viernes, 14 de enero de 2011

CAPÍTULO 19 - UNA VELADA TRANQUILA.. - FELIZ AÑO 2011





- Bebe un poco de agua y deja de llorar.. Me estás arruinando la cena.. Mas que una cena, casi parece que estemos en un funeral. - Dijo mientras le llenaba de agua el vaso de plástico.
- Gracias, Jessi. - Dijo entre sollozos.
- Ya estoy un poco mejor. Siento mucho haberte molestado.
- No hay problema, no te preocupes..
- Aunque, si sigues llorando daré por terminada la cena. ¿Has entendido?.
- Se supone que estamos disfrutando de una deliciosa cena en agradable compañía..
- Pero si al parecer te disgusta tanto cenar que no dejas de llorar. No te preocupes que no tendré el menor problema en dejarme de contemplaciones y terminar lo que he empezado..
- Lo entiendo, Jessi, sé que soy un pesado y que te estoy molestando esta noche.
- Perdóname, por favor. Intentaré no molestarte..
- Es solo que.. que me pongo a pensar y..
- La verdad es que nunca he visto a nadie comer con tanta lentitud una sopa.. Parece que estés comiendo un jabalí. Es solo sopa, tan solo tienes que tragarla, ni tienes que partirla ni mucho menos masticarla. ¿Te crees que los fideos son de hierro o que?.
- Intentaré comer mas deprisa, tienes toda la razón.. Llevo un buen rato comiendo la deliciosa sopa.. Es que, está tan rica que quiero disfrutar de cada cucharada como si fuese la última y saborearla cucharada a cucharada..
«Odio la jodida sopa, ya ni sé a que leches sabe.. A cada cucharada que tomo me parece mas nauseabunda.. Me encanta poder charlar contigo con relativa tranquilidad, pero cuanto mas lo pienso mas veo que el precio a pagar para ello, es excesivamente alto. Mierda de sopa.. Y mierda de sopera, mas que sopera casi parece una jodida bañera.. ¿Pero cuantos litros de sopa caben en esa puñetera sopera?...»
- No, no son de hierro. Has preparado una sopa buenísima. De hecho..
En ese momento sonó el móvil de Jessica y le hizo una señal de que se callase.
- El menor ruido que hagas y será el último. - Dijo mientras le señalaba la pistola.
- Hola nena
- No, no me has despertado. ¿Que querías?.
- La verdad es que me pillas casi a punto de irme a la cama.
- ¿Quién dices que ha desaparecido?.
- Ah, pues no tenía ni la menor idea. Hoy no encendí el pc, me duele un poco la cabeza.
- Seguro que estará por ahí pasándoselo en grande.
- Ah.. ¿Lo dices por aquella foto que te envíe?. Que va..
- Eso fue solo una broma entre nosotras, por la apuesta, pero lo único que pasó fue lo que se veía en la foto... A el ni siquiera le dije porque quería esa foto..
- Que va, aquel día solo tomamos un par de copas. Y bueno, luego ya me viste en la discoteca. Estaba sola. ¿Recuerdas?.
- Después de vernos, el había quedado con alguien. No le pregunté con quién, creo que había quedado con un amigo suyo.
- No le des mas vueltas y no te preocupes, verás como pronto aparece.
- Claro, nena, en cuanto sepa algo, serás la primera en saberlo.
- Habrá perdido el cargador o le habrán robado el móvil y por eso no twitteará.
- O quizás está borracho y no atina a escribir nada comprensible..
- Claro, si me entero de algo te lo digo..
- Venga, no te preocupes mas y descansa.
- Un beso.
El se tapó la boca con las manos y sollozó asustado, mientras escuchaba atónito la conversación.
«Me bastaría un grito de auxilio y me oiría.. Además está preocupada por mi e incluso sospecha que algo no está bien, pero.. Pero el arma está sin seguro, le bastaría con apretar ligeramente el gatillo y antes de que colgase el móvil estaría muerto. Puede que incluso conozca la existencia de esta jodida cabaña y decida venir hasta aquí a investigar.. Solo faltaría eso, que viniese y ponerla a ella en peligro por mi culpa. Nunca me lo perdonaría. Yo puede que ya no tenga la menor esperanza de salir de aquí con vida, pero no pienso arrastrar a otros conmigo..»
- Me alegra ver que sabes comportarte. - Dijo mientras lo ponía el seguro a la pistola y se la guardaba en el bolsillo del pantalón.
- Muchas gracias, Jessi. Intento complacerte en lo todo lo que está en mi mano.
- Jessi, por favor.. ¿Puedo hacerte una pregunta?. - Dijo mientras palidecía.
- Si, pregúntame lo que quieras.
- ¿Puedes decirme si la que llamó, era la amiga común contra la que apostaste?. ¿Quién es?. Y si no es mucho pedir.. ¿Puedes por favor decirme en que consistió la apuesta?. Significaría mucho para mí saberlo, por favor, Jessi.
- Si, una de las apuestas fue contra una amiga común, que acaba de llamar. Está preocupada por ti, se ve que te aprecia mucho.
- Pero no te preocupes por ella, ya la tranquilice un poco.
- Se piensa que estás de juerga con algún amigo.
- Muchas gracias, Jessi. No se de quién se trababa, pero me alegro de que al menos no esté preocupada por mi culpa. Es todo un detalle por tu parte el hecho de que fueses tan amable con ella.
- ¿Puedes decirme al menos de quién se trata?. ¿O al menos aclararme que habéis apostado?.
- ¿Que tal está la sopa?. - Dijo mientras le miraba seria.
- Riquísima, gracias. Nunca había probado una sopa tan deliciosa como esta.
- Supongo que eso significa que lo mejor es que cierre la boca y no te haga preguntas que se que no me vas a responder, ¿verdad?.
- Perdona que insista, pero.. Necesito saberlo. ¿Con quién se supone que estoy de juerga?. Es decir. ¿A quién le has cargado el muerto?. ¿A quién has culpado de mi desaparición?. - Dijo mientras palidecia.
- Se ve que no entiendes el significado de una velada tranquila.. ¿Tan difícil es para ti recordar que estamos en la noche del viernes pasado?. Ni has desaparecido, ni está nadie preocupado.. Acabamos de brindar y ahora estamos cenando tranquilamente. ¿Estamos?.
- Si, Jessi, perdóname, por favor.
- El próximo error por tu parte, sea el que fuera y doy por terminada la cena. ¿Quedó claro o te lo tengo que repetir?. - Dijo mientras acariciaba el cuchillo eléctrico.
- Que.. que bonita noche hace, ¿verdad?. Has elegido un lugar delicioso para nuestra cita. - Dijo temblando.
- Será una noche muy romántica, al calor de la chimenea y en esta cabaña tan acogedora. - Dijo mientras la miraba con lágrimas en los ojos.
«Será una noche puñetera.. Tratando de disimular que estoy al borde del llanto. Disimulando que ni es agradable, ni acogedora, ni tan siquiera bonita.. Casi cada centímetro de esta jodida cabaña me recuerda lo que pasó, lo que está a punto de ocurrir.. Creo que no hay ninguna habitación en la que no me haya sucedido algo desagradable. En la entrada, la copa de whisky que me abrasaba por dentro y que si no me llegó a sentar, habría logrado que me desplomase.. En la cocina, la ventana de los cojones por la que no logré ni tan siquiera sacar una mano fuera.. En la habitación y en el baño, prefiero no recordarlo, aunque se que pase lo que pase, jamás podré olvidarlo.. En el pasillo, puñetazos y arrastrarme por el suelo, muerto de miedo.. Y a la entrada, fue memorable, cuando llegó y me encañonó con el arma.. Claro que si, como no.. Es una preciosa noche, en la que podemos hablar y.. mierda.. Es una jodida despedida, la última cena de un condenado.. ¿A quién intento engañar?. Ni siquiera es eso.. Esta cena será lo que sea, menos tranquila.. No le han faltado amenazas, violencia.. Lo que se dice una perfecta velada..»
- ¿No tienes calor?. Estás casi al lado de la chimenea y solo te has quitado la cazadora. ¿Tanto frío tienes?.
- Tengo un poco de calor, si. ¿Te parecería mal si me quito la chaqueta y el jersey?.
- Como me va a parecer mal. Tienes cada cosa.. Ponte cómodo.
- Muchas gracias, Jessi. Si pudieses por favor, echarme una mano. La verdad es que estoy muy cansado de trabajar, y me duele un poco la espalda.
«Lo cierto, es que debo de tener algún hueso roto, me duele horrores mover mi brazo izquierdo.. Eso por no hablar de la espalda. Y las piernas, no quiero ni recordar lo magulladas que están..»
"Pero eso tu ya lo sabes.. El único propósito de esta velada es que te diviertas, quizás que dejes de sentir remordimientos por lo que pasó o por lo que esta a punto de pasar o quizás darte tiempo a decidir de que forma acabaras conmigo.. Si, es una deliciosa velada."
- Creo que sabrás arreglártelas solo. Después te costará mucho mas trabajo moverte.
- Claro, Jessi. Pero.. ¿Pero, porque?.. - Titubeó asustado.
- Quiero decir.. ¿Hasta cuando podré moverme?.
- Perdona, Jessi. En realidad no quería decir eso. Ya ni se lo que digo, es solo que.. Que.. -Titubeó preocupado.
- Jessi.. ¿Donde vas?. Perdóname, por favor. -Dijo llorando al verla salir del salón.
- Espera. -Dijo desde la puerta sin dignarse en mirarle.
"Dios, Jessi.. ¿Que he hecho?. ¿Que te he dicho que haya podido molestarte tanto?. Dios.. Dios.. Dios.. ¿Que va ha pasar ahora?. Tengo miedo. Mas que eso, estoy aterrado. Ojalá te apiadases un poco de mi y no me pusieses siempre las cosas tan difíciles. Me gustaría tanto.. Pero, se que no lo harás. Nunca lo harás.. Oh, Jessi. ¿Como puedes albergar tanto odio en tu interior?. ¿Como puedes ser tan violenta conmigo?."
- Claro, Jessi, esperaré lo que quieras. - Titubeó preocupado.
«Como si pudiese hacer otra cosa.. Nada puedo hacer salvo esperar. ¿Esperar que?. Una solución que se que nunca llegará a tiempo. Una salida.. No. Se que jamás habrá una salida. Haga lo que haga, o diga lo que haga, nada cambiará. Ella no se detendrá. Esperar.. ¿Y que otra cosa podría hacer..»
- Nooooooooooo. - Chilló aterrado al verla regresar con las tablillas y las cuerdas que había usado para destrozarle la muñeca izquierda.
- No, por favor, Jessi. No lo hagas. - Suplicó asustado.
- Haré lo que quieras, pero.. pero, no vuelvas a golpearme la muñeca, por favor.
- Extiende el brazo izquierdo sobre la tabla. Vamos, no tengo toda la noche. - Dijo mientras le miraba seria.
- Si, lo hago. - Dijo mientras hacia lo que le pedía y sollozaba asustado.
«Dios.. dios.. dios. Eso quiere decir que ya se ha terminado esta maldita cena. No se que es lo que pretende hacerme, pero.. Nada bueno, puede haber en que de nuevo me inmovilice el brazo ayudándose con cuerdas y tablas. Pero.. ¿Que podría hacer yo?. Si trato de oponerme se que será aun peor. No tengo mas opción que hacer lo que me pide. Y confiar en que todo suceda rápidamente. Aun no entiendo que ha podido ponerla tan furiosa.. Tan solo le dije que me dolía el brazo. Y es cierto, apenas si puedo moverlo. Estoy casi seguro de que está roto, lo último que haría sería moverlo, salvo que ella me obligué a hacerlo. Y sin embargo, aún le parece que está poco dañado.. ¿Que se propondrá hacerme?..»
Gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas mientras le ataba cuidadosamente la muñeca al tablón.
Echó un último vistazo a su muñeca y desvió la mirada hacia el suelo, mientras ella seguía atando su brazo a la tabla sin inmutarse.
Temblaba de pies a cabeza mientras la miraba fijamente, quizás tratando de adivinar sus aviesas intenciones.
Se secó con cuidado las lágrimas a la manga de su camisa, y echó un último vistazo al salón mientras se tapaba los ojos con la mano, y aguantaba la respiración.

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