Ella no debe de saber jamás que estoy aterrado, y que nadie sabe que estoy aquí.. Que me tiene totalmente en sus manos.. Debo intentar que no sepa jamás hasta que punto lo estoy.
- ¿Que quieres que haga?. - Dijo mientras miraba la puerta cerrada con aprensión.
- Apóyate en la pared y no te muevas, será solo un momento. - Dijo mientras le cacheaba y le despojaba de cuantas pertenencias portaba en sus bolsillos.
- Sabes que no llevo armas, ¿verdad, Jessi?. - Dijo preocupado.
- Lo se.
- Vale, era por ahorrarte el trabajo. - Mintió sin convicción.
- Bien.. Decías que querías ayudarme, ¿verdad?.
- Claro que si, Jessi. Pero dudo mucho que te pueda ser de gran ayuda con las muñecas esposadas.
- No hay problema, ya lo verás.
Aquí se esfuman mis ínfimas posibilidades de pedir ayuda o de comunicar a alguien donde me encuentro.. Sin móvil, ni llaves del coche, aunque me dejase libre no podría irme a ninguna parte. Eso contando con que pudiese salir de esta jodida cabaña. Definitivamente mi profesor de interpretación no se equivocaba, lo mío no es la interpretación, el disimulo, ni mucho menos. Ni siquiera se tratar de aparentar seguridad.. Joder, por una vez hubiese preferido que se equivocase..
Pero no.. tenía toda la razón cuando no me dio aquel papel protagonista.. Debería de haber prestado mas atención a sus clases, en lugar de simplemente enfadarme y creer que ya lo sabía todo.. Se ve que el tenía toda la razón.. ¿Como coño va a creerse Jessica que soy responsable y que simplemente la complazco por propia voluntad?. Joder.. Hasta un ciego vería que estoy casi temblando e intentando hacer malabarismos para no suplicarle que me deje irme.. A estas alturas, una ventisca parece casi apetecible.. Al menos en mitad de la tormenta de nieve tendría posibilidades de salir con vida.. Aquí cuando mas lo pienso mas negro lo veo, quizás solo sean imaginaciones mías, pero..
- ¿Dónde vamos?. - Preguntó preocupado.
- ¿No decías que querías ayudarme?.
- Si, Jessi. Claro que si. Te ayudaré en cuanto pueda. - Dijo mientras gruesas gotas de sudor perlaban su frente.
- Me parece muy bien. Avísame cuando estés cansado, ya sabes que tu preciosa habitación te estará esperando.
- Descuida, Jessi. No estoy nada cansado. - Dijo aun mas preocupado.
Joder.. Por mas que lo pienso no se me ocurre ninguna buena razón para que hayamos venido al baño. Si al menos el estuviese aquí.. Pero no.. Solo estamos nosotros, mil y un artilugios colocados por doquier y la jodida puerta cerrada a nuestras espaldas.. Maldita sea..
Joder.. Tengo que estar equivocado.. Y sin embargo.. ¿Para que otro motivo me iba a traer aquí sino?. Y ahora.. ¿Que hago?. Si le suplico revelaré todas mis cartas, y sabrá que puede manejarme a su antojo porque lo cierto es que no me veo con fuerzas para nada.. Pero.. Si no le suplico.. Joder.. No se que debería de hacer..
Ella le abrió las esposas, el se quedó unos segundos mirando el suelo e incapaz de reaccionar.
- Muchas gracias por quitarme las esposas, Jessi. - Dijo mientras frotaba sus doloridas muñecas.
- Desvístete sin hacer movimientos bruscos y entra en la bañera.
- Pero.. Jessi. - Balbuceó confuso.
- Vamos, no me hagas perder el tiempo. - Dijo mientras acariciaba un bulto sospechosamente familiar en su chaqueta.
- Claro, Jessi. Precisamente se me estaba apeteciendo tomar un baño. - Dijo mientras comenzaba a desvestirse.
Mierda.. Las paredes aún tienen algunas salpicaduras de su sangre. Lo último que desearía hacer ahora sería entrar en esa bañera..
- Túmbate en la bañera y levanta tus pies todo lo que puedas. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Jessi, por favor. Te juro que no me volveré a quejar mas de la leñera. - Suplicó aún mas asustado.
- Es pequeña y acogedora, se está muy bien allí. Por favor, Jessi, me gustaría volver ya a la leñera, por favor. - Suplicó preocupado y sin poder evitar temblar.
- Hazlo. - Dijo mientras le quitaba el seguro a la pistola sin sacarla aún de su chaqueta.
- Voy. - Dijo mientras subía sus pies por encima de su cabeza y la miraba asustado.
- Muy bien, eso está mucho mejor. - Dijo mientras le esposaba un tobillo a la barra de la ducha tirando de el hacia arriba.
El vio las esposas cerrarse sobre sus tobillos y se puso a temblar descontrolodamente.
- Jessi, por favor.. Vuelve a esposar mis muñecas. Te prometo que no te molestaré en nada. Pero deja que me mueva, no me esposes a la bañera, por favor..
- Jessi, por favor.. Por favor.. - Suplicó aún mas asustado.
- Vamos, no tienes de que preocuparte. Te hacía falta estirar un poco las piernas, ¿verdad?.
- Claro, Jessi. Seguro que en esta postura estaré muchísimo mejor.
- Tan solo te hace falta tener cuidado de no golpear tu cabeza contra la bañera, no sea que te hagas daño. - Dijo mientras acariciaba un martillo que había sobre el lavabo.
Joder.. No le basta con amenazarme con la pistola. Aún le parece poco. Mierda de martillo. No me fío nada de ella, pero.. Después de ser tan sumamente gilipollas de dejar que me esposase a la barra de la bañera.. ¿Que coño importa lo que haga ahora?. Definitivamente no hay persona alguna sobre la faz de la tierra que pueda ser mas imbécil que yo. ¿Como he podido ser tan estúpido?. Cuando se empeñó en cachearme debería haberme negado o haber vuelto a la leñera.. Joder.. Si seré gilipollas.. Con lo bien que estaba yo en la leñera..
- ¿Quieres que te ayude en algo mas?. Tu solo dímelo y lo haré. - Dijo mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
- Claro, Jessi. Es una buena idea. - Dijo mientras estiraba los brazos con sus manos entrelazadas y miraba con aprensión las esposas que colgaban en el borde de la bañera.
- Jessi, por favor. Trata de no apretarlas demasiado. Sabes que no me iré a ninguna parte.
- Lo sé. - Dijo mientras cerraba las esposas aprisionando sus muñecas sin miramientos.
- Jessi, por lo que mas quieras, díme porque me has traído aquí, por favor.
- En realidad yo no te he traído.. Has venido hasta aquí por propia voluntad, ¿verdad?.
- Tienes razón, Jessi. Me pediste que te acompañase hasta aquí y eso he hecho.
- Y también dije que te ayudaría en lo que pudiese, y eso haré.
- Pero.. ¿Como podría ayudarte sin poderme mover?. - Dijo con voz ya temblorosa.
- Me serás muy útil, ya lo verás. - Dijo sonriendo, mientras apagaba la luz y cerraba la puerta a sus espaldas.
El se encogió todo lo que le permitían sus esposas dando un fuerte tirón y se echó a llorar.
No puede ser.. Debo estar equivocado.. Ella no está loca.. Tiene que haber algún motivo lo suficientemente razonable como para que haya actuado de una forma tan descabellada. Seguro que tan solo pretende registrar la leñera a fondo y no se le ocurrió ninguna otra forma de tenerme controlado el tiempo necesario para hacerlo. Si es que, estoy paranoico. Siempre se me ocurren tonterías.. ¿Porque iba a querer hacerme daño?. No tiene ningún sentido.. Es mi estúpida imaginación.. Seguro que acarició el martillo sin darse cuenta.. O eso, o solo quería gastarme una broma.. Es la única explicación razonable que se me ocurre..
Un rato después..
El yacía aún inconsciente sobre la cama totalmente ajeno a lo que sucedía a su alrededor.
De pronto un dolor lacerante le hizo recuperar la consciencia.
Intento moverse, pero no pudo realizar el menor movimiento, estaba fuertemente encadenado a la cama y tenía los ojos vendados.
- Jessica - Logró apenas susurrar con la voz tan ronca que apenas se le entendía.
- No trates de hablar, reserva tus fuerzas. Te harán falta.
- Para, por dios.. Para. - Sollozó dolorido.
“¿Porque no me pegas un tiro?. Acaba conmigo de una vez por todas.. Ten un poco de humanidad. No hay un maldito hueso, en todo mi cuerpo que no me duela. ¿Que necesitas aun para acabar conmigo?. ¿Acaso no he sufrido ya bastante?.”
- Ahhhhhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor mientras el bisturí atravesaba su ingle y penetraba poco a poco en su cuerpo, volviendo a salir unos centímetros mas allá haciendo un pequeño recorrido y trazando una curva en su maltrecho cuerpo.
- Perfecto. - Dijo mientras pasaba una cadena por la abertura atravesaba su cuerpo y le ataba con ella.
Cuando volvió en si, le había quitado la venda de los ojos.
- Dios.. dios.. Dios mío, Jessi. Mátame, por favor. Hazlo ya. - Suplicó aterrado al ver su piel trenzada con cadenas al somier, atravesada una y otra vez por gruesas cadenas.
- Deberías de agradecerme que haya tenido compasión de ti, y te haya atado al somier cuando estabas inconsciente.
- Perdóname, Jessi, por favor. No se lo que digo..
- Gracias.. Pero.. me duele mucho.. - Balbuceó entre gemidos de dolor.
- ¿Me dejarás descansar un rato?. Por favor, Jessi, apenas puedo soportar el dolor. Tan solo un momento, por favor.- Dijo en un hilo de voz.
- Me parece bien, te hace falta relajarte un poco. Pero será mejor que antes cuidemos tu garganta. - Dijo mientras cogía el tubo de encima de la mesa.
- No me pongas el tubo, por favor. No diré nada, por favor, Jessi. - Dijo entre lloros.
- Te hace falta, ya verás porqué. - Dijo mientras le introducía el tubo por la garganta hasta casi dejarle casi sin resuello.
El tubo le obligaba a tener el cuello estirado casi en un ángulo recto, a mirar tan solo al techo, le daba arcadas, le impedía articular sonido alguno y le hacía respirar con dificultad.
“Dios.. No podré aguantar mas dolor.. Sea lo que sea lo que piense hacerme será insufrible. Lo que mas deseo en este mundo es dejar de sufrir. Tan solo eso. No seguir sufriendo.. Algo tiene que suceder para que esto se termine. Ojalá me asfixie con el maldito tubo, sería tan dulce ir adormeciéndome poco a poco y no volver a despertarme. ¿Ni en eso tendré suerte?. Dios.. Que falle en algo y me mate ya.. Solo quiero dejar de sentir tanto dolor. Tan solo eso.. ¿Es acaso tanto pedir?..”
- Ahora trata de relajarte todo lo que puedas, respira hondo y piensa en algo bonito.
“No puedes estar hablando en serio.. ¿Quién podría relajarse en semejantes circunstancias?. Solo con el dolor que me causan estas malditas cadenas atravesando mi cuerpo ya bastaría para no dejar de chillar durante horas. Pero se demasiado bien que tu no te detendrás ahí.. Jamás te detendrás..”
“Cuando me hablas con tanta dulzura y amabilidad. Me dan escalofríos.. No se que será lo que pretendes, pero.. mas me valdría estar muerto. Tu voz aterciopelada ya no me engaña, Jessi. Haz de una maldita vez lo que sea..”
- ¿Que quieres que haga?. - Dijo mientras miraba la puerta cerrada con aprensión.
- Apóyate en la pared y no te muevas, será solo un momento. - Dijo mientras le cacheaba y le despojaba de cuantas pertenencias portaba en sus bolsillos.
- Sabes que no llevo armas, ¿verdad, Jessi?. - Dijo preocupado.
- Lo se.
- Vale, era por ahorrarte el trabajo. - Mintió sin convicción.
- Bien.. Decías que querías ayudarme, ¿verdad?.
- Claro que si, Jessi. Pero dudo mucho que te pueda ser de gran ayuda con las muñecas esposadas.
- No hay problema, ya lo verás.
Aquí se esfuman mis ínfimas posibilidades de pedir ayuda o de comunicar a alguien donde me encuentro.. Sin móvil, ni llaves del coche, aunque me dejase libre no podría irme a ninguna parte. Eso contando con que pudiese salir de esta jodida cabaña. Definitivamente mi profesor de interpretación no se equivocaba, lo mío no es la interpretación, el disimulo, ni mucho menos. Ni siquiera se tratar de aparentar seguridad.. Joder, por una vez hubiese preferido que se equivocase..
Pero no.. tenía toda la razón cuando no me dio aquel papel protagonista.. Debería de haber prestado mas atención a sus clases, en lugar de simplemente enfadarme y creer que ya lo sabía todo.. Se ve que el tenía toda la razón.. ¿Como coño va a creerse Jessica que soy responsable y que simplemente la complazco por propia voluntad?. Joder.. Hasta un ciego vería que estoy casi temblando e intentando hacer malabarismos para no suplicarle que me deje irme.. A estas alturas, una ventisca parece casi apetecible.. Al menos en mitad de la tormenta de nieve tendría posibilidades de salir con vida.. Aquí cuando mas lo pienso mas negro lo veo, quizás solo sean imaginaciones mías, pero..
- ¿Dónde vamos?. - Preguntó preocupado.
- ¿No decías que querías ayudarme?.
- Si, Jessi. Claro que si. Te ayudaré en cuanto pueda. - Dijo mientras gruesas gotas de sudor perlaban su frente.
- Me parece muy bien. Avísame cuando estés cansado, ya sabes que tu preciosa habitación te estará esperando.
- Descuida, Jessi. No estoy nada cansado. - Dijo aun mas preocupado.
Joder.. Por mas que lo pienso no se me ocurre ninguna buena razón para que hayamos venido al baño. Si al menos el estuviese aquí.. Pero no.. Solo estamos nosotros, mil y un artilugios colocados por doquier y la jodida puerta cerrada a nuestras espaldas.. Maldita sea..
Joder.. Tengo que estar equivocado.. Y sin embargo.. ¿Para que otro motivo me iba a traer aquí sino?. Y ahora.. ¿Que hago?. Si le suplico revelaré todas mis cartas, y sabrá que puede manejarme a su antojo porque lo cierto es que no me veo con fuerzas para nada.. Pero.. Si no le suplico.. Joder.. No se que debería de hacer..
Ella le abrió las esposas, el se quedó unos segundos mirando el suelo e incapaz de reaccionar.
- Muchas gracias por quitarme las esposas, Jessi. - Dijo mientras frotaba sus doloridas muñecas.
- Desvístete sin hacer movimientos bruscos y entra en la bañera.
- Pero.. Jessi. - Balbuceó confuso.
- Vamos, no me hagas perder el tiempo. - Dijo mientras acariciaba un bulto sospechosamente familiar en su chaqueta.
- Claro, Jessi. Precisamente se me estaba apeteciendo tomar un baño. - Dijo mientras comenzaba a desvestirse.
Mierda.. Las paredes aún tienen algunas salpicaduras de su sangre. Lo último que desearía hacer ahora sería entrar en esa bañera..
- Túmbate en la bañera y levanta tus pies todo lo que puedas. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Jessi, por favor. Te juro que no me volveré a quejar mas de la leñera. - Suplicó aún mas asustado.
- Es pequeña y acogedora, se está muy bien allí. Por favor, Jessi, me gustaría volver ya a la leñera, por favor. - Suplicó preocupado y sin poder evitar temblar.
- Hazlo. - Dijo mientras le quitaba el seguro a la pistola sin sacarla aún de su chaqueta.
- Voy. - Dijo mientras subía sus pies por encima de su cabeza y la miraba asustado.
- Muy bien, eso está mucho mejor. - Dijo mientras le esposaba un tobillo a la barra de la ducha tirando de el hacia arriba.
El vio las esposas cerrarse sobre sus tobillos y se puso a temblar descontrolodamente.
- Jessi, por favor.. Vuelve a esposar mis muñecas. Te prometo que no te molestaré en nada. Pero deja que me mueva, no me esposes a la bañera, por favor..
- Jessi, por favor.. Por favor.. - Suplicó aún mas asustado.
- Vamos, no tienes de que preocuparte. Te hacía falta estirar un poco las piernas, ¿verdad?.
- Claro, Jessi. Seguro que en esta postura estaré muchísimo mejor.
- Tan solo te hace falta tener cuidado de no golpear tu cabeza contra la bañera, no sea que te hagas daño. - Dijo mientras acariciaba un martillo que había sobre el lavabo.
Joder.. No le basta con amenazarme con la pistola. Aún le parece poco. Mierda de martillo. No me fío nada de ella, pero.. Después de ser tan sumamente gilipollas de dejar que me esposase a la barra de la bañera.. ¿Que coño importa lo que haga ahora?. Definitivamente no hay persona alguna sobre la faz de la tierra que pueda ser mas imbécil que yo. ¿Como he podido ser tan estúpido?. Cuando se empeñó en cachearme debería haberme negado o haber vuelto a la leñera.. Joder.. Si seré gilipollas.. Con lo bien que estaba yo en la leñera..
- ¿Quieres que te ayude en algo mas?. Tu solo dímelo y lo haré. - Dijo mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
- Claro, Jessi. Es una buena idea. - Dijo mientras estiraba los brazos con sus manos entrelazadas y miraba con aprensión las esposas que colgaban en el borde de la bañera.
- Jessi, por favor. Trata de no apretarlas demasiado. Sabes que no me iré a ninguna parte.
- Lo sé. - Dijo mientras cerraba las esposas aprisionando sus muñecas sin miramientos.
- Jessi, por lo que mas quieras, díme porque me has traído aquí, por favor.
- En realidad yo no te he traído.. Has venido hasta aquí por propia voluntad, ¿verdad?.
- Tienes razón, Jessi. Me pediste que te acompañase hasta aquí y eso he hecho.
- Y también dije que te ayudaría en lo que pudiese, y eso haré.
- Pero.. ¿Como podría ayudarte sin poderme mover?. - Dijo con voz ya temblorosa.
- Me serás muy útil, ya lo verás. - Dijo sonriendo, mientras apagaba la luz y cerraba la puerta a sus espaldas.
El se encogió todo lo que le permitían sus esposas dando un fuerte tirón y se echó a llorar.
No puede ser.. Debo estar equivocado.. Ella no está loca.. Tiene que haber algún motivo lo suficientemente razonable como para que haya actuado de una forma tan descabellada. Seguro que tan solo pretende registrar la leñera a fondo y no se le ocurrió ninguna otra forma de tenerme controlado el tiempo necesario para hacerlo. Si es que, estoy paranoico. Siempre se me ocurren tonterías.. ¿Porque iba a querer hacerme daño?. No tiene ningún sentido.. Es mi estúpida imaginación.. Seguro que acarició el martillo sin darse cuenta.. O eso, o solo quería gastarme una broma.. Es la única explicación razonable que se me ocurre..
Un rato después..
El yacía aún inconsciente sobre la cama totalmente ajeno a lo que sucedía a su alrededor.
De pronto un dolor lacerante le hizo recuperar la consciencia.
Intento moverse, pero no pudo realizar el menor movimiento, estaba fuertemente encadenado a la cama y tenía los ojos vendados.
- Jessica - Logró apenas susurrar con la voz tan ronca que apenas se le entendía.
- No trates de hablar, reserva tus fuerzas. Te harán falta.
- Para, por dios.. Para. - Sollozó dolorido.
“¿Porque no me pegas un tiro?. Acaba conmigo de una vez por todas.. Ten un poco de humanidad. No hay un maldito hueso, en todo mi cuerpo que no me duela. ¿Que necesitas aun para acabar conmigo?. ¿Acaso no he sufrido ya bastante?.”
- Ahhhhhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor mientras el bisturí atravesaba su ingle y penetraba poco a poco en su cuerpo, volviendo a salir unos centímetros mas allá haciendo un pequeño recorrido y trazando una curva en su maltrecho cuerpo.
- Perfecto. - Dijo mientras pasaba una cadena por la abertura atravesaba su cuerpo y le ataba con ella.
Cuando volvió en si, le había quitado la venda de los ojos.
- Dios.. dios.. Dios mío, Jessi. Mátame, por favor. Hazlo ya. - Suplicó aterrado al ver su piel trenzada con cadenas al somier, atravesada una y otra vez por gruesas cadenas.
- Deberías de agradecerme que haya tenido compasión de ti, y te haya atado al somier cuando estabas inconsciente.
- Perdóname, Jessi, por favor. No se lo que digo..
- Gracias.. Pero.. me duele mucho.. - Balbuceó entre gemidos de dolor.
- ¿Me dejarás descansar un rato?. Por favor, Jessi, apenas puedo soportar el dolor. Tan solo un momento, por favor.- Dijo en un hilo de voz.
- Me parece bien, te hace falta relajarte un poco. Pero será mejor que antes cuidemos tu garganta. - Dijo mientras cogía el tubo de encima de la mesa.
- No me pongas el tubo, por favor. No diré nada, por favor, Jessi. - Dijo entre lloros.
- Te hace falta, ya verás porqué. - Dijo mientras le introducía el tubo por la garganta hasta casi dejarle casi sin resuello.
El tubo le obligaba a tener el cuello estirado casi en un ángulo recto, a mirar tan solo al techo, le daba arcadas, le impedía articular sonido alguno y le hacía respirar con dificultad.
“Dios.. No podré aguantar mas dolor.. Sea lo que sea lo que piense hacerme será insufrible. Lo que mas deseo en este mundo es dejar de sufrir. Tan solo eso. No seguir sufriendo.. Algo tiene que suceder para que esto se termine. Ojalá me asfixie con el maldito tubo, sería tan dulce ir adormeciéndome poco a poco y no volver a despertarme. ¿Ni en eso tendré suerte?. Dios.. Que falle en algo y me mate ya.. Solo quiero dejar de sentir tanto dolor. Tan solo eso.. ¿Es acaso tanto pedir?..”
- Ahora trata de relajarte todo lo que puedas, respira hondo y piensa en algo bonito.
“No puedes estar hablando en serio.. ¿Quién podría relajarse en semejantes circunstancias?. Solo con el dolor que me causan estas malditas cadenas atravesando mi cuerpo ya bastaría para no dejar de chillar durante horas. Pero se demasiado bien que tu no te detendrás ahí.. Jamás te detendrás..”
“Cuando me hablas con tanta dulzura y amabilidad. Me dan escalofríos.. No se que será lo que pretendes, pero.. mas me valdría estar muerto. Tu voz aterciopelada ya no me engaña, Jessi. Haz de una maldita vez lo que sea..”
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