sábado, 3 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 40 - QUEMANDO ETAPAS..




Dios mio, Jessi. Si tu dices que no me voy a enterar, e insistes tantas veces en que será algo muy suave.. Es imposible que lo sea. No se que vas a hacerme, pero se que me dolerá y mucho. Como tu bien dijiste antes, rabiaré de dolor. Me estás conduciendo hacia el abismo, cada vez mas dolor, cada vez mas sufrimiento. Ya ni tan siquiera me escuchas.
Dios mio, Jessi. ¿Cuando piensas detenerte?. ¿Que será lo próximo que me hagas?. Dios mío.. Jessi. ¿Que tiene que suceder para que te detengas?.. Maldita sea, ya te acercas de nuevo.
- Voy a procurar que estés lo mas confortable posible. - Dijo mientas le ataba de nuevo la cabeza con la correa.
- Y ahora tranquilo.. - Dijo mientras encendía un mechero y se lo acercaba al palillo de su encia superior.
El palillo tardó unos segundos en encenderse porque estaba húmedo, el la miró horrorizado mientras tiraba con todas sus fuerzas de las cadenas forcejeando.
- Vamos.. Tranquilo.. Tengo que sacarte el palillo, no querrás que lo deje ahí y te produzca una infección. - Dijo riéndose.
- Y que mejor forma de hacerlo que esta. Así lo sacaré entero y de paso desinfectaré tu encía, que falta le hace. - Dijo riéndose.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
Su encía se quemaba poco a poco y apenas quedaba ya rastro del palillo.
- Mucho mejor.. Lo ves, ya no tienes el palillo. - Dijo apagando el mechero.
- Ahora solo falta limpiar un poco la herida. - Dijo mientras cogía el bisturí y eliminaba la piel quemada.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor antes de desmayarse.
Cuando volvió en si, había inclinado la cama dejando su cabeza casi vertical y había encendido de nuevo el mechero.
- Me alegro de que te hayas despertado.. Estaba esperando a que lo hicieses para poder extraerte el palillo. No querrás perderte la diversión, ¿verdad?. - Dijo riéndose.
- Mmmmmmmm. - Chilló aterrado mientras veía acercarse el mechero.
- Calma, será solo un momento. - Dijo mientras aumentaba la llama.
- Ahhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
En pocos segundos no quedaba ni rastro del palillo, pero ella siguió quemando la encía.
“Vamos, si ya casi no lo aguantas.. ¿A que esperas para desmayarte?. Estás rabiando de dolor. Lo se. Pesé a tener las muñecas rotas no puedes evitar dar un tirón tras otro a las esposas. Me encanta ver como te estremeces de dolor. Lo ves.. Lo sabía.. Era cuestión de segundos que te quedases sin sentido..”
“Es una autentica que pena que debas sufrir tanto, pero no hay otra forma de hacerlo. Sufrirás segundo a segundo sin descanso hasta que esté satisfecha. Y no lo estaré hasta que tu corazón se detenga.”
El volvió en si, y  lo primero que vio al abrir los ojos, fue el bisturí preparado para clavarse de nuevo en su encía.
- Voy a limpiar tu encía, le está haciendo falta una buena limpieza. - Dijo mientras le clavaba el bisturí y eliminaba la zona quemada.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor.
Dios mio, Jessi. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?. ¿Acaso no queda ni un atisbo de humanidad en tu frío corazón?. ¿Acaso no merezco ni un ápice de compasión?. ¿Es que ni siquiera me vas a conceder disfrutar de unos minutos de tranquilidad?..
- Bueno, es hora de seguir. Procura no desmayarte.  - Dijo riéndose.
- Lo intentaré, Jessi. - Dijo con lágrimas en los ojos.
- Creo que tus riñones no filtran bien el agua. Me da la impresión de que están empezando a fallar. O eso o tu vejiga no hace bien su trabajo. Será mejor que lo compruebe.. - Dijo riéndose
- Jessi, por favor. Por favor. Por lo que mas quieras, detente un momento. Déjame descansar tan solo cinco minutos, por favor. Solo cinco minutos, por favor. - Suplicó asustado.
- Vamos, no tienes de que preocuparte. No te va a suceder nada malo.. O al menos nada que sea fatal.. - Dijo riéndose mientras le daba un golpe en el bajo vientre.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor antes de desmayarse.
Cuando volvió en sí, vio el destornillador calentando en el hornillo y lloró.
- ¿Se puede saber que te pasa?. Ni te he tocado y ya estás temblando y llorando.. Hay que ver lo blandito que eres. - Dijo riéndose.
- Lo siento mucho, Jessi. No pretendía molestarte. Pero.. Por favor, Jessi. ¿Puedo pedirte algo?. Díme que si, por favor. Tan solo eso, por favor. - Suplicó aterrado.
- ¿Que quieres?. - Dijo mientras llenaba de agua helada la jeringuilla.
- Jessi, se que nada de lo que pueda decirte tiene ya importancia para ti. Nada importa lo que te diga. No soy tonto, se que seguirás adelante y no te detendrás pase lo que pase hasta.. - Dijo mientras se le quebraba la voz.
- ¿Hasta..?. - Inquirió sonriente.
- Hasta que.. Hasta que yo haya muerto.. Lo se. Se que no te detendrás. Te juegas mucho en esto como para detenerte.. Se que me torturarás hasta el final, sin dejarme ni un segundo de paz, lo harás hasta que te suplique la muerte.. Lo sé, no soy estúpido.. Pero.. - Hizo una pausa mientras la miraba con ojos vidriosos.
- Pero.. Piénsalo tan solo un momento, por favor. Ya me estás torturando. Y sabes que haga lo que haga no tengo forma de evitarlo, ni mucho menos de pedir ayuda. Sabes que nada puedo hacer para importunarte. Y yo me pregunto.. ¿Es realmente necesario que además de hacerme sufrir y torturarme sin descanso me golpees constantemente y me trates con tanto desdén, con tanto odio..?. Quizás pida demasiado, pero.. Por favor, Jessi. Por lo que mas quieras.. Por lo que una vez hubo entre nosotros. Porque se que eres compasiva y eres una buena persona.. Dime que lo pensarás, por favor. Por favor, Jessi. - Suplicó entre lágrimas.
- Lo siento pero no.. No tengo nada que pensar.. Como ya te he dicho, lo único que tienes que hacer es procurar estar tranquilo y relajarte. El resto déjalo de mi cuenta. No hay nada que deba preocuparte. Sabes que cuidaré de ti con todo mi cariño y que haré cuanto esté en mi mano para que estés lo mas a gusto posible. Nada te faltará, ya lo verás. - Dijo mientras se le acercaba de nuevo con la jeringilla.
- Lo se, Jessi. Se que cuidarás de mi. - Dijo mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.
- Te voy a dejar descansar un momento.. Se que te hace falta. - Dijo mientras soltaba la pierna derecha de las cadenas y la ataba a una polea.
- No hace falta, Jessi. De veras que no, haz lo que ibas a hacer y no te tomes tantas molestias por mi culpa. Te lo suplico, Jessi. Por favor. Por favor. - Dijo aterrado.
- Calma.. Ya casi estás.. - Dijo mientras daba un fuerte tirón a la cadena y su pierna de elevaba.
- Ahhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor, mientras la miraba de nuevo con ojos vidriosos.
“Vamos.. Se que lo estás deseando.. Nada te gustaría mas que poder dejar de sufrir. Apenas te quedan fuerzas para resistirte. Estás una y otra vez a punto de desmayarte. Lo se, te veo como me miras casi sin aliento. Mientras luchas con todas tus fuerzas por permanecer consciente. Lo se. Solo te queda ir avanzando un poco mas, cada vez mas. Hasta que lo comprendas. Se que lo harás. No tienes otra salida.. Poco a poco lo admitirás, ya lo verás.. No te queda mucho camino por recorrer solo que tu aun no lo sabes..”
“Y me gusta que sea así. Me encanta ver como vas poco a poco quemando etapas, una a una. Poco a poco lo comprenderás. Tus ojos llenos de lágrimas de dolor e impotencia, tus labios temblorosos, tu voz apagada. Todo tu cuerpo se estremece una y otra vez, y se va tiñendo poco a poco de un precioso color purpura.. Un color precioso.. De purpura, amarillo y rojizo.. Apenas te debe quedar ya ni un centímetro de piel que no haya sido cuidadosamente torturada, que no haya sufrido alguna agresión.. Deberías estar ya suplicando tu muerte, maldiciendo haberme conocido. Pero no, aun no es el momento, y tu lo sabes. Se que lo sabes..”
- Jessi, por favor.. Por lo que mas quieras. No sigas, por favor.. Por favor.. - Suplicó mientras la miraba con ojos vidriosos.
- Te hace falta relajarte un poco. Lo se. - Dijo sonriendo mientras cogía un vial de la misma caja de costumbre y preparaba la jeringuilla.
- ¿Que?.. ¿Que vas ha hacerme?. - Dijo temblando.
- Ni te vas a enterar.. - Dijo mientras le clavaba la enorme ahuja en el músculo.
- Jessi, por favor.. No lo hagas. No necesito nada, por favor..
- Tranquilo, e intenta estar todo lo relajado que puedas.. Y procura no mover ni un músculo o te dolerá mas.. - Dijo riéndose.
- Pero, Jessi. Sabes que aunque quisiera no podría hacer nada. - Dijo decaído.
- Primero probaré solo con agua.. Tengo que asegurarme de que he pinchado en el lugar correcto. - Dijo riéndose.
- Jessi, por dios.. ¿Que vas a hacerme?. Dime algo, por favor..
- Tranquilo. - Dijo mientras movía la ahuja muy despacio para asegurarse de pinchar en el nervio ciático.
- Ahhhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor mientras forcejeaba con todas sus fuerzas antes de desmayarse.
Cuando volvió en si, lo primero que vio fue la caja repleta de viales abierta y su sonrisa.
Dios mio.. Si está sonriendo, eso solo puede significar que lo pasaré realmente mal.. Ni siquiera me ha tocado y ya sonríe. Siempre esa maldita sonrisa de hielo..
- Tienes suerte, he acertado a la primera. Toda una suerte para ti, que haya dado con el punto exacto al primer pinchazo. - Dijo riéndose.
- Si, Jessi, es toda una suerte. - Dijo con pesar, mientras miraba al suelo y temblaba asustado.
- Y ahora tranquilo, procuraré ir lo mas despacio posible.. Estoy segura de que te gustará mucho. Y si todo va perfecto, recuerda que tengo una caja entera repleta de viales, y pienso usarlos todos. Verás la sensación que produce cada gotita.. Notarás una pequeña quemazón y un poco de dolor, pero no será nada que no puedas soportar.. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. Por favor. No lo hagas.. - Suplicó aterrado.
- Vamos, ni lo vas a notar. Ya lo verás. - Dijo mientras empujaba el embolo con suavidad y el líquido viscoso penetraba poco a poco en la ahuja.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló aterrado.
- Me duele mucho.. Ahhhhhhhhh. Por favor.. Noooo.. - Suplicó aterrado.
- Nooo. Nooo. Nooooooooooooo. - Chilló aterrado.
- Cálmate y deja de chillar.. ¿Acaso crees que eso va a hacer que me detenga?. - Dijo riéndose.
- Por favor.. Por favor.. Nooooo. - Chilló entre sollozos.
- Será mejor que te ayude a calmarte.. - Dijo mientras le tapaba de nuevo la cara con el trapo húmedo impidiendo que respirase.
El la miró con ojos vidriosos, mientras forcejeaba y chillaba ya casi sin aire.
- Mmmmmmmm. - Chilló aterrado.
- Cálmate y procura reservar fuerzas, te harán falta. Hasta que no haya terminado de inyectarte no te quitaré el trapo. Verás como te diviertes. - Dijo riéndose, mientras continuaba empujando suavemente el embolo de la jeringuilla.
El la miró horrorizado, mientras su cara se iba congestionando e intentaba con todas sus fuerzas zafarse de la correa para poder ladear la cabeza y deshacerse del trapo.
- Vamos.. vamos, intenta estar tranquilo.. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos y aplastaba el trapo contra su cara con mas fuerza.
Jessi, por dios.. Déjame al menos respirar.. Me voy a asfixiar.. Y a ti solo te preocupa ponerme una inyección. En realidad yo no te importo lo mas mínimo. Lo único que parece importarte es hacerme daño y verme sufrir.. Sigo sin saber para que te puede servir eso.. Y mucho menos como alguien que esté en sus cabales puede pagar por ver esto. No lo entiendo..
No puedo mas, Jessi.. ¿Es que no ves que no me queda aire?. ¿No ves que lucho con todas mis fuerzas tratando de respirar?. Por dios, Jessi. Por poco que te importe, no me hagas esto. No aguanto mas, Jessi, por dios. Deja ya esa maldita inyección.. Me muero de dolor a cada gota de ese líquido.. No me hagas esto.. No puedo más..

No hay comentarios:

Publicar un comentario