sábado, 30 de abril de 2011

CAPÍTULO 26 - UN POCO DE AYUDA..




Ella no debe de saber jamás que estoy aterrado, y que nadie sabe que estoy aquí.. Que me tiene totalmente en sus manos.. Debo intentar que no sepa jamás hasta que punto lo estoy.
- ¿Que quieres que haga?. - Dijo mientras miraba la puerta cerrada con aprensión.
- Apóyate en la pared y no te muevas, será solo un momento. - Dijo mientras le cacheaba y le despojaba de cuantas pertenencias portaba en sus bolsillos.
- Sabes que no llevo armas, ¿verdad, Jessi?. - Dijo preocupado.
- Lo se.
- Vale, era por ahorrarte el trabajo. - Mintió sin convicción.
- Bien.. Decías que querías ayudarme, ¿verdad?.
- Claro que si, Jessi. Pero dudo mucho que te pueda ser de gran ayuda con las muñecas esposadas.
- No hay problema, ya lo verás.
Aquí se esfuman mis ínfimas posibilidades de pedir ayuda o de comunicar a alguien donde me encuentro.. Sin móvil, ni llaves del coche, aunque me dejase libre no podría irme a ninguna parte. Eso contando con que pudiese salir de esta jodida cabaña. Definitivamente mi profesor de interpretación no se equivocaba, lo mío no es la interpretación, el disimulo, ni mucho menos. Ni siquiera se tratar de aparentar seguridad.. Joder, por una vez hubiese preferido que se equivocase..
Pero no.. tenía toda la razón cuando no me dio aquel papel protagonista.. Debería de haber prestado mas atención a sus clases, en lugar de simplemente enfadarme y creer que ya lo sabía todo.. Se ve que el tenía toda la razón.. ¿Como coño va a creerse Jessica que soy responsable y que simplemente la complazco por propia voluntad?. Joder.. Hasta un ciego vería que estoy casi temblando e intentando hacer malabarismos para no suplicarle que me deje irme.. A estas alturas, una ventisca parece casi apetecible.. Al menos en mitad de la tormenta de nieve tendría posibilidades de salir con vida.. Aquí cuando mas lo pienso mas negro lo veo, quizás solo sean imaginaciones mías, pero..
- ¿Dónde vamos?. - Preguntó preocupado.
- ¿No decías que querías ayudarme?.
- Si, Jessi. Claro que si. Te ayudaré en cuanto pueda. - Dijo mientras gruesas gotas de sudor perlaban su frente.
- Me parece muy bien. Avísame cuando estés cansado, ya sabes que tu preciosa habitación te estará esperando.
- Descuida, Jessi. No estoy nada cansado. - Dijo aun mas preocupado.
Joder.. Por mas que lo pienso no se me ocurre ninguna buena razón para que hayamos venido al baño. Si al menos el estuviese aquí.. Pero no.. Solo estamos nosotros, mil y un artilugios colocados por doquier y la jodida puerta cerrada a nuestras espaldas.. Maldita sea..
Joder.. Tengo que estar equivocado.. Y sin embargo.. ¿Para que otro motivo me iba a traer aquí sino?. Y ahora.. ¿Que hago?. Si le suplico revelaré todas mis cartas, y sabrá que puede manejarme a su antojo porque lo cierto es que no me veo con fuerzas para nada.. Pero.. Si no le suplico.. Joder.. No se que debería de hacer..
Ella le abrió las esposas, el se quedó unos segundos mirando el suelo e incapaz de reaccionar.
- Muchas gracias por quitarme las esposas, Jessi. - Dijo mientras frotaba sus doloridas muñecas.
- Desvístete sin hacer movimientos bruscos y entra en la bañera.
- Pero.. Jessi. - Balbuceó confuso.
- Vamos, no me hagas perder el tiempo. - Dijo mientras acariciaba un bulto sospechosamente familiar en su chaqueta.
- Claro, Jessi. Precisamente se me estaba apeteciendo tomar un baño. - Dijo mientras comenzaba a desvestirse.
Mierda.. Las paredes aún tienen algunas salpicaduras de su sangre. Lo último que desearía hacer ahora sería entrar en esa bañera..
- Túmbate en la bañera y levanta tus pies todo lo que puedas. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Jessi, por favor. Te juro que no me volveré a quejar mas de la leñera. - Suplicó aún mas asustado.
- Es pequeña y acogedora, se está muy bien allí. Por favor, Jessi, me gustaría volver ya a la leñera, por favor. - Suplicó preocupado y sin poder evitar temblar.
- Hazlo. - Dijo mientras le quitaba el seguro a la pistola sin sacarla aún de su chaqueta.
- Voy. - Dijo mientras subía sus pies por encima de su cabeza y la miraba asustado.
- Muy bien, eso está mucho mejor. - Dijo mientras le esposaba un tobillo a la barra de la ducha tirando de el hacia arriba.
El vio las esposas cerrarse sobre sus tobillos y se puso a temblar descontrolodamente.
- Jessi, por favor.. Vuelve a esposar mis muñecas. Te prometo que no te molestaré en nada. Pero deja que me mueva, no me esposes a la bañera, por favor..
- Jessi, por favor.. Por favor.. - Suplicó aún mas asustado.
- Vamos, no tienes de que preocuparte. Te hacía falta estirar un poco las piernas, ¿verdad?.
- Claro, Jessi. Seguro que en esta postura estaré muchísimo mejor.
- Tan solo te hace falta tener cuidado de no golpear tu cabeza contra la bañera, no sea que te hagas daño. - Dijo mientras acariciaba un martillo que había sobre el lavabo.
Joder.. No le basta con amenazarme con la pistola. Aún le parece poco. Mierda de martillo. No me fío nada de ella, pero.. Después de ser tan sumamente gilipollas de dejar que me esposase a la barra de la bañera.. ¿Que coño importa lo que haga ahora?. Definitivamente no hay persona alguna sobre la faz de la tierra que pueda ser mas imbécil que yo. ¿Como he podido ser tan estúpido?. Cuando se empeñó en cachearme debería haberme negado o haber vuelto a la leñera.. Joder.. Si seré gilipollas.. Con lo bien que estaba yo en la leñera..
- ¿Quieres que te ayude en algo mas?. Tu solo dímelo y lo haré. - Dijo mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.

- Claro, Jessi. Es una buena idea. - Dijo mientras estiraba los brazos con sus manos entrelazadas y miraba con aprensión las esposas que colgaban en el borde de la bañera.
- Jessi, por favor. Trata de no apretarlas demasiado. Sabes que no me iré a ninguna parte.
- Lo sé. - Dijo mientras cerraba las esposas aprisionando sus muñecas sin miramientos.
- Jessi, por lo que mas quieras, díme porque me has traído aquí, por favor.
- En realidad yo no te he traído.. Has venido hasta aquí por propia voluntad, ¿verdad?.
- Tienes razón, Jessi. Me pediste que te acompañase hasta aquí y eso he hecho.
- Y también dije que te ayudaría en lo que pudiese, y eso haré.
- Pero.. ¿Como podría ayudarte sin poderme mover?. - Dijo con voz ya temblorosa.
- Me serás muy útil, ya lo verás. - Dijo sonriendo, mientras apagaba la luz y cerraba la puerta a sus espaldas.
El se encogió todo lo que le permitían sus esposas dando un fuerte tirón y se echó a llorar.
No puede ser.. Debo estar equivocado.. Ella no está loca.. Tiene que haber algún motivo lo suficientemente razonable como para que haya actuado de una forma tan descabellada. Seguro que tan solo pretende registrar la leñera a fondo y no se le ocurrió ninguna otra forma de tenerme controlado el tiempo necesario para hacerlo. Si es que, estoy paranoico. Siempre se me ocurren tonterías.. ¿Porque iba a querer hacerme daño?. No tiene ningún sentido.. Es mi estúpida imaginación.. Seguro que acarició el martillo sin darse cuenta.. O eso, o solo quería gastarme una broma.. Es la única explicación razonable que se me ocurre..
Un rato después..
El yacía aún inconsciente sobre la cama totalmente ajeno a lo que sucedía a su alrededor.
De pronto un dolor lacerante le hizo recuperar la consciencia.
Intento moverse, pero no pudo realizar el menor movimiento, estaba fuertemente encadenado a la cama y tenía los ojos vendados.
- Jessica - Logró apenas susurrar con la voz tan ronca que apenas se le entendía.
- No trates de hablar, reserva tus fuerzas. Te harán falta.
- Para, por dios.. Para. - Sollozó dolorido.
“¿Porque no me pegas un tiro?. Acaba conmigo de una vez por todas.. Ten un poco de humanidad. No hay un maldito hueso, en todo mi cuerpo que no me duela. ¿Que necesitas aun para acabar conmigo?. ¿Acaso no he sufrido ya bastante?.”
- Ahhhhhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor mientras el bisturí atravesaba su ingle y penetraba poco a poco en su cuerpo, volviendo a salir unos centímetros mas allá haciendo un pequeño recorrido y trazando una curva en su maltrecho cuerpo.
- Perfecto. - Dijo mientras pasaba una cadena por la abertura atravesaba su cuerpo y le ataba con ella.
Cuando volvió en si, le había quitado la venda de los ojos.
- Dios.. dios.. Dios mío, Jessi. Mátame, por favor. Hazlo ya. - Suplicó aterrado al ver su piel trenzada con cadenas al somier, atravesada una y otra vez por gruesas cadenas.
- Deberías de agradecerme que haya tenido compasión de ti, y te haya atado al somier cuando estabas inconsciente.
- Perdóname, Jessi, por favor. No se lo que digo..
- Gracias.. Pero.. me duele mucho.. - Balbuceó entre gemidos de dolor.
- ¿Me dejarás descansar un rato?. Por favor, Jessi, apenas puedo soportar el dolor. Tan solo un momento, por favor.- Dijo en un hilo de voz.
- Me parece bien, te hace falta relajarte un poco. Pero será mejor que antes cuidemos tu garganta. - Dijo mientras cogía el tubo de encima de la mesa.
- No me pongas el tubo, por favor. No diré nada, por favor, Jessi. - Dijo entre lloros.
- Te hace falta, ya verás porqué. - Dijo mientras le introducía el tubo por la garganta hasta casi dejarle casi sin resuello.
El tubo le obligaba a tener el cuello estirado casi en un ángulo recto, a mirar tan solo al techo, le daba arcadas, le impedía articular sonido alguno y le hacía respirar con dificultad.
“Dios.. No podré aguantar mas dolor.. Sea lo que sea lo que piense hacerme será insufrible. Lo que mas deseo en este mundo es dejar de sufrir. Tan solo eso. No seguir sufriendo.. Algo tiene que suceder para que esto se termine. Ojalá me asfixie con el maldito tubo, sería tan dulce ir adormeciéndome poco a poco y no volver a despertarme. ¿Ni en eso tendré suerte?. Dios.. Que falle en algo y me mate ya.. Solo quiero dejar de sentir tanto dolor. Tan solo eso.. ¿Es acaso tanto pedir?..”
- Ahora trata de relajarte todo lo que puedas, respira hondo y piensa en algo bonito.
“No puedes estar hablando en serio.. ¿Quién podría relajarse en semejantes circunstancias?. Solo con el dolor que me causan estas malditas cadenas atravesando mi cuerpo ya bastaría para no dejar de chillar durante horas. Pero se demasiado bien que tu no te detendrás ahí.. Jamás te detendrás..”
“Cuando me hablas con tanta dulzura y amabilidad. Me dan escalofríos.. No se que será lo que pretendes, pero.. mas me valdría estar muerto. Tu voz aterciopelada ya no me engaña, Jessi. Haz de una maldita vez lo que sea..”

domingo, 17 de abril de 2011

CAPÍTULO 25 - UN BUEN ESCARMIENTO..






Una a una las falanges de su mano izquierda se fueron rompiendo con la ayuda del cascanueces.
El era incapaz de mover ningún dedo de su mano izquierda, tenía los ojos rojos, y la boca ensangrentada, cuando ella se detuvo y le miró.
- Se ve que no tienes demasiadas ganas de comportarte como debes.
- Si no dejas de quejarte, me veré obligada a usar algo mucho menos suave para que mantengas tu boca cerrada o al menos estés en silencio. Espero que ahora si te haya quedado claro.
El resto de tu muñeca esperará unas horas. - Dijo mientras la esposaba al larguero con brusquedad.
El aulló de dolor antes de desmayarse.
- Sigamos. - Dijo mientras cogía su muñeca derecha y la ataba con delicadeza al larguero de la cama.
- No.. Ahhhhhhhhhh. - Balbuceó aterrado.
- Vamos, no me montes una escena que apenas te he tocado..
“Jessi, por favor.. ¿Que te he hecho yo?. No se me ocurre ningún motivo por el que otra persona tratase así a uno de sus semejantes. Con tanto desprecio, sin mostrar el menor ápice de compasión. Me quejaba de Doug, pero.. Tu eres mucho peor que el. No lo entiendo.. En otro tiempo fuimos mucho mas que amigos, como es posible que de todo aquello ya no quede nada. No solo eso, ni tan siquiera me tratas como a una persona normal..”
“Oh, Jessi.. Cuanto me gustaría que recapacitases y te detuvieses. Aún estamos a tiempo, sino de intentar tener algo en común. Al menos si de irnos cada uno por nuestro lado y tratar de continuar con nuestras vidas..”
“ Se que es imposible, pero.. si te detuvieses aquí aún saldría con vida.. Con secuelas difíciles de explicar, pero vivo..”
- Vamos a adelantar trabajo.. - Dijo mientras cogía su dedo pulgar de la mano derecha y lo situaba dentro de una pesada mordaza de bordes afilados.
El la miró horrorizado y trató de decirle algo, pero las pinzas se clavaron en su maltrecha garganta y tuvo que desistir de su idea y contentarse con abrir la boca y sollozar.
- Verás que divertido es esto. - Dijo mientras giraba poco a poco la manivela oprimiendo su dedo entre ambas piezas de metal.
El chilló aterrado mientras su dedo se rompía y ella seguía aplastando sus huesos fracturados.
- No dejas de interrumpirme y eso no puede ser. - Dijo mientras sacaba de su boca una de las pinzas, para volverla a poner de canto, una pala a cada lado de su mandíbula y el centro posado sobre su encía, de tal forma que cuando cerrase la boca, se la incrustaría por completo en la encía.
- Mmmmmmm. - Chilló asustado, mientras la miraba con ojos suplicantes.
Ella colocó la otra pinza en su mandíbula derecha de la misma forma y volvió a coger la palanca de la mordaza.
- Solo te lo diré una vez. Si me vuelves a interrumpir, te trataré con mas dureza. ¿Ha quedado claro?.
La palanca giró poco a poco, y con un último crujido el hueso de su dedo pulgar se partió cual hoja seca.
El aulló de dolor y no pudo evitar clavarse el borde de las pinzas en sus destrozadas encías y los extremos en su garganta.
- Se ve que necesitas un buen escarmiento. Y te lo voy a dar.
“ Dios.. dios.. dios.. ¿Un buen escarmiento?. ¿Y lo que me ha hecho hasta ahora que fue?. Dios.. Tengo miedo.. No se que es lo que pretende hacerme.. Pero.. Si ella lo llama un buen escarmiento, es para encomendarse al diablo o inclusive a Jack el Destripador antes que a sus delicadas manitas..”
- Me harté de tantos gritos inútiles. - Dijo mientras se iba dando un portazo.
El lloraba aterrado, cuando ella volvió ocultando un objeto a su espalda.
- Trata de estarte muy quieto, porque esto no lo he hecho nunca y no quisiera hacerte mas daño que el preciso.
El asintió con la cabeza visiblemente nervioso.
Ella le empezó a introducir un grueso tubo por la boca y dejo que resbalase por su maltrecha garganta, cada vez mas y mas abajo. Creo que ya ha llegado a su sitio. - Dijo mientras le sacaba ambas pinzas de la boca.
El tosió aterrado e intentó balbucear, pero solo consiguió que saliese de su boca un grito gutural.
- Si creo que está en su sitio.. - Dijo volviendo a colocar ambas pinzas, cuidando de no aplastar el tubo.
- Probemoslo. - Dijo mientras ponía su dedo corazón en la mordaza y comenzaba a aplastarlo.
Un grito apagado salió de su garganta, mientras se echaba a llorar.
Una ultima vuelta a la manivela y su hueso crujió antes de romperse saliendo varios fragmentos al exterior.
Entonces vio con horror que había un grueso alambre calentando sobre el hornillo y se estremeció.
- Muy bien, ahora muy quieto y en un momento habré terminado. Como te muevas y me rompas el tubo te lo haré tragar.
El miró con aprensión el alambre casi al rojo que ella introducía en su garganta a través del tubo.
De pronto un dolor lacerante le atravesó la garganta y se desmayó.
Cuando volvió en si, no tenía las pinzas ni el tubo y ella había cerrado la ventana.
- Arrggggggggg - Jessi, intentó decir, pero no pudo articular ninguna palabra.
Entonces lo comprendió todo y se echó a llorar aterrado.
- Argggggggg - Intentando hablar, de nuevo sin resultado.
“ Dios mío.. Eso pretendías.. Dejarme completamente mudo. No se si llegaré a recuperar la voz, pero algo me dice que moriré antes de saber si las lesiones que has provocado son temporales o irreversibles.”
- No te preocupes, si necesitas decirme algo, te bastará con escribirlo. - Dijo mientras le miraba sonriente y agarraba su dedo anular.
El la miró con tristeza y bajó la cabeza.
“Claro que si, Jessi. Con ambas muñecas rotas y ningún dedo sano. Seguro que escribiré de maravilla. Dudo mucho que siquiera pudiese tocar las teclas de un pc. Ni siquiera la pantalla táctil de un móvil. Las yemas de mis dedos hace días que están destrozadas. Muchas gracias, Jessi. Por no dejarme ni siquiera despedirme de ti. Ya nunca podré decirte nada. Ni a ti, ni a nadie..”
Su último dedo sano crujió antes de romperse al ser aplastado con la mordaza, pero ella continuó apretando la manivela hasta aplastar el hueso aún mas.
- Vaya.. Hay que ver que rojos tienes los ojos. Será mejor que les eche un poco de colirio, no quisiera que cogieses una infección.
El movió la cabeza de un lado a otro negándose y dando cabezazos con todas sus fuerzas a la almohada.
“ Por lo que mas quieras, Jessi. Ponme cuantas vendas quieras, pero no me eches de nuevo ese maldito colirio. No me gustaría dejar este mundo mudo, y encima totalmente ciego. No puedes hacerme eso..”
- Tranquilo y deja de moverte. - Dijo mientras se le acercaba y se sentaba sobre su pecho.
- Hoy no entiendes las cosas, es una auténtica pena.
- No me has dejado otro remedio, lo siento por ti. - Dijo mientras posaba el frasco del colirio y cogía el eter.
- No te lo mereces, pero te haré dormir un rato, al menos hasta que estés listo.
El la miró horrorizado mientras intentaba en vano apartar la cabeza de la mascarilla impregnada en eter.
“Dios mio.. si va ha hacer lo que pienso que hará. Que no vuelva a despertarme. Por favor.. Por favor.. Acaba conmigo de una vez..”
Poco a poco se fue quedando sin sentido, mientras miraba el techo y deseaba con todas sus fuerzas no tener que volver a despertarse.
Lentamente su maltrecho cuerpo se fue relajando, hasta que quedó totalmente sin sentido y su respiración se hizo lenta y pausada.
Ella le echó el colirio en ambos ojos, tras lo cual se los vendó con cuidado y salió de la habitación.
Joder.. ¿Que rayos le estará haciendo?. Chilla como si le estuviese matando.. Sea lo que sea que le esté haciendo no me gustaría tener nada que ver con ello. Divertirme un rato a su costa, aún cuando fuese con dureza es reprobable pero está bien...
Pero de lo que yo le hice a lo que ella ya hizo y lo que probablemente esté haciendo.. Uf.. A estas alturas creo que habría sido mejor que me hubiese ido en mitad de la ventisca. Si antes era difícil sacar el coche, ahora estoy por asegurar que será totalmente imposible.. Y claro, como además nadie sabe que estoy aquí salvo mis compañeros de apuesta.. ¿Compañeros?. Bueno, se podrían definir así, pero no conozco a ninguno personalmente, ni tan siquiera he cruzado un par de palabras con ellos. Simplemente hemos pujado juntos, y yo gané.. A estas alturas preferiría estar en mi casa viendo el streaming sin tener que preocuparme de nada, y que fuese otro el que estuviese aquí. ¿Porqué he tenido que ganar?. Después de ganarles, pagar el precio y casi echarlo todo a perder. No creo que estén demasiado contentos conmigo.. Sé que son capaces de cualquier cosa con tal de ver satisfechos sus mas oscuros deseos. Les importa bien poco traspasar cuantos limítes se les pongan por delante. Imposible pedirles ayuda. Se reirían de mi. ¿Y ella?. Peor aún, seguro que sigue cabreada conmigo por casi haberle roto su “juguete”. Un par de minutos mas que hubiese tardado en llegar y el ya no estaría vivo. Mierda.. Aquí vuelve de nuevo..
Doug temblaba asustado cuando la escucho llegar.
La puerta chirrió al abrirse produciendo un gran estrepito en el silencio de la noche.
- ¿Has descansado o prefieres seguir ahí?.
- Hola, Jessi. He descansado muy bien, gracias. - Mintió sin demasiada convicción.
- Me alegro de que estés tan a gusto. - Dijo riéndose.
¿A gusto?. Francamente no se me ocurre absolutamente ningún otro lugar en el que pudiese haber estado mas incómodo.. Pero será mejor que no trate de cabrearla de nuevo. No tengo ni idea de hasta donde estaría dispuesta a llegar, ni la menor gana de saberlo..
- Quizás deberías seguir ahí otro rato ya que están tan cómodo.
- Como quieras, Jessi. - Dijo mientras miraba al suelo e intentaba disimular su enfado.
Mierda.. Seguro que después de una respuesta tan estúpida me deja aquí. Y con razón.. Pero estoy tan cansado que no se me ocurrió nada lo bastante inteligente que decirle.. Si seré estúpido..
- Sal de ahí. Vamos.
Menos mal.. Ya casi no aguantaba mas en este infecto ahujero..
- Claro, Jessi. Voy.
De nuevo volvemos a la misma habitación en que todo comenzó.. De nuevo le veré. Lo que no se es en que condiciones se encontrará. Pero, debo hacer lo posible por intentar disimular mi asombro y haya hecho lo que sea, tratar de no correr al inodoro a soltar la primera papilla.. No. De ninguna manera debo de parecer todo lo fuerte, firme y seguro que sea capaz de aparentar.. No puedo dejar que de ninguna forma sepa la verdad. Eso sería mi final.. Como demuestre la menor flaqueza estoy acabado.

sábado, 9 de abril de 2011

CAPÍTULO 24 - GRITOS EN LA NOCHE..






-Ya está, Jessi. ¿Que quieres que haga ahora?. ¿Te ayudo en algo mas?.
- Si, ahora te irás a descansar un ratito, donde no me molestes.
- Jessi, por favor. Haré solo lo que me pidas. Te juro que no te molestaré. - Suplico preocupado.
- Necesitas descansar. - Dijo mientras le miraba seria.
- Tienes razón, me hace falta un descanso. - Dijo mientras ponía sus manos a la espalda y sostenía el extremo de las esposas con las palmas de sus manos hacia arriba.
Ella cerró las esposas con fuerza y le obligó a darse la vuelta.
- Si quieres me quedo aquí y le vigilo. Te avisaré si se despierta y sabes que no podría hacerle ningún daño aunque quisiera.
- Creo que sigue nevando. -Dijo mientras le miraba aun mas seria.
Joder.. De nuevo la he enfadado.. Pero, si no he hecho nada.. O al menos no he hecho nada desde que salí de la leñera.
- ¿Donde quieres que vaya o que quieres que haga?. Solo dímelo y lo haré.
- Camina. Vamos. - Dijo mientras le daba un empujón.
- Voy. - Dijo mientras la miraba cabizbajo.
Mierda.. De nuevo me lleva a la leñera, seguro. Y odio estar encerrado. Si por lo menos dejase de nevar, podría irme. Pero no, la tormenta no amaina y el coche cada vez es mas difícil moverlo. Si es que no está totalmente cubierto por la ventisca. Eso suponiendo que la máquina quitanieves funcionase, porque o mucho me equivoco o estamos aislados por la nieve. ¿Quién coño iba a subir a despejar un camino que apenas conduce a un par de cabañas o refugios de montaña?. Nadie, y menos cuando habrá mil carreteras mas importantes de las que preocuparse. ¿Porque habré insistido en que me dejase quedarme?. Debería haberme ido tras la sesión. A fin de cuentas, fue breve, pero intensa y compensó con creces el dinero invertido.. Pero no, quería mas. Ese es mi problema, siempre quiero mas. Y al final, pasó lo que tenía que pasar. Todo se me fue de las manos.. El furor del momento, o quizás los tragos de whisky a destiempo, hayan tenido algo que ver. Seguro que si. No me di cuenta de que me estaba pasando de la raya.. Normal que se haya enfadado conmigo. No era para menos. Pero.. ¿Que podía hacer yo?. Luego, una cosa llevó a la otra y.. Ahora solo puedo plegarme a sus deseos e intentar no enfadarla mas de lo que ya está, o por lo menos hasta que deje de nevar y pueda irme y olvidarme de lo que ha sucedido..
A estas alturas preferiría no haber tenido nada que ver con esto, con lo que pasó ni mucho menos con lo que está a punto de ocurrir.
Joder.. Lo sabía, ya estamos de nuevo en la cocina. Y la leñera sigue abierta. Maldita sea mi suerte.. No quiero ir a la puñetera leñera..
- Jessi, por favor. No lo hagas.
- ¿Que no haga el que?.
- No me metas en la leñera, por favor. Seguro que puedo ser mas útil para ti aquí fuera. Algo tiene que haber que yo pueda hacer. Lo que sea. Piénsalo, por favor.
- Siéntate en el suelo y entra sin hacer escándalo.
- Pero.. Jessi.. - Dijo mientras resoplaba y la miraba preocupado.
- Claro que si. No te preocupes. Ya lo hago. ¿Dónde iba a estar yo mejor que encerrado en una leñera?.
- ¿Podrías quitarme las esposas mientras esté en la leñera?. Por favor, Jessi. - Dijo mientras entraba.
- Si te molestan las esposas túmbate de costado o boca abajo y no se te clavarán.
- Claro, Jessi, eso haré. Gracias por preocuparte. - Dijo mientras la angosta puerta se cerraba con un crujido.
Como no.. No podía ser de otro modo.. De nuevo encerrado en la leñera.
Unos gemidos apagados rompieron el silencio en la fría noche blanca, pero ella dormía plácidamente ajena a todo.
Poco a poco los gemidos fueron subiendo de intensidad, hasta el punto de que despertó sobresaltado.
Joder.. Se ha despertado y debe de estar rabiando de dolor. Sin duda que está chillando a pleno pulmón. ¿A que espera para ir a verle?. Hasta yo iría a verle si no estuviese encerrado en la leñera. Esos quejidos me taladran los oídos.. Haría lo que fuese con tal de que se callase ya. Inclusive matarle y terminar de una vez por todas con su penosa existencia. Sería hasta algo humanitario.
Maldita sea, por si no me bastase con estar encerrado, debo de aguantar sus gritos, esta noche acabará convirtiéndose en una pesadilla. Casi sin poderme mover, esposado, encerrado en este inmundo ahujero y soportando sus gritos sin poder hacer absolutamente nada para callarle.
- Jessi.. Jessi. - Chilló preocupado.
- Jessi, por favor. Ven. - Chilló
- Jessi, ven. Por Dios, ven.. - Sollozó asustado.
“ Jessi.. ¿Dónde estás?. ¿Dónde te has ido?. No puedes haberme hecho esto e irte como si tal cosa, ¿verdad?. Ni tan siquiera puedo quitarme la venda de los ojos.. Ni apenas moverme. ¿Que podría hacer con las muñecas encadenadas?. Nada en absoluto. Lo único que puedo hacer es tratar de aguantar el dolor y llamarte. Confiando en que te apiades de mi y me des algo para el dolor. ¿O ni tan siquiera harás eso por mi?.”
- Jessi.. - Chilló
- Jessi, por favor.. - Sollozó.
- Jessi. - Sollozó ya casi sin fuerzas.
Sollozaba asustado y completamente agotado cuando se quedó dormido.
Por fin se ha callado. Ahora solo hace falta que logre encontrar una postura que no sea demasiado mala y tratar de dormir un poco. Estoy tan cansado..
Horas después.
El se revolvía inquieto y sollozaba sin llegar a despertarse, cuando ella entró y abrió la ventana de par en par para que entrase un poco de aire fresco.
Cogió con suma delicadeza su mano izquierda, la posó sobre la cama, tapando el resto de su cuerpo salvo la cabeza con una sabana blanca, y ató su muñeca al larguero de la cama con suavidad para que no se despertase y le quitó la venda de los ojos.
Luego cogió su dedo corazón y lo apretó con fuerza con el cascanueces quebrando su falange proximal en varios fragmentos.
- Ahhhhhhhhhhh. -Aulló de dolor, ya completamente despierto mientras la miraba.
- Jessi, por Dios. Por lo que mas quieras. No sigas, por favor. - Suplicó aterrado.
- Trata de estar tranquilo, y no hagas esto mas difícil de lo que es.
- Jessi, por favor..
- No lo hagas. - Chilló aun mas asustado mientras veía como su dedo corazón era de nuevo aprisionado por el odioso cascanueces.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Chilló mientras su segunda falange se partía en varios trozos.
- ¿Que te había dicho?.
- No.. no lo sé, Jessi. - Dijo sollozando.
- Creo haberte dicho que estés mas relajado. ¿Recuerdas?.
- Si. - Dijo entre lloros.
- Espero no tener que repetirtelo o tendrás mucho de lo que arrepentirte. ¿Está claro?.
- Perdóname, Jessi, por favor. - Suplicó apesadumbrado.
- Te juro que intentaré con todas mis fuerzas complacerte. De verás, haré todo lo que pueda. - Dijo aterrado.
- Se que lo harás. - Dijo mientras acariciaba sus cabellos.
- Ten un poco de compasión conmigo, Jessi. - Suplicó cabizbajo.
- Piensalo un poco, por favor.
- ¿De veras te hace falta ser tan violenta conmigo?. ¿Que podría hacer ya para molestarte?. Ni tan siquiera me puedo mover. Me tienes por completo en tus manos. Hagas lo que hagas, no podría impedirtelo aunque quisiera. Entonces.. ¿Porque tienes que ser tan ruda conmigo?.
- Respira hondo y relajate. - Dijo mientras destrozaba su tercera falange.
- Ahhhhhhhhhhhhhh. - Chilló incapaz de contenerse.
- Se ve que en realidad no entiendes las cosas cuando te las explican..
- Lo.. Lo siento, Jessi. - Balbuceó asustado mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.
- No te preocupes, entiendo que hasta cierto punto no puedas evitar quejarte.
- Oh, muchas gracias, Jessi. Sabía que no podías ser tan dura conmigo. - Suspiró aliviado.
- Ahora.. Tu tendrás que entender que yo te he avisado ya varias veces y que tu desconsiderado comportamiento no debe quedar sin el debido castigo, ¿Verdad?.
- Si, Jessi. Lo entiendo. - Dijo mientras se le anegaban los ojos de lágrimas y la miraba con pavor.
Temblaba de pies a cabeza cuando se le acercó con unas pinzas de ensalada completamente abiertas y le acarició el cuello con la mano.
- Tienes dos opciones, puedes hacer esto fácil o ponerme las cosas todo lo difíciles que quieras. Pero al final el resultado será el mismo.
- De ti depende que el dolor sea mas profundo o menos.
- No jueges mas conmigo, Jessi, por favor. - Suplicó entre lloros.
- No trates de endulzarme las cosas. Se que te diga lo que te diga no servirá de nada.
- Así que dime que quieres que haga y si está en mi mano, trataré de complacerte en todo lo que pueda.
- Abre bien la boca y trata de estar todo lo calmado que puedas.
- ¿No me dirás al menos que me vas ha hacer?. - Dijo mientras la miraba aterrado.
- Te voy a ayudar a que seas un poco mas razonable. Verás como así se te quitan las ganas de andar interrumpiendo todo lo que hago. - Dijo mientras le miraba seria.
El sollozaba aterrado e incapaz de hacer lo que le pedía.
“Dios mio. ¿Que hago ahora?. Si abro la boca se que me hará mucho daño. Sea lo que sea que haya pensado hacerme, me dolerá horrores, estoy seguro. Pero.. Si la mantengo cerrada, me la abrirá por la fuerza y aun será peor para mi. Ninguna de las dos alternativas es buena. Haga lo que haga se que saldré perdiendo. Dios.. dios, dios.. ¿Cuando se terminará esta maldita pesadilla?.. “
- Hagamoslo difícil, pues.. - Dijo mientras le tapaba la nariz para obligarle a abrir la boca que el obstinadamente se empeñaba en cerrar con fuerza.
El abrió la boca para tomar una bocanada de aire y en ese instante ella le colocó las pinzas cerradas en la mandibula con el extremo rozando su garganta.
El consiguió no sin esfuerzo cerrar la mandibula apretando las pinzas con fuerza con sus doloridas encias, mientras ella se daba la vuelta y pellizcando ligeramente su garganta.
El dolor le hizo abrir la boca de par en par, momento que ella aprovechó para situar otra pinza idéntica en el otro lado de su mandibula.
El lloró aterrado mientras la miraba con ojos suplicantes.
- ¿Ves lo que pasa cuando no sabes comportarte?.
El asintió con la cabeza, mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.
- Sigamos.. Si no me interrumpes dejaré tu garganta tal cual está. Espero que por tu bien sepas comportarte.
El asintió preocupado, mientras un escalofrío le recorría la espalda.
Ella cogió su dedo anular y lo apretó con el cascanueces mientras el se retorcía de dolor y se clavaba ambas pinzas en la garganta.
“ Dios mío.. Se propone destrozarme por completo. A este paso no va a dejarme ni un hueso sano. ¿Que digo huesos?. No ya los huesos sino que todo mi cuerpo. Ni tan siquiera saldrá bien librada mi garganta. Ni mi boca, ni nada.. Cada vez que aprieto las pinzas, me hago daño en mis pobres encías y para colmo, pellizco mi garganta. Y lo peor es que no puedo evitar hacerlo una y otra vez, mientras ella va partiendo todos mis dedos con toda la lentitud de la que es capaz.. “
“ Jessi, por dios.. Algo tiene que haber que te haga detenerte. Algo debe de suceder para que no continues. Una llamada, un mensaje, una mención.. Lo que sea. No sigas por favor.. “
Ella cogió el cascanueces y lo apretó sobre su dedo anular fragmentando la tercera falange de su dedo anular.
El ahogó un grito en su maltrecha garganta, clavandose de nuevo las pinzas, mientras desvíaba la mirada y giraba la cabeza hacia la pared.