que al menos me siente. Conseguirás que me ahogue. Por favor. Por favor. - Suplicó mientras miraba horrorizado la jarra de nuevo llena y a punto de verterse sobre el embudo.
- Tranquilo. Vamos. Deja ya de llorar. Tan solo es un poco de agua. - Dijo mientras acariciaba sus cabellos y comenzaba a volcar la jarra en el embudo.
- No. No. No. No.. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Intenta no desmayarte. Y deja de comportarte como un muñequito llorón. Me estoy hartando de tanto lloro y gimoteo sin sentido. - Replicó enfadada mientras le clavaba una punta en el hombro y vertía a continuación el resto del líquido a través del embudo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras temblaba asustado.
- Y ahora trata de no moverte en un rato y dejemos actuar a la naturaleza. En cuanto esté todo listo seguimos, no te impacientes demasiado. - Dijo entre risas mientras introducía una larga ahuja de tejer a través de la herida de su vientre y hacia fuerza con ella.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la ahuja se clavaba en su vientre sin compasión.
No está nada mal. Va aun mas deprisa de lo previsto..
Estás casi a punto..
No deja de asombrarme que sigas malgastando tus escasas fuerzas en lamentos y gimoteos. Como si eso fuese a hacer que me detuviese.
Estás al limite de tus fuerzas, solo que tu aun no lo sabes.
Casi me da miedo el hecho de tener que dejarte solo un par de minutos. 

Temo que si tardo demasiado en regresar sea demasiado tarde cuando lo haga.
Y mira que tan solo tengo que ir hasta la habitación de al lado. Pero.. 

A estas alturas no soportaría que por entretenerme unos minutos se truncasen mis planes para contigo.
No. Ahora no puede fallar nada. 

No cuando estoy tan cerca de conseguir mis objetivos. 
No te lo permitiré.
El la miró con ojos vidriosos, mientras no dejaba de llorar.
- No te vayas, Jessi. Por lo que mas quieras. No me dejes solo. - Suplicó lloroso mientras la veía abrir la puerta.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó sin dejar de sollozar mientras la puerta se cerraba con un portazo.
Dios mío. ¿Hasta cuando me piensas seguir torturando?. ¿Que nuevo artefacto infernal habrás ido a recoger?.
Jamás pensé, ni por un solo momento. 

Ni en mis mas oscuros pensamientos se me había pasado por la cabeza que alguien pudiese hacer semejantes salvajadas a otro ser humano.
¿Porqué yo?. ¿Porqué a mi?.
Dios mío. ¿Porqué?. ¿Porqué?. ¿Porqué?.
Dios mío. 

Tan solo puedo pensar en que se termine de una vez esta maldita pesadilla. 
En dejar de sufrir. 
¿Que puedes querer aun de mi que no hayas conseguido ya?.
Nada de esto tiene el menor sentido. 

Y jamás lo tendrá.
No se lo que es peor, si suplicar para que no te vayas porqué me aterra quedarme solo. 

O si, suplicar para que me dejes de torturar a tu vuelta.
Debo de ser realmente estúpido. 

Ni yo mismo se lo que quiero..
No. No puede ser cierto. 

Mis ojos me tienen que estar jugando una mala pasada.
Quizás sea la fiebre. 

Quizás sea porqué están muy resecos y doloridos.
Quizás mi imaginación me está jugando una mala pasada.
Quizás la falta de alimentos y de bebidas haga que ya esté poco menos que delirando.
Algo tiene que ser. Porqué es imposible que sea cierto lo que estoy viendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario