domingo, 30 de octubre de 2011

CAPÍTULO 46 - GOTITA A GOTITA..







- Lo que sea, Jessi. Lo que quieras tan solo tienes que decírmelo. Te ayudaré en lo que necesites. - Dijo con tristeza.
- Se que lo harás. Siempre intentas comportarte correctamente y hacer lo que se espera de ti. Salvo aquel maldito día.. - Dijo mientras le miraba furiosa.
- Lo se, Jessi. Y creéme si te digo que lo siento. Jamás debí hacerlo. Pero yo no podía saber lo que iba a ocurrir. No fue solo culpa mía.. Si no hubiesen tardado tanto.. Si yo.. - Se disculpó preocupado.
- Silencio.. - Chilló furiosa.
- Ahora ya no sirven las explicaciones. Y las disculpas están de mas. Después de tanto tiempo ya no me importa lo que me quieras contar. - Dijo mientras le miraba de arriba a abajo chasqueando los dedos con fuerza.
- Es absurdo que me digas lo que tendrías que haber hecho y no hiciste. Lo que, sin duda alguna, cualquier otra persona hubiese hecho.. Cualquier persona con un mínimo de decencia habría ayudado. - Dijo resoplando.
- Lo siento mucho, Jessi. Tienes razón. Ahora ya no sirve de nada disculparse.. - Dijo preocupado.
- Bueno. Es hora de que me deje de contemplaciones y te arrope un poco.. No sea que te de frío. Necesitas entrar un poco en calor, y cuanto antes lo hagas será mejor.  - Dijo mientras esbozaba una tímida sonrisa.
- No, por favor. Por favor, Jessi. Ese artilugio infernal me da demasiado calor y me quema. No me hagas esto, por favor. - Suplicó aterrado.
- No. No. No. No, por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Calma y no te preocupes. Tan solo te voy a ayudar a entrar un poco en calor.. - Dijo riéndose mientras colocaba otra plancha de acero en su lugar y por medio de las poleas le bajaba unos centímetros de forma que todo su cuerpo reposase sobre la plancha de acero.
- No, por favor. No lo hagas. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Tranquilo. No te preocupes. Vas a estar mas arropado que nunca.  - Dijo mientras se reía y volcaba un poco de agua sobre la plancha de acero.
- Oh, muchísimas gracias, Jessi. No sabes lo que deseaba refrescarme un poco. - Dijo aún mas asustado.
¿Refrescarme?. Imposible que simplemente quiera que me sienta mejor. No, algún otro motivo ha de haber para que de pronto quiera que esté empapado. Y si de algo estoy seguro es de que no se trata de que me encuentre mejor. 
Lo que menos te preocupa es como me encuentro. ¿Que puedes querer aún de mí?. Dios, me gustaría tanto saber lo que esperas de mí. Pero sé que no me lo dirás. 
Tu nunca me dices nada. Te limitas a actuar. Como siguiendo un plan prefijado.. Un plan que conduce inexorablemente hacia mi destrucción. Poco a poco me estás destruyendo. Hasta que ya no quede nada de mí. Nada de la persona que un día fui. Nada por lo que luchar. Nada por lo que vivir. 
Y lo mas triste es que me iré a la tumba sin saber lo que esperas de mí. Nada puedo hacer ya. Y nada hay que pueda decir para que te sientas mejor. Jamás podré cambiar lo que ocurrió. Y tu lo sabes. Dios mío.. Si al menos supiese lo que esperas de mí. Haría lo que fuese. A estas alturas ya nada me importa, salvo dejar de sufrir..
- Estaba segura de que te gustaría. - Dijo mientras ajustaba de nuevo la sabana térmica sobre los bordes de la plancha, de forma que no le dejase destaparse.
- Y ahora un pequeño detalle, para que estés mas a gusto. - Dijo mientras accionaba el mecanismo.
Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac.
- No, por favor. No me hagas esto. Por favor. Por favor.. - Dijo llorando.
- Vamos, deja de temblar. No te va a ocurrir nada. O bueno, no te ocurrirá nada siempre y cuando no te muevas en exceso.. Si se mojasen los cables, ya sabes lo que podría pasarte. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. Para ya este artilugio infernal. Por favor. No me hagas esto. - Suplicó aterrado.
- Vamos, intenta estar tranquilo. Y trata de dormir un poco. Te vendrá bien. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos.
Jessi. Por favor.. Por favor. Apenas acabas de conectarlo y el agua ya está templada. Por favor, Jessi. Por favor. Por favor.. - Sollozó aterrado.
- Por favor.. Por favor. Por favor.. No me hagas esto. Por favor. - Balbuceó entre sollozos.
Puedes llorar y suplicar cuanto quieras. No pienso apagar la máquina hasta que esté satisfecha.. Y lo mas importante, esta vez no habrá problemas eléctricos.. Sacrificaré un poco la potencia de la máquina, pero si te la dejo puesta el tiempo suficiente, y con el agua. Te quemarás mas deprisa.. 
Apenas si vertí unas gotitas sobre ti. Pero esas gotitas harán un gran trabajo. Ya lo verás.. Gotita a gotita se irán calentando como si de pequeñas lupas se tratase.. 
Gotita a gotita van a penetrar por tus poros y te harán unas preciosas quemaduras.
Y aun no sabes lo mejor, he llenado de agua los bordes de la plancha y están calentando con rapidez.. Pronto te darás cuenta, ya lo verás.. 
Primero notarás que una suave nube de vapor te envuelve.. Su cálido abrazo te va a encantar.. Después, cuando quieras darte cuenta de lo que sucede, ya será demasiado tarde, al menos para ti.
- Por favor, Jessi. Por favor. ¿Podrías darme al menos un sorbo de agua?. Tengo mucha sed, tan solo un sorbo, por favor. - Suplicó entre lágrimas.
- Claro que si, en cuanto tengas mejor cara te la daré. Ni lo dudes. - Dijo mientras le acariciaba la mejilla con las manos empapadas.
Claro que te daré agua. Te daré tanta agua como necesites. Es mas, me suplicarás que me detenga.. Pero entonces ya será demasiado tarde para ti. Pero eso tu aún no lo sabes, y así debe ser..
- Por favor.. Por favor. No me hagas esto.  - Dijo sollozando.
- Claro que si.. No te haré nada. De hecho ni siquiera te tocaré. - Dijo riéndose.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó entre sollozos.
- Te voy a dejar descansar un rato. - Dijo riéndose mientras le guiñaba el ojo.
- Jessi, por favor. Por favor. - Suplicó entre lágrimas.
- No te preocupes, no te haré nada. Es más, me voy a dormir. Procura descansar, te veré por la mañana. - Dijo riéndose.
- No por favor. No me hagas esto. No me dejes solo, por favor. - Chilló entre sollozos.
- Me callaré. No te diré nada. No hablaré y ni me moveré. Haré todo lo que tu quieras. Pero.. No te vayas. Por favor, Jessi. - Suplicó aterrado.
- Quédate, por favor. Hazme lo que sea, pero quédate. Por favor, por favor. - Suplicó entre sollozos.   
- Sabes que eso no puede ser. - Dijo mientras le miraba con seriedad.
- Jessi, por favor. Por favor. Quedate, por favor. - Suplicó entre lágrimas.
- Vamos, intenta estar tranquilo y deja ya de llorar. - Dijo mientras apretaba sus labios para callarle.
El la miró aterrado y ahogó sus lágrimas en la garganta.
Ella acarició lentamente sus labios y luego se dirigió a la puerta dando grandes zancadas y dejándole boquiabierto.
Temblaba de miedo y de dolor, cuando escuchó cerrarse la puerta.
Dios mío, este es el final. Moriré solo y entre terribles dolores. No aguantaré mucho mas este maldito calor. ¿Como puede ser tan cruel conmigo?. Dios.. Dios.. Dios. Cada vez tengo mas calor. Si al menos me hubiese dado un triste sorbo de agua. Pero no. Ni siquiera eso merezco.
Y aun dice que me dará de beber cuando tenga buena cara.. ¿Quién podría tener buena cara cuando sufre horribles dolores?. Quisiera equivocarme, pero estoy tan cansado, tan dolorido, tan desesperado.. 
Oh, como quisiera que esto se acabase ya y dejar de sufrir. Nada me gustaría mas que dejar de sentir este dolor atroz.
Si al menos pudiese escuchar tu voz.. ¿Porqué has tenido que irte?. Jessi, vuelve, por lo que mas quieras. Vuelve.
- Jessi.. Jessi.. Jessi.. - Chilló aterrado.
- Vuelve, por favor. Vuelve. - Dijo entre sollozos.
Dios mío, Jessi. ¿Porqué has tenido que irte?. ¿Tan difícil era que te quedases tan solo unos minutos mas?.
Me encuentro fatal, cada vez peor. Este dolor atroz no me deja descansar.. No hay nada que yo pueda hacer. Todo es un esfuerzo enorme..
Maldita sea.. ¿Como puede dar tanto calor este artilugio del demonio?. Cada vez tengo mas calor. Apenas si puedo ya dejar de temblar. Me clavo una y otra vez las esposas intentando moverme aunque sea unos milímetros para no seguir quemándome. Pero se que es inútil. Haga lo que haga moriré abrasado de calor. Me voy a cocer a fuego lento. ¿Que otra cosa podría esperar si ya estoy sobre una plancha de acero?. Absolutamente nada..
Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac.
Oh, no. No puede ser.. De nuevo esta calentando.. Dios mío. No aguantaré mucho mas este calor..
Jessi observó el monitor con atención antes de irse a dormir.
- Jessi. Jessi. Jessi. Jessi. - Chilló agotado, gastando sus escasas energías.
- Ven, por favor. Ven. Ven. - Lloraba aterrado.
- Ven, por lo que mas quieras, Jessi. - Dijo entre sollozos.
Dios mío. Tienes que venir. No puedes dejarme así el resto de la noche e irte a dormir tranquilamente. Tu no eres así, Jessi. No puedes hacerme esto. Tienes que volver.
- Jessi. Jessi. Por favor, Jessi. - Gritó entre sollozos.
El lloraba y se retorcía de dolor mientras miraba a la puerta con ansia.
Estás cerca del límite y tu lo sabes. Cada vez mas cerca del abismo.
Te deslizas lentamente colina abajo hacia el abismo, apenas quedan ya ramas secas que detengan tu camino. Y tu lo sabes. Sé que lo sabes..
Y eso solo es la punta del iceberg de lo que te espera. Poco a poco te darás cuenta de que no tienes mas salida que morirte. Es tu única oportunidad para dejar de sufrir. Solo que tu aún no lo sabes. Intentas resistir, una y otra vez. Quizás creyendo que aun tienes alguna oportunidad de lograr sobrevivir. Esperas sin duda que me apiade de ti, pero eso jamás sucederá. Te lo aseguro.
Jessi comprobó los niveles de agua y la temperatura de la máquina en la aplicación de su iPhone, y sonrió.


No hay comentarios:

Publicar un comentario