viernes, 27 de enero de 2012

CAPÍTULO 57 - ESTÚPIDAS ENSOÑACIONES..







Desde que llegué a esta maldita cabaña has hecho todo lo posible por destruirme. 
Ahora ya se que lo has conseguido..
Nada importa lo que me suceda a partir de ahora. Se que lo último que harías por mi sería ayudarme.
- ¿Que tal te encuentras?. - Dijo mientras cogía de nuevo el pulsador y le sonreía con dulzura.
- Estoy bien, Jessi. No te preocupes por mí. - Dijo con tristeza.
¿Que mas te da como me encuentre?.. 
De sobra sabes que estoy fatal. No hay ninguna parte de mi pobre y maltrecho cuerpo que no me duela. Ardo de fiebre y me has hecho beber a saber que..
Dios mío, Jessi. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?.
- Pareces algo débil y cansado. Espero que por tu bien logres no desmayarte. No quisiera tener que inyectarte de nuevo. - Dijo entre risas mientras le mostraba los odiosos viales que había usado otras veces.
- Intentaré no molestarte. - Dijo preocupado mientras las lágrimas inundaban sus ojos y se escurrían por sus mejillas.
- Y ahora tranquilo. Será un poco molesto pero es necesario que no te muevas en exceso. - Dijo mientras le mostraba la pistola de biopsias de nuevo cargada.
- No.. No.. No.. Noooooooooo. - Chilló aterrado mientras veía la pistola a punto de clavarse en su vientre.
- Vamos. Tranquilo. Ya casi está.. - Dijo entre risas mientras disparaba la pistola hacía su estómago.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras daba un fuerte y totalmente inútil tirón a las cadenas que le mantenían sujeto.
- Lo siento. - Musitó preocupado mientras intentaba no desmayarse.
- Ya casi estás listo. - Dijo mientras le sonreía y accionaba rápidamente el pulsador para hacerle reposar sobre la camilla.
El la miró con los ojos vidriosos y tembló asustado mientras perdía de nuevo el sentido.
Hay que ver que suerte tienes.. 
Te desmayas justo en el momento mas oportuno.
Y quizás sea mejor así. No estás demasiado fuerte y esto te ahorrará sufrimientos innecesarios..
Jessica trabajó con rapidez y le introdujo un grueso tubo en el estómago a través de la pared abdominal.
Mal que te pese, veré tu evolución segundo a segundo hasta el final.
Y siempre podré intervenir para tratar de retrasar o acelerar las cosas para que vaya todo según lo previsto.
Lo siento por ti. Pero siempre consigues sacarme de quicio..
¿Como es posible que tardes tanto tiempo en recuperar la consciencia?.
Pero no te preocupes. No es nada que yo no pueda solucionar.
Jessica cogió un vial y comenzó a inyectarle directamente en la ahuja que tenía alojada en su columna.
Vas a despertar en segundos.. 
Con lo dolorosos que son esos viales e inyectado justo en esa zona..
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras intentaba fijar la mirada.
- No mas. No mas, por favor. - Suplicó aterrado mientras la buscaba con la mirada.
- Calma, apenas si lo vas a notar. O bueno, no mas de lo estrictamente necesario. - Dijo riéndose mientras continuaba inyectado el vial en su espalda.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor una y otra vez, mientras intentaba no desmayarse.
- No.. No.. No.. Por favor.. - Suplicó aterrado.
- Ya está casi. - Dijo entre risas mientras le inyectaba de golpe el resto del contenido del vial.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la miraba con los ojos desorbitados.
- Ahhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor al borde del desmayo.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Intenta estar un poco mas tranquilo. Se van a pensar que te ocurre algo malo. ¿No querrás asustarles, verdad?. - Dijo entre risas.
- Lo siento mucho, Jessi. No quería molestarte. - Se disculpó preocupado.
- Lo se. Se que intentas no decepcionarme, ó quizás solo intentas tratar de permanecer lo mas entero posible por si este vídeo termina siendo visto por tus amigos. Intentas evitarles sufrimientos innecesarios. - Dijo mientras le hablaba lentamente y acariciaba su vientre con suavidad.
- Y ahora que ya estás mucho mejor. Creo que ya llegado el momento de ponerte un poco más cómodo. - Dijo entre risas.
- Dios mío, Jessi. ¿Aun me pretendes seguir torturando?. ¿No me dejarás descansar siquiera un par de minutos para que intente recuperarme?. Tan solo unos minutos. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó de nuevo al borde de las lágrimas.
- Vamos, intenta estar tranquilo.. Con lo bien que te cuido yo. - Dijo entre risas.
- Claro Jessi.. ¿En que otras manos podría estar mejor que entre las tuyas?.. - Dijo preocupado
mientras temblaba aterrado.
Dios mío, Jessi. ¿Que puedes querer aun de mi?. ¿Acaso no he sufrido ya demasiado?. ¿Es que ni siquiera merezco unos segundos de respiro?..

- Tienes razón. No hay ningún lugar en el que puedas estar salvo aquí. - Dijo entre risas.
Me encanta verte temblar asustado, mientras intentas dominar tu miedo e intentas aparentar que estas tranquilo, que nada te sucede. Quizás que confías en mi.
Pero tus ojos te delatan. Todo tu cuerpo se agita violentamente una y otra vez, inútilmente, tratando de evitar o mitigar tus sufrimientos.
Y aunque sepas que nada puedes conseguir, no por ello vas a dejar de intentarlo hasta tu ultimo suspiro.
- Jessi. Por favor. Por favor. Por favor.. - Suplicó lloroso.
- ¿Que quieres?. - Inquirió risueña.
- Por favor. Por favor. Dame tan solo unos minutos. - Suplicó al borde del desmayo.
- Por favor, Jessi. No me encuentro demasiado bien. Por lo que mas quieras. Déjame descansar solo un momento. - Suplicó aun mas preocupado.
- Tranquilo.. Vamos. No pasa nada. Tranquilo. - Dijo con dulzura mientras acariciaba sus cabellos.
- Solo unos minutos, por favor. Por favor. - Suplicó asustado.
- Respira hondo e intenta tranquilizarte. Imagina que estás en una playa de arena clara, bañada por el sol, escuchando el sonido de las olas que acarician lentamente las rocas, mientras sube poco a poco la marea, y se va acercando poco a poco a ti, muy lentamente, hasta tocar tu piel. - Dijo mientras acariciaba sus cabellos y le hablaba con dulzura.
- Lo intentaré, Jessi. Nada me gustaría mas que estar ahora en esa playa.. En esa o en cualquier otra. - Dijo mientras prorrumpía en sonoros sollozos.
Era inevitable que te echases a llorar.. ¿Quién no lo haría cuando en semejantes circunstancias le recuerdan todo lo que ya nunca tendrá?.
Llora cuanto quieras. Lo mas cerca que estarás de esa playa dependerá exclusivamente de lo buena que sea tu imaginación. Aunque, algo me dice que tu pobre cuerpo ya no cuenta apenas con la energía para hacer casi nada, y mucho menos para malgastarla en estúpidas ensoñaciones..
- Vamos deja de llorar. Tienes que intentar estar lo mas tranquilo posible. Sabes que no te conviene excitarte. - Le reprochó con seriedad.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Se disculpó preocupado.
- Daría lo que fuese por poder descansar tan solo unos minutos. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Vamos, tranquilo.. Aquí no pasa nada.. - Dijo mientras pulsaba el interruptor y le obligaba a cambiar de postura.
- Jessi.. - Suplicó entre sollozos.
- Tranquilo.. Todo está bien.. Tan solo te hace falta relajarte un poco.. - Dijo mientras le miraba sonriente.
- Claro, Jessi. Haré lo que dices. Intentaré estar lo mas tranquilo posible hasta que.. - Dijo mientras se le quebraba la voz.
- Hasta que las fuerzas me abandonen.. - Dijo lloroso mientras bajaba la vista al suelo.
- ¿Te mareas?. - Preguntó al verle palidecer de pronto.
- Si, Jessi. Todo me da vueltas. A duras penas consigo fijar la mirada. ¿Podrías volver a tumbarme?. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó asustado.
- Claro que si. Necesitas estar un poco mas cómodo y yo se como hacerlo. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- No hace falta que te molestes, Jessi. Seguro que pronto me encontraré mucho mejor. No hagas nada. Por favor, Jessi. - Suplicó preocupado.
- Tan solo te voy a ayudar a que reposes un poco. - Dijo riéndose mientras le hacía descender y le obligaba a sentarse sobre una silla cubierta cuidadosamente con un grueso cartón.
- ¿Temes que te manche tu preciosa silla?. - Preguntó preocupado.
- Nada de eso. Tan solo pretendo que estés lo suficientemente cómodo. Con lo que yo me preocupo por ti. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y trataba de disimular una sonrisa.
Si tu supieras lo que se esconde tras esa silla me suplicarías seguir colgando de las cadenas.
Llorarías y suplicarías una y otra vez que te permitiese reposar sobre la camilla, sobre el suelo o quizás pensarías en lo que te aguarda y me suplicarías que te disparase..
Es una autentica suerte para ti, que estés feliz en tu ignorancia.
Pero así debe ser..
No hay que apresurar nunca las cosas mas allá de lo necesario.
Es lo mejor para todos..
Aunque los apostantes ya casi se estén mordiendo las uñas de impaciencia y las visitas crezcan cada vez mas.
Lo siento por ellos, pero no pienso desvelar aun lo que te espera..
Aunque tus lloros y gimoteos sean casi continuos e insoportables, y esté mas que harta de escucharte.
Esperarás, es lo mejor para todos.

sábado, 21 de enero de 2012

CAPÍTULO 56 - JUGUETE ROTO..






Un juguete que se romperá entre tus dedos lentamente, sin que a nadie le importe.
Un juguete que pronto ya no estará aquí. 
Ni aquí ni en ninguna parte, y tu lo sabes..
- Jessi, por favor. Se que me mientes. Sea lo que sea, lo que vayas a hacer conmigo. Ya sabes que puedes decirmelo. Te prometo que no me voy a ir a ninguna parte. - Dijo con tristeza mientras intentaba sonreír.
- Vamos.. Vamos. ¿No te irás a poner a llorar otra vez, verdad?. - Dijo mientras comprobaba que las cadenas estaban en la posición correcta antes de manipular de nuevo el pulsador.
- Jessi, por favor. Por favor. Prometeme que si no logro sonreír no volverás a usar el taladro conmigo. Por favor. Por favor. Suplicó mientras ahogaba las lágrimas en su garganta.
- Trata de calmarte. Estás dando el espectáculo otra vez. Tan solo te voy a cambiar de postura. - Dijo mientras le hablaba lentamente como si temiese que no entendiese bien sus palabras.
- Lo intentaré, Jessi. Perdóname, por favor. - Suplicó entre lágrimas.
¿Calmarme?. Que fácil es pedirlo cuando es mi vida la que pende de un hilo, y la tuya la que sostiene la soga con que me ahorcarás..
Dios mio.. Espero que no tengas en mente una muerte tan horrorosa.. 
Pero lo cierto es que mi vida está en tus manos.
De pronto las cadenas empezaron a traccionar su dolorido cuerpo haciendo que adoptase una postura casi vertical, mientras permanecía en el aire colgando de las cadenas.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras notaba como su propio peso le dañaba aun mas de lo que ya estaba.
- Ahhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de nuevo casi al borde del desmayo.
- Por favor.. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- ¿Se puede saber que te ocurre?. - Dijo entre risas mientras acariciaba su espalda casi rozando la ahuja que tenía clavada en su columna.
- Nada, Jessi. Intentaré no chillar. Perdóname, por favor. - Suplicó entre lloros, mientras contraía la cara en una gran mueca de dolor.
- Tienes que intentar estar relajado, y procurar sonreir un poco. ¿O acaso quieres que te recuerden así?. No se a ti, pero a mi lo último que me gustaría sería que alguién me viese así. - Dijo entre risas.
- Es tu responsabilidad tratar de dejarles un buen recuerdo y que crean que no sufriste. ¿Crees que podrás hacerlo?. - Dijo riéndose.
- Lo intentaré. - Dijo entre sollozos.
Nada mas fácil que intentar hacer creer a alguien que no me encuentro mal. 
Por Dios, si me duele horrores. A duras penas consigo no chillar.
Además.. ¿Quién sería tan estúpido creer que me encuentro bien?. Tan solo hace falta ver las imágenes. ¿Quién creería después de verlas que me encuentro bien?. Es imposible..
¿Quién se creería que alguien que está herido, mutilado, y casi desfigurado va a encontrarse bien?.
- Jessi. Por favor.. Tan solo díme lo que pretendes hacer conmigo. Por favor. Te lo suplico díme algo. Por lo que mas quieras.. - Suplicó entre sollozos.
- Vamos.. Vamos.. No hagas un drama de todo esto. - Dijo entre risas.
- Con lo bien que te estoy cuidando yo y aún te quejas. Eres un desagradecido. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo siento mucho, Jessi. - Se disculpó preocupado mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.
- Vamos, no llores.. Intenta calmarte un poco. - Dijo mientras le sonreía con dulzura y acariciaba sus mejillas.
- Si, Jessi. Haré lo que dices. - Dijo sollozando.
- Joder.. Si estás casi ardiendo. - Dijo mientras tocaba su frente para asegurarse.
- No sabía que de verás te encontrases tan mal. - Dijo entre risas.
- Creo que te está haciendo falta algo que hará que te encuentres un poco mejor. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y abandonaba la habitación.
- ¿El qué?. Jessi. Por favor. Por favor. - Suplicó entre lágrimas.
Dios.. Dios.. Dios.. Jessi, me aterra tu maldita sonrisa de hielo. No tengo ni idea de lo que pretendes hacer conmigo. Pero me aterra tu maldita sonrisa.. Nada bueno, puede haber tras esa sonrisa..
Dios mio, ya ni se lo que digo.. Solo puedo pensar una y otra vez en tu maldita sonrisa de hielo..
Como si por el hecho de verte sonreir o dejar de hacerlo fuese a cambiar algo para mi..
- Jessi. Ven, por favor. Ven. - Chilló asustado.
Dios mio.. Tienes que volver pronto. Cada vez me encuentro peor. Apenas si tengo ya fuerzas para sostener mi cabeza..
No se lo que habrás hecho conmigo o lo que aún tienes pensado para mi. Pero con lo mal que me encuentro como tardes demasiado tiempo en regresar ya no tendrás que hacer nada.
- Jessi. Ven. Por favor. Vuelve. - Dijo entre sollozos.
Dios mio. ¿Y si este es el final?. No, no puede ser. No puedes hacerme esto. Tienes que volver..
- Jessi. - Chilló ya casi sin fuerzas mientras sollozaba.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó lloroso cuando la vio entrar.
- ¿Que te pasa?. ¿Tanto me echabas de menos?. Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. No juegues mas conmigo. - Suplicó lloroso.
- Me encuentro muy mal. Estoy muy mareado, casi no aguanto el dolor y apenas puedo fijar la mirada en nada. Ayudame, por favor. Por favor, ten un poco de compasión. - Suplicó preocupado.
- No te sucede nada malo. Tan solo estás un poco acalorado. ¿Tienes sed, quizás?. - Dijo entre risas.
- Dios mio, Jessi. Dios mio. Hace horas que te suplico que me permitas aunque sea poder mojar los labios. - Dijo mientras rompía a llorar desconsoladamente.
- Si, Jessi. Tengo muchísima sed. - Dijo entre sollozos.
- Lamentablemente para ti. No se si podrás tolerar la bebida. Quizás no te siente demasiado bien. - Dijo riéndose.
- Lo se, Jessi. Se que no me encuentro bien y que quizás si bebo lo que quiera que tengas pensado darme me encontraré mucho peor. - Dijo mientras hacía una pausa y la miraba con tristeza.
- Recuerdo perfectamente la noche en que llegué a tu cabaña. Cada sorbo de aquel maldito Whisky aun quema mi garganta. Aun noto como me duele mi pobre estómago mientras nada podía hacer para calmar el dolor. Recuerdo lo mareado que estaba, y el dolor, siempre el dolor.. - Dijo mientras la miraba compungido.
- Todo eso lo se perfectamente. No es necesario que me lo recuerdes. Si de algo estoy seguro es de que tu no te conformarás con darme de beber y dejar que me duerma dulcemente mientras la vida se me escapa en un suspiro.. - Dijo mientras la miraba asustado.
- Tu no eres así. Y no es culpa tuya. Jamás, se me ocurriría culparte de ello. No espero de ti que me trates con cariño, ni mucho menos que tengas en cuenta mis deseos e intentes ser un poco compasiva. - Dijo mientras hacía una pausa y ahogaba las lágrimas en su garganta.
- Hazme lo que sea. Ya estoy preparado. Pero, por favor. Por lo que mas quieras. Prometeme que te quedarás conmigo hasta el final. Tan solo eso. Por favor. Me gustaría que lo último que viesen mis ojos fuese tu sonrisa. Se que no tengo derecho a pedirte nada. Pero significaría mucho para mí. ¿Lo harás?. Por favor. Por favor. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- Vamos.. Vamos.. No seas tan melodramatico. No te encuentras tan mal como crees. Tan solo tienes un poco de fiebre. Nada que yo no pueda solucionar. - Mintió mientras le sonreía con dulzura.
- Verás como muy pronto te encontrarás mucho mejor. - Dijo mientras se aproximaba con medio vaso de agua ligeramente turbia.
- Claro que si, Jessi. Será como tu dices. Muy pronto estaré mejor. - Dijo mientras ahogaba las lágrimas en la garganta y la miraba con tristeza.
- Bebe, te vendrá bien. - Dijo mientras le acercaba el vaso a los labios.
El bebió con avidez, llevaba demasiadas horas sin beber y casi se atraganta de las ansias que tenía por poder beber un poco.
- Calma.. No hace falta que bebas tan deprisa. Hay agua mas que suficiente para ti. - Dijo mientras acariciaba sus cabellos y le sonreía con dulzura.
- Muchas gracias, Jessi. Nunca recuerdo haber probado un agua mas deliciosa. - Dijo apenado.
Dios mío. A saber que me habrá hecho beber esta vez. Si no fuese porque es imposible juraría que he bebido agua de un barrizal. Pero no me puedo quejar. Sea el veneno que sea, esta vez ni siquiera quema mi garganta. Es desagradable, pero ya contaba con que no te conformarías con darme simplemente agua..
- ¿Que tal te encuentras?. - Preguntó mientras cogía una brida y sellaba de nuevo la sonda que salía de su uretra.
- Estoy mejor, Jessi. Muchas gracias por preocuparte. - Dijo mientras temblaba aterrado al verla manipular la sonda.
- Jessi, por favor. Por favor. Díme que haces, por favor. - Dijo preocupado.
- Vamos. ¿No irás a ponerte a llorar otra vez, verdad?. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
- No, Jessi. Es solo que.. Que.. Yo.. Yo.. - Dijo entre sollozos.
- Eres realmente incorregible.. Hay que ver lo que te gusta montar el número una y otra vez. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Suplicó llorando.
- Solo me estoy asegurando de que te encuentras bien. No tienes nada de lo que preocuparte. - Dijo mientras le sonreía de nuevo con dulzura.
Dios mio.. Es cierto. De nuevo me hablas como si fuese un niño caprichoso al que hay que explicarle las cosas una y otra vez mientras se niega a obedecer.
Me engañas miserablemente una y otra vez. Mientras me sonríes con dulzura y haces ver que tratas de ayudarme.
Jamás me has ayudado. Y ya nunca lo harás..

viernes, 13 de enero de 2012

CAPÍTULO 55 - CASI 7 MINUTOS..







Dios mío, Jessi. 
Ya vuelves de nuevo. Oigo tus pasos acercarse. 
Por una vez hubiese preferido que tardases un poco mas de tiempo en regresar.
Necesitaba descansar tan solo unos minutos para intentar recuperar la compostura. 
Odio presentarme ante ti como si fuese.. 
¿Como me llamó aquel maldito animal?. 
Ah, si. Ya recuerdo: un muñequito llorón..
Dios.. Cada vez estás mas cerca..
Te acercas ya a la puerta.. 
De un momento a otro la abrirás y después.. 
Tengo miedo, Jessi. 
No se lo que querrás hacer conmigo pero estoy aterrado.. 
Apenas si puedo respirar, debo aguantar un dolor atroz. 
Y tu aun no te conformas con eso y pretendes hacerme mas daño..
Dios mío.. 
Ya estás aquí de nuevo.
Dios.. Dios.. Dios..
Tu maldita sonrisa de hielo sigue ahí. Siempre está ahí.
Por Dios, Jessi. 
Por lo que mas quieras no vuelvas a coger el taladro. 
No lo soportaría, por favor.
Haz lo que sea menos eso. Déjalo posado, por lo que mas quieras..
- Mmmmmmmmm. - Dijo entre sollozos.
Es inútil por mucho que lo intente este maldito trapo no dejará salir de mi boca ni siquiera un susurro, un murmullo o nada medianamente inteligible. 
No hay nada que pueda hacer o decir para intentar convencerte..
- ¿Aun sigues llorando?. Hay que ver lo que te gusta montar el número. - Dijo entre risas.
- Mmmmmmm. Mmmmmmm. - Chilló aterrado mientras la miraba con las mejillas llenas de lágrimas.
- Tiemblas sin parar. Aun no se porqué, pero no deja de ser una suerte para ti. Porqué justo ahora vas a entrar un poco en calor.. - Dijo entre risas.
Jessi.. Dios mío.. ¿Es que acaso no puedo ni temblar de miedo sin darte mas motivos para que me tortures?. 
Dios mío, Jessi. Eres un monstruo..
Quítame el trapo de la boca, por favor, Jessi.
Hay tantas cosas que quisiera poder decirte mientras aún tenga fuerzas para poder hacerlo.
- Y ya no te hago esperar mas.. - Dijo mientras se ponía de nuevo los guantes ignífugos y cogía el soplete.
No.. No.. No.. Otra vez los malditos guantes ignífugos..
No puede ser cierto.. 
Dios mío, Jessi. Dime que no lo harás. Por favor. Por favor.. 
No puedes ser tan cruel..
Dios.. Dios.. Dios.. 
¿Que vas a hacer ahora conmigo?. No puede ser cierto. Dime que estoy equivocado. Por favor.. 
Tengo que estar equivocado..
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló fuera de si mientras temblaba aún mas aterrado.
- No dejas de hacer ruido con las cadenas. Creo que un poco de música te ayudará a relajarte. - Dijo riéndose mientras seleccionaba: Fire de Hans Zimmer en su iPod y la reproducía en los bafles.
- Y ahora sigue el ritmo de la música y trata de divertirte tanto como yo.. - Dijo entre risas.
- Serán 6 minutos con cincuenta y tres segundos de diversión.. - Dijo sin poder contener una carcajada.
- Y creéme si te digo que serán irrepetibles, subiré o bajaré de intensidad al ritmo de la canción.. - Dijo entre carcajadas mientras le veía palidecer.
- Y ahora comencemos. - Dijo sin poder dejar de reír mientras volvía al principio de la canción.
Dios mío.. 
¿Como puedes ser tan cruel?.. 
Dios mío..
- Mmmmmmmmmm. - Chilló aterrado cuando las primeras gotas de cera derretida por el soplete empezaban a caer sobre su recto lentamente.
- Y ahora fíjate bien en la canción que llegamos a la parte divertida. - Dijo entre risas.
- Estamos en el minuto dos con cincuenta y tres segundos.. Figúrate cuanta diversión te aguarda.. - Dijo entre carcajadas.
Dios.. Dios.. Dios.. 
No puede haber nadie mas cruel que tu. Me estás abrasando con la cera.. 
Cada vez mas caliente. Cada vez la derrites mas deprisa.. 
Dios mío, Jessi..
Quítame el maldito trapo de la boca y te suplicaré que me mates.. Haré lo que quieras. Lo que sea antes de seguir aguantando esto.. Por Dios, Jessi.. 
Por Dios..
- Mmmmmmmmmm. - Chilló aterrado.
- Calma.. No seas impaciente que aún falta la mejor parte de la canción.. - Dijo entre risas.
- Realmente divertida esta canción como muy bien recordarás.. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
Claro, Jessi. ¿Quién podría olvidar esta maldita canción?.. 
Siempre que suena me torturas sin la menor piedad.. 
Pero ya nada me importa.. 
Cada vez me encuentro peor.. 
Siempre peor, y a ti no te importa lo mas mínimo..
No tengo ninguna salida. Lo se.
- Lástima, ya se ha terminado la canción y casi la vela.. - Dijo entre risas. 
- Pero no vamos a desperdiciar este fragmento.. - Dijo riéndose mientras lo derretía de un solo click y lo dejaba caer en su recto.
- Mmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló de dolor mientras temblaba aterrado.
- Vamos.. Vamos.. No exageres.. Si ni siquiera te he puesto una mano encima. - Dijo riéndose mientras manipulaba con rapidez el pulsador y le hacia cambiar de postura bruscamente.
El se mareó, a punto estuvo de desmayarse, y la miró con ojos vidriosos tratando de fijar en sus retinas la imagen, mientras se sentía como si flotase.
De pronto, le quitó la cinta de embalaje y el trapo de la boca. El aprovechó para tomar una gran bocanada de aire.
- Muchas gracias, Jessi. - Dijo entre sollozos.
- Vamos.. Deja ya de llorar que no es para tanto. - Dijo entre risas.
Claro que no.. 
¿Que motivos iba a tener para llorar?. Me torturas sin parar, cada vez de forma mas cruel. Y aún pretendes que esté tranquilo y relajado.. 
¿Quién podría estarlo?. No, Jessi. No tengo motivos para quejarme. Porqué como se me ocurra hacerlo, se que me tratarás aún peor que hasta ahora.. 
Y yo no lo soportaría..
Debo intentar ser fuerte, y tratar de complacerte en todo lo que pueda..
No me queda otra.
No quiero ni pensar en lo que me harías si te vuelvo a enfadar. Y no tengo ganas de comprobarlo. 
Si, cuando estás de buen humor me haces estas salvajadas.. 
Que no harías conmigo si me guardases rencor y además te cabreo..
Dios mío.. 
No lo quiero ni pensar..
- Si, Jessi, tienes razón. Debo intentar tranquilizarme. Lo último que quisiera hacer sería molestarte. - Dijo con tristeza.
- Pareces un poco cansado. ¿Que tal te encuentras?. - Dijo entre risas.
- Si, estoy un poco cansado y dolorido, pero aguantaré. Gracias por preocuparte por mí.
Estoy jodido.. 
Muy jodido.. 
Apenas puedo ya aguantar el dolor. Pero eso tu ya lo sabes.. 
Y no te importa lo mas mínimo, puesto que tu eres la causante de todos mis sufrimientos. Aun no se para que me lo preguntas.. 
Lo que menos te importa es mi respuesta.
- Por supuesto que aguantarás. ¿Porqué no habrías de hacerlo?. Con lo bien que te trato yo.. - Dijo riéndose mientras acariciaba sus cabellos.
- Jessi. Por favor. Por favor. ¿Podrías decirme que sucede?. Te noto muy rara. Estás como distante. Se que estás preparando algo. Actúas de forma extraña, como si tuvieses prisa o algo te preocupase. ¿Acaso va a volver Doug?. - Preguntó preocupado mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
- No, Doug no te volverá a poner las manos encima. - Dijo entre risas mientras hacia una pausa..
- Gracias, Jessi. Gracias. - Dijo mientras resoplaba de alivio.
Dios mío.. No puedo creerlo.. 
Al menos me he librado de volver a ver a ese maldito animal. No se lo que habrá ocurrido, pero nada me hace mas feliz que tu promesa de que jamás me tocará..
- Vamos, deja ya de gimotear e intenta sonreír. No querrás que vuelva a coger el taladro. ¿verdad?. - Dijo entre risas.
- No.. Por favor, Jessi. Por favor. No lo hagas. No. - Sollozó aterrado.
- Te prometo que intentaré sonreír. Haré lo que quieras, pero no uses el taladro. Por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Calma.. Vamos deja ya de llorar. - Dijo mientras le sonreía con dulzura y acariciaba sus cabellos.
- Intenta estar tranquilo. No hay nada de lo que debas preocuparte. Todo está tal y como debería. Lo único que tienes que hacer es tratar de estar lo mas relajado posible. - Dijo Jessi mientras le sonreía con dulzura.
Dios mío. Es cierto.. Algo horrible está a punto de suceder. Nunca te había visto sonreír así.
Tu falsa sonrisa es aun peor que tu sonrisa de hielo..
Años deseando volver a ver tu sonrisa. Y cuando por fin lo consigo. Lo último que desearía sería ver tu sonrisa.
Me tratas con tanta dulzura, tanta amabilidad.. Que no puedo dejar de asustarme. Se que tu no eres así. O al menos no conmigo..
Si ahora estás sonriente y amable, eso solo puede significar que estás tratando de tranquilizarme.
Quizás lo único que busques sea mi sonrisa, quizás solo intentas que esté un poco mas a gusto y relajado..
Pero tu no eres así. Yo no te importo lo mas mínimo, como bien me lo has demostrado infinidad de veces..
Me estás dorando la píldora por algún motivo que desconozco. Y eso me aterra, Jessi.
Estaré sufriendo, estaré casi al limite de mis fuerzas, estaré agotado.. 
Si, pero no soy estúpido..
Se que tratas de ocultar tus verdaderas intenciones, de hacer que me calme una y otra vez con sonrisas y palabras dulces.
Pero estás logrando justo lo contrario de lo que te proponías.. 
Cada vez que te veo sonreír así no puedo dejar de temblar. Y de pensar en lo que harás conmigo cuando te canses de jugar.. 
Ya no importa nada lo que hagas. Yo solo soy un triste juguete roto.

sábado, 7 de enero de 2012

CAPÍTULO 54 - SONRISA PERDIDA.. - FELIZ 2012






- Está visto que contigo las buenas palabras no sirven para nada..
Intentaba evitarte sufrimientos innecesarios, pero estás acabando con mi paciencia.. - Dijo mientras le miraba seria y se levantaba dándole la espalda.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. Lo último que querría sería enfadarte. - Dijo entre sollozos.
- Me encuentro muy mal, Jessi. Me duele demasiado como para conseguir sonreír. Pero lo conseguiré, te lo prometo. Solo necesito un poco mas de tiempo. Por favor, Jessi. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Claro que si. ¿Porqué no habría de perdonarte?. Tan solo me has hecho perder una hora entre lloros y gimoteos. - Dijo mientras le miraba seria.
- Es mas.. Ni siquiera estoy enfadada contigo. - Dijo mientras le sonreía con dulzura.
Dios mío.. Ahí está de nuevo tu maldita sonrisa de hielo. 
Dios.. Dios.. Dios.. ¿Que he hecho?. Maldita sea mi suerte. ¿Que he hecho?..
- No. No estoy nada enfadada contigo. - Dijo mientras hacia una pausa y le miraba.
- Yo.. Yo.. Yo.. Perdóname, por favor. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- No te preocupes. No estoy enfadada, lo que estoy es furiosa. ¿Te crees que me sobra el tiempo para perderlo con tonterías mientras tu gimoteas una y otra vez?. - Dijo mientras le miraba seria.
- No, Jessi. Se que tu tiempo es demasiado valioso como para que lo pierdas conmigo. Perdóname, por favor. Por favor. - Suplicó entre lloros.
- Yo ya no soy nadie.. Hace horas que dejé de ser alguien.. - Dijo preocupado.
- Soy lo que tu quieras que sea. Y no tengo el menor derecho a robarte tu valioso tiempo. Pero, por favor. Por lo que mas quieras, ten un poco de compasión de mi. Perdóname, por favor. - Suplicó entre sollozos sin poder dejar de temblar.
- Claro que si. No faltaría mas. Tendré contigo toda la compasión que te mereces. - Dijo riéndose.
- Aviso a navegantes: El que tenga mal el corazón o no soporte ver imágenes fuertes será mejor que se desconecte de inmediato. No admitiré la menor reclamación, suceda lo que suceda. Estáis todos avisados. - Dijo mientras sonreía a la cámara.
De improvisto el contador de la página web comenzó a crecer descontroladamente, triplicando en segundos las personas que seguían el streaming.
Jessica sonrió satisfecha mientras consultaba el número de visitantes en la aplicación de su iPhone.
- Se que a estas alturas no hará falta que te lo diga, pero yo en tu lugar intentaría no mover ni un solo músculo. No quisiera que salieses lastimado. - Dijo entre risas.
No quisiera que salieses demasiado lastimado todavía. Tienes tanto camino por recorrer. Es un camino lleno de recodos y pausas, pero poco a poco llegarás al final. 
Y cuando llegues yo estaré aquí para verlo. Aunque confieso que voy a echar de menos tanto grito y gimoteo..
Tu aún no lo sabes pero morirás esta noche..
- No haré nada. Te lo prometo, Jessi. - Dijo entre sollozos.
- Será un poco desagradable, pero no te dolerá. Siempre y cuando no te muevas. - Dijo mientras le sonreía con sorna.
Jessica accionó con fuerza el interruptor que nuevamente traccionó las cadenas y le obligó a cambiar de postura.
El sollozaba aterrado e intentaba en vano forcejear hasta que miró al suelo y vio un cubo lleno de agua a escasos centímetros de su cabeza.
- Jessi, por favor.. Por favor.. Se que te dije que quería agua, pero.. no tanta. Por favor, Jessi. - Suplicó sollozando.
- Por Dios no me metas en el cubo. Por favor. Por favor - Suplicó entre lloros.
- Claro que no. Aun no estás listo para beber un poco. - Dijo mientras se reía y se le acercaba con un rollo de cinta de embalaje.
- No, Jessi. Por favor. No lo hagas. - Suplicó preocupado.
- Vamos, intenta estar tranquilo que no es para tanto.. - Dijo riéndose mientras cogía el odioso trapo de encima de la mesa y se le aproximaba.
- No.. No.. No, por favor. No. - Suplicó entre lloros.
- Mira que te gusta montar el número. Si solo es un trapo. - Dijo entre risas mientras le cortaba la respiración para obligarle a abrir la boca que el obstinadamente mantenía cerrada.
- Mmmmmmm. - Chilló casi sin aire mientras la miraba con ojos suplicantes.
- Yo no tengo nada de prisa.. Aunque solo una vez te lo diré, de ti depende que te trate como hasta ahora, con toda la amabilidad que mereces o que te trate con la misma consideración que tuviste tu aquella maldita noche. La decisión es tuya. - Dijo mientras le mostraba el bisturí rozando su cuello.
Tu ganas Jessi. Aun no se porque intento oponerme a tus deseos cuando se que no tengo la menor oportunidad de lograrlo.
De pronto abrió la boca para tomar aire y no hizo el menor ademán de intentar cerrarla, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.
- Haz lo que sea, intentaré molestarte lo menos posible. - Dijo mientras la miraba con tristeza y mantenía la boca abierta.
- Me alegra ver que sabes ser razonable eso nos facilitará las cosas y redundará en tu beneficio. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos.
- Bueno, ya sabes como va esto. Abre bien la boca y no te muevas. El resto es cosa mía. - Dijo mientras le empezaba a meter el odioso trapo en la boca.
- Lo sé, Jessi. - Dijo mientras se echaba a llorar.
Siempre es así. Todo es cosa tuya.. Lo malo no es eso, sino que el que finalmente tiene que soportar lo que tu hayas decidido hacer soy yo.
- ¿Puedes respirar, verdad?. - Preguntó sonriente mientras se le acercaba con la cinta de embalaje ya despegada.
El asintió con la cabeza sin dejar de llorar.
Apenas puedo tomar aire. El trapo casi cierra mi garganta, pero eso no te bastaba. 
Tenías que además sellar mi boca con la cinta de embalar. Y aun me preguntas si respiro. Como si te importase.
Estoy aterrado. No se lo que pretenderás hacer conmigo, pero si has tomado tantas precauciones para evitar oír mis gritos. Solo puede significar que sucederá algo fuerte..
Y sino. ¿Porqué has prevenido a los apostantes?. Nunca te habías dirigido a ellos delante de mí. Quisiera estar equivocado, pero.. 
Se que tu nunca se lo dirías sin motivo..
Lo desconozco, pero se que tu no te molestarás en explicarme nada. Nunca lo haces.
- Y ahora lo mas importante. Intenta no desmayarte o despertarás sumergido en el cubo. Y eso estoy segura de que no te gustaría demasiado. - Dijo entre risas.
Dios.. Dios.. Dios.. No puede ser. No puede ser posible. No.. No.. No..
El taladro.. Ha cogido el taladro.. No puede ser cierto..
Dios mío. Va a usar el taladro.. Y aun pretende que no me desmaye..
El taladro.. Dios.. Dios.. Dios..
Dios mío, pretende atravesarme de nuevo con el taladro..
No hay nada peor que eso.. El taladro..
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló aterrado mientras la miraba.
El se agitó histérico haciendo sonar las cadenas una y otra vez mientras la veía acercarse.
- Mmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló aterrado al verla a su lado con el taladro en la mano.
- Vamos.. Vamos.. Deja ya de hacer ruido que no es para tanto. - Dijo mientras le sonreía.
- Si hasta te voy ha hacer un favor.. Hace días que lo deseas. - Dijo mientras le sonreía y ataba cuidadosamente sus muslos para impedirle balacearse cabeza abajo.
- Vamos, con lo cómodo que estás colgando cabeza abajo.. Si hasta te dejé balancearte un rato.. Te podrás quejar.. - Dijo entre risas.
- Mmmmmmmm. Mmmmmmmm. - Chilló fuera de si.
- Tienes mucha suerte, el pepino sigue justo en su sitio. - Dijo riéndose mientras apoyaba la broca en el extremo del pepino que sobresalía de su ano.
Dios.. Dios.. Dios.. Dios mio, Jessi. No me hagas esto, por Dios.. Sea lo que sea lo que vayas a hacer no lo hagas..
No puedes ser capaz de hacerme una cosa así. No es posible. Dios mío..
- Mmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló fuera de si, al notar el peso del taladro sobre el pepino.
- Yo en tu lugar ni pestañearía, no sea que se me mueva el taladro y produzca daños irreparables. Ya sabes que estoy en una zona un poco delicada. - Dijo entre risas.
- Mmmmmmmmmmmmm. Mmmmmmmm. - Chilló aterrado cuando escuchó el taladro.
- Casi se me olvidaba.. Mira que puedo llegar a ser despistada. - Dijo Jessica entre risas mientras posaba el taladro y se ponía unas gafas de seguridad.
- Empecemos. Se que estás casi tan impaciente como yo. - Dijo riéndose mientras introducía el taladro a través del pepino.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló aterrado al notar las vibraciones del taladro en su recto.
Dios.. Dios.. Dios.. Solo un frágil pepino separa el taladro de mi piel.. Se romperá de un momento a otro y se me clavará la broca hasta las entrañas.
Dios mio, Jessi. ¿Como puedes ser tan cruel?.
- Vamos deja ya de llorar.. Hay que ver lo exagerado que eres. - Dijo entre risas.
Lo raro sería que no llorases..
Días y días con un pepino enorme desgarrando tu ano sin piedad. Y cuando de pronto alguien decide moverlo. En lugar de extraerlo se divierte atravesándolo con un taladro, aumentando la presión en tu ano hasta el límite..
Tendrás suerte si el pepino no se rompe.. Porqué poco le faltará.
La broca avanza poco a poco hacía el final del pepino, mientras desplaza al interior de tu cuerpo los restos del pepino, logrando atravesarlo y de paso que tu ano continué sellado.
Es una suerte que este pepino sea tan grueso, sino hace rato que se hubiese roto en mil pedazos, después de llevar días húmedo..
Que pena.. Con lo que me estaba divirtiendo y ya no hay nada que atravesar.. Bueno, en realidad si que lo hay.. Pero eso es otra historia..
Será mejor que te prepare un poco y que te deje descansar.. No parece que tengas demasiadas fuerzas. Y debes estar lo mas fuerte posible para aguantar hasta el último segundo.
- Mmmmmmmmmmmmmmmmm. - Chilló una y otra vez al limite de sus fuerzas.
Jessica apagó el taladro y lo posó sobre la mesa.
- Ahora trata de no moverte. - Dijo entre risas mientras abandonaba la habitación.
¿Moverte?. Jejeje, tiene gracia.. Podría atravesar tu corazón ahora mismo con el taladro y no podrías mover ni un músculo para evitarlo..
Nada hay que puedas hacer. Salvo chillar.. Aunque con el trapo casi hasta la garganta, no se como sigues con fuerzas para poder chillar. Apenas debe de llegar aire a tus pulmones. Pero tu insistes en chillar una y otra vez. Como si eso fuese a hacer que me detuviese.
- Mmmmmmmmmmmm. - Chilló casi sin aliento.
El sollozaba una y otra vez sin poder dejar de temblar.
Dios mío, Jessi. ¿Como puedes haberme hecho esto?. Jamás pensé que pudiese haber nadie tan bestia como tu..
No se lo que puedes querer aún de mí, pero cuanto mas lo pienso. Mas me gustaría estar muerto. Al final va a resultar que el único que intentó ser compasivo conmigo fue el. Será un maldito animal, me habrá hecho autenticas salvajadas. Eso es cierto. Pero al menos tuvo un instante de lucidez e intento poner fin a todos mis sufrimientos.
Cuanto mas lo pienso. Si hubieses entrado solo unos segundos mas tarde, me habría matado. Ya tenía el bisturí preparado, ya rozaba mi cuello..
Pero tuviste que entrar y estropearlo todo..
Dios mío, Jessi.. Al final lograrás que te suplique que me mates.  Vivir así ya no merece la pena..
No se lo que pretendías conseguir, pero no me queda otra que felicitarte. Sea lo que sea, se que lo has conseguido.