- Jessi, por favor, por favor. ¿Que has querido decir con eso?. Díme algo por favor, Jessi.
- Jessi, por favor. No te vayas. - Chilló asustado
Ella se fue cerrando la puerta a sus espaldas sin molestarse en responderle ni mucho menos en volver la vista atrás para mirarle, mientras le oía chillar histérico.
El lloró mientras intentaba forcejear con sus muñecas.
Nada.. Por mas que intenté forcejear, no lograré nada. Mi muñeca izquierda está fuertemente esposada, ni siquiera puedo moverla dentro de las esposas. ¿Porqué me la habrá esposado con tanta fuerza?.
Y la muñeca derecha mejor ni la muevo, los dedos o mucho me equivoco o están rotos y la muñeca con ese dardo clavado me duele horrores.. Pero.. ¿Porque tiene que ser tan cruel conmigo?.
Si salgo de esta jamás volveré a jugar a los dardos, todos esos puñeteros dardos atravesando mi piel.. Joder con los dardos, me duele todo el cuerpo y debo de tener un aspecto horrible con los dardos clavados. Y no solo no le importa, sino que además pretendía que pusiese buena cara en las fotos.
Aún lloraba cuando escuchó abrirse la puerta y la vio, su imagen seguía borrosa, y los ojos aún le escocían, pero desde cerca casi veía perfectamente.
- Jessi, por favor, solo díme que pretendes.
- Vamos a divertirnos un poco.
- Se me apetece jugar otra partida a los dardos. Pero antes te echaré un buen vistazo. - Dijo mientras cogía el martillo y se le acercaba.
- Nooooooooooooooo. Por favor, por lo que mas quieras.
- Suelta eso, Jessi, te lo ruego.
- Me alegra ver que vas recuperando la vista poco a poco, eso lo hará mas divertido.
- Jessi, no lo hagas. Sea lo que sea no lo hagas, por favor.
Ella cogió el martillo y dio un fuerte martillazo sobre el dardo de su muslo, estallando el plástico.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh - Chilló antes de desmayarse.
- Si serás desconsiderado.. Me has roto el dardo. ¿Como pretendes que juguemos otra partida si vas por ahí rompiendo los dardos?.
- Yo yo.. lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Titubeó aterrado.
Ostias, pedazo de golpe. No solo ha roto el dardo de mierda, sino que incluso en eso tengo mala suerte. Joder.. no podía haberse roto y caer al suelo los trocitos.. Pues no.. ni siquiera eso, el jodido dardo se ha roto y se me han clavado varios trocitos.. Eso sin contar la ostia que me acaba de dar con el martillo..
No me entra en la cabeza por más que lo pienso que alguien pueda ser tan bestia con otro ser humano.. No, no lo entiendo.. Por Dios. ¿Porque coño no aprieta el gatillo de una maldita vez si es que eso es lo que quiere?. ¿A que fin seguir haciéndome sufrir inútilmente?. Me está destrozando los nervios, escucho cualquier ruido y doy un salto, la veo venir y tiemblo.. No dejo de llorar y suplicarle sin el menor resultado.. Pero, vamos a ver.. ¿Que quiere aun de mí?. Nada hay que pueda hacer o decir para complacerla. Entonces que sentido tiene todo esto..
- Espérame aquí, ahora mismo vengo, necesitas algo para que no se rompan los dardos..
- Pero.. pero.. Jessi. - Dijo llorando mientras se derrumbaba en la silla.
Ella salió y ni se molestó en cerrar la puerta, la escuchó hacer ruidos, como si rebuscase, el solo podía llorar e hipar, estaba aterrado.
Mierda.. ¿Que habrá ido a buscar?. Espero que se trate del revolver.. No podría soportar otro martillazo. No, no puede ser tan cruel. Tiene que quedar algo de humanidad escondida en lo más profundo de su alma. Algo de lo que tuvimos. Algo ha de haber en ella. Algo que haya que me trate un poco mejor, un atisbo de humanidad. Un poco de compasión, algo ha de seguir ahí.. No puede odiarme tanto. Debo de intentar una vez mas hacerla entrar en razón, me consta que es buena persona..
La vio entrar con la caja de herramientas en la mano y supo que algo iba mal, actuaba con precipitación, y la posó en el suelo casi de golpe, el gres de suelo resonó en la habitación, mientras el lloraba.
- Jessi, te veo preocupada. ¿Que te ocurre?. ¿Puedo ayudarte en algo?.
- Todo está tal cual debería, salvo que he recibido malas noticias.
- Tendré que darme un poco mas de prisa, pero no te preocupes, tengo tiempo de sobra para ocuparme de ti. - Dijo con frialdad.
- ¿Puedo preguntarte que te ha ocurrido?. Quizás pueda ayudarte o darte algún consejo.
- Nada hay que pudieras hacer. Limítate a poner la mejor cara posible. Con que queden bien los vídeos y fotos será suficiente.
- Pero.. pero.. Jessi.
- Háblame por favor, por lo que una vez hubo entre nosotros.
- Tu mismo lo has dicho.. Lo hubo, pero ya no lo habrá jamás. Nada hay, pues, de que hablar.
- Y ahora, basta de perder el tiempo.. - Dijo mientras cogía un trapo y lo empapaba en alcohol.
- ¿Que vas a hacer con eso?. Jessi, por favor.. Háblame, díme lo que me vas ha hacer, por lo que mas quieras. Jessiiiiiiiiii. - Chilló aterrado
- Abre la boca o te será mucho peor.
- Nooooooooooooooooo - Chilló aterrado y completamente fuera de si, mientras no le quitaba ojo a la caja de herramientas.
- Estás teniendo un ataque de pánico. Trata de calmarte. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada.
- Noooooooooooooooooooo - Chilló histérico.
- Cállate, no pienso repetirtelo más. - Dijo mientras le daba una ostia.
- Noooooooooooo, noooooooooooooooo. - Chilló
- Está bien, tu lo has querido.. - Dijo mirándole furiosa.
El seguía sin reaccionar, cuando ella le dio una fuerte patada en sus huevos. El intentó encoger sus piernas, y les dio un fuerte tirón a sus pies, desmayandose del dolor.
Cuando despertó, le estaba mojando con el agua helada procedente del teléfono de la ducha.
- Bueno, ya era hora de que volvieses en si, tampoco tengo toda la tarde.
- Perdoname, por favor. No pretendía molestarte.
- ¿No te habrás enfadado conmigo, verdad que no?.
- Abre la boca todo lo que puedas.
- No me hagas mas daño, por favor, Jessi. - Dijo mientras la obedecia y abría la boca temblando.
Será mejor que haga lo que me diga. Nada gano con llevarle la contraria. Aún me duelen los huevos, la próxima patada que me de asi de bestia y a la que se descuide me envia al otro barrio. Dios.. Jamás habría imaginado que una persona pudiese llegar a ser tan bestia con otras. Y mucho menos, ella. Jamás la creí capaz de semejante brutalidad.
Aún no sé porque me asusté tanto, jamás me había pasado nada parecido, perdí completamente el control sobre mis actos, fue algo horrible. Sabía que se iba a cabrear y que me las haría pasar canutas, pero.. no pude detenerme..
Mierda, ahora seguro que me las hará pasar aun mas putas que antes, por contrariarla, igual creyó que intentaba desafiarla, ya ni sé lo que habrá pensado, ni siquiera se porque me importa aún tratar de no contrariarla. Como si eso, fuese a servir para nada o a cambiar nada.. Pero, que se le va a hacer.. Ella me importa..
Y sin embargo, por mas que lo intenté, fui incapaz de reaccionar de otro modo. Me quedé como bloqueado. Solo espero que no vuelva a sucederme nunca, jamás había pasado peor rato en toda mi vida. Creo que fue aún peor que cuando me dió el martillazo.. Horrible..
Y ahora ese trapo empapado en alcohol.. Mierda, no se que pretende, pero si me quiere asfixiar, tiene que haber mejores de hacerlo. Que se yo lo que pretende.. Dios, ojalá lo supiera.
- Como se te ocurra morderme será lo último que hagas. - Dijo mientras empujaba una y otra vez el trapo, introduciendoselo poco a poco en la boca.
Le daban arcadas y temblaba asustado, mientras continuaba empujando el trapo hacia su garganta.
De pronto se detuvo y le miró.
- ¿Puedes respirar, verdad?. - Dijo mientras le miraba curiosa.
El asintió con la cabeza, tenía la mandibula casi desencajada y lloraba de nuevo.
Oh, Jessi, si al menos pudiera decirte algo.. Me duele la mandibula, y las nauseas son continuas, y luego ese sabor que me quema la boca.. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?.
Ella cogió la botella de alcohol y empapó de nuevo el trapo, sin sacarlo de su boca.
El tosió asustado mientras la miraba con ojos suplicantes.
- Después me agradecerás que haya sido tan magnánima contigo, ya lo verás. - Dijo mientras le sonreía.
¿Magnánima?. ¿Acaso se ha vuelto completamente loca?. Casi me ahoga con el puñetero trapo, me obliga a beber alcohol puro y.. ¿Se cree magnánima?. Si esto es tener compasión, espero no tener que averiguar jamás a que se referira con no tenerla. Dios, hasta en eso tengo mala suerte.. Tanta gente que se ahoga hasta con una simple miga de pan, y yo que me mete esa cosa por la garganta y no me pasa absolutamente nada..
Tanta gente que le dan una patada fuerte en los huevos y no lo cuenta y yo aquí estoy, como si no hubiese ocurrido nada.. Joder.. ¿Porque?. ¿No tendré suerte ni tan siquiera en eso?. ¿No me podrá dar un ataque al corazón?. Algo, lo que sea, ya que ella no se decide a terminar conmigo.. ¿No tendré siquiera suerte en eso?. Ya he perdido las escasas esperanzas con que contaba, ahora mismo solo estoy cansado.. Estoy tan cansado de todo.. Ya solo pienso en que termine lo que coño quiera hacer y yo pueda descansar.. Algo tiene que haber.. Algo tiene que suceder para que yo pueda al fin descansar.. Tan solo eso, solo deseo que termine con esto de una vez por todas..
Ella abrió la caja de herramientas, y la colocó con cuidado sobre el labavo, el la miró y un escalofrio recorrió su espalda.
- Voy a soltar tu muñeca derecha, aprovecha para moverla un rato, porque será la última vez que la muevas tal cual está ahora. - Dijo mientras le soltaba.
La improvisada mordaza cumplió a la perfección su labor y ahogó sus gritos de terror, mientras veía como ataba su muñeca a un listón de madera que colocó sobre el apoyabrazos de la silla.
No puede ser.. Noooooo. Debo estar equivocado. No puede pretender volver a golpearme con el martillo. No puede ser tan cruel. No hay nadie que sea tan cruel. Mierda.. Que esté equivocado, por favor.. Tengo que estarlo.. Pero no. No lo estoy. Maldita sea..
No puede ser.. Está cogiendo el maldito martillo... Joder, el martillo otra vez.. Y no solo eso.. ¿Que coño tiene en la otra mano?. ¿Una punta?. Dios.. dios.. dios.. No puede pretender clavarme una punta. ¿O si?.
El corazón me va a mil, esté sería un momento perfecto para que se parase, o al menos para que me desmayase.. Lo que sea, necesito algo que me haga evadirme de aquí aunque sea unos minutos.. Tan solo eso..
El se agitó en la silla e intentó forcejear, sabía que no tenía la menor oporturnidad de lograr evitar el martillazo, pero no podía evitar moverse e intentar escapar con las escasas fuerzas de que disponía.
- Mmmmmmmmmmm - Chilló aterrado
El martillo dió un golpe secó a la punta que se clavó con fuerza en el listón, no sin antes atravesar su dedo indice.
El se quedó completamente blanco, y la miró con ojos desorbitados, sin poder dar crédito a lo que veía.
Dios.. diosss, lo ha hecho.. Maldita sea.. ¿Acaso su crueldad no tiene limites?. ¿Porque?... Joder... ¿Porque?..
El estaba empapado de sudor y la miraba con ojos suplicantes, esperando ver en sus ojos verdes algún rastro de compasión, algún atisbo de bondad, alguna señal de que se detendría.
Temblaba asustado, y fuera de si cuando la vió acercarse.
- mmmmmmmmmmmm - Resonó su grito aterrado a través de la mordaza.
- Jessi, por favor. No te vayas. - Chilló asustado
Ella se fue cerrando la puerta a sus espaldas sin molestarse en responderle ni mucho menos en volver la vista atrás para mirarle, mientras le oía chillar histérico.
El lloró mientras intentaba forcejear con sus muñecas.
Nada.. Por mas que intenté forcejear, no lograré nada. Mi muñeca izquierda está fuertemente esposada, ni siquiera puedo moverla dentro de las esposas. ¿Porqué me la habrá esposado con tanta fuerza?.
Y la muñeca derecha mejor ni la muevo, los dedos o mucho me equivoco o están rotos y la muñeca con ese dardo clavado me duele horrores.. Pero.. ¿Porque tiene que ser tan cruel conmigo?.
Si salgo de esta jamás volveré a jugar a los dardos, todos esos puñeteros dardos atravesando mi piel.. Joder con los dardos, me duele todo el cuerpo y debo de tener un aspecto horrible con los dardos clavados. Y no solo no le importa, sino que además pretendía que pusiese buena cara en las fotos.
Aún lloraba cuando escuchó abrirse la puerta y la vio, su imagen seguía borrosa, y los ojos aún le escocían, pero desde cerca casi veía perfectamente.
- Jessi, por favor, solo díme que pretendes.
- Vamos a divertirnos un poco.
- Se me apetece jugar otra partida a los dardos. Pero antes te echaré un buen vistazo. - Dijo mientras cogía el martillo y se le acercaba.
- Nooooooooooooooo. Por favor, por lo que mas quieras.
- Suelta eso, Jessi, te lo ruego.
- Me alegra ver que vas recuperando la vista poco a poco, eso lo hará mas divertido.
- Jessi, no lo hagas. Sea lo que sea no lo hagas, por favor.
Ella cogió el martillo y dio un fuerte martillazo sobre el dardo de su muslo, estallando el plástico.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh - Chilló antes de desmayarse.
- Si serás desconsiderado.. Me has roto el dardo. ¿Como pretendes que juguemos otra partida si vas por ahí rompiendo los dardos?.
- Yo yo.. lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Titubeó aterrado.
Ostias, pedazo de golpe. No solo ha roto el dardo de mierda, sino que incluso en eso tengo mala suerte. Joder.. no podía haberse roto y caer al suelo los trocitos.. Pues no.. ni siquiera eso, el jodido dardo se ha roto y se me han clavado varios trocitos.. Eso sin contar la ostia que me acaba de dar con el martillo..
No me entra en la cabeza por más que lo pienso que alguien pueda ser tan bestia con otro ser humano.. No, no lo entiendo.. Por Dios. ¿Porque coño no aprieta el gatillo de una maldita vez si es que eso es lo que quiere?. ¿A que fin seguir haciéndome sufrir inútilmente?. Me está destrozando los nervios, escucho cualquier ruido y doy un salto, la veo venir y tiemblo.. No dejo de llorar y suplicarle sin el menor resultado.. Pero, vamos a ver.. ¿Que quiere aun de mí?. Nada hay que pueda hacer o decir para complacerla. Entonces que sentido tiene todo esto..
- Espérame aquí, ahora mismo vengo, necesitas algo para que no se rompan los dardos..
- Pero.. pero.. Jessi. - Dijo llorando mientras se derrumbaba en la silla.
Ella salió y ni se molestó en cerrar la puerta, la escuchó hacer ruidos, como si rebuscase, el solo podía llorar e hipar, estaba aterrado.
Mierda.. ¿Que habrá ido a buscar?. Espero que se trate del revolver.. No podría soportar otro martillazo. No, no puede ser tan cruel. Tiene que quedar algo de humanidad escondida en lo más profundo de su alma. Algo de lo que tuvimos. Algo ha de haber en ella. Algo que haya que me trate un poco mejor, un atisbo de humanidad. Un poco de compasión, algo ha de seguir ahí.. No puede odiarme tanto. Debo de intentar una vez mas hacerla entrar en razón, me consta que es buena persona..
La vio entrar con la caja de herramientas en la mano y supo que algo iba mal, actuaba con precipitación, y la posó en el suelo casi de golpe, el gres de suelo resonó en la habitación, mientras el lloraba.
- Jessi, te veo preocupada. ¿Que te ocurre?. ¿Puedo ayudarte en algo?.
- Todo está tal cual debería, salvo que he recibido malas noticias.
- Tendré que darme un poco mas de prisa, pero no te preocupes, tengo tiempo de sobra para ocuparme de ti. - Dijo con frialdad.
- ¿Puedo preguntarte que te ha ocurrido?. Quizás pueda ayudarte o darte algún consejo.
- Nada hay que pudieras hacer. Limítate a poner la mejor cara posible. Con que queden bien los vídeos y fotos será suficiente.
- Pero.. pero.. Jessi.
- Háblame por favor, por lo que una vez hubo entre nosotros.
- Tu mismo lo has dicho.. Lo hubo, pero ya no lo habrá jamás. Nada hay, pues, de que hablar.
- Y ahora, basta de perder el tiempo.. - Dijo mientras cogía un trapo y lo empapaba en alcohol.
- ¿Que vas a hacer con eso?. Jessi, por favor.. Háblame, díme lo que me vas ha hacer, por lo que mas quieras. Jessiiiiiiiiii. - Chilló aterrado
- Abre la boca o te será mucho peor.
- Nooooooooooooooooo - Chilló aterrado y completamente fuera de si, mientras no le quitaba ojo a la caja de herramientas.
- Estás teniendo un ataque de pánico. Trata de calmarte. - Dijo mientras le daba una fuerte bofetada.
- Noooooooooooooooooooo - Chilló histérico.
- Cállate, no pienso repetirtelo más. - Dijo mientras le daba una ostia.
- Noooooooooooo, noooooooooooooooo. - Chilló
- Está bien, tu lo has querido.. - Dijo mirándole furiosa.
El seguía sin reaccionar, cuando ella le dio una fuerte patada en sus huevos. El intentó encoger sus piernas, y les dio un fuerte tirón a sus pies, desmayandose del dolor.
Cuando despertó, le estaba mojando con el agua helada procedente del teléfono de la ducha.
- Bueno, ya era hora de que volvieses en si, tampoco tengo toda la tarde.
- Perdoname, por favor. No pretendía molestarte.
- ¿No te habrás enfadado conmigo, verdad que no?.
- Abre la boca todo lo que puedas.
- No me hagas mas daño, por favor, Jessi. - Dijo mientras la obedecia y abría la boca temblando.
Será mejor que haga lo que me diga. Nada gano con llevarle la contraria. Aún me duelen los huevos, la próxima patada que me de asi de bestia y a la que se descuide me envia al otro barrio. Dios.. Jamás habría imaginado que una persona pudiese llegar a ser tan bestia con otras. Y mucho menos, ella. Jamás la creí capaz de semejante brutalidad.
Aún no sé porque me asusté tanto, jamás me había pasado nada parecido, perdí completamente el control sobre mis actos, fue algo horrible. Sabía que se iba a cabrear y que me las haría pasar canutas, pero.. no pude detenerme..
Mierda, ahora seguro que me las hará pasar aun mas putas que antes, por contrariarla, igual creyó que intentaba desafiarla, ya ni sé lo que habrá pensado, ni siquiera se porque me importa aún tratar de no contrariarla. Como si eso, fuese a servir para nada o a cambiar nada.. Pero, que se le va a hacer.. Ella me importa..
Y sin embargo, por mas que lo intenté, fui incapaz de reaccionar de otro modo. Me quedé como bloqueado. Solo espero que no vuelva a sucederme nunca, jamás había pasado peor rato en toda mi vida. Creo que fue aún peor que cuando me dió el martillazo.. Horrible..
Y ahora ese trapo empapado en alcohol.. Mierda, no se que pretende, pero si me quiere asfixiar, tiene que haber mejores de hacerlo. Que se yo lo que pretende.. Dios, ojalá lo supiera.
- Como se te ocurra morderme será lo último que hagas. - Dijo mientras empujaba una y otra vez el trapo, introduciendoselo poco a poco en la boca.
Le daban arcadas y temblaba asustado, mientras continuaba empujando el trapo hacia su garganta.
De pronto se detuvo y le miró.
- ¿Puedes respirar, verdad?. - Dijo mientras le miraba curiosa.
El asintió con la cabeza, tenía la mandibula casi desencajada y lloraba de nuevo.
Oh, Jessi, si al menos pudiera decirte algo.. Me duele la mandibula, y las nauseas son continuas, y luego ese sabor que me quema la boca.. ¿Como puedes ser tan cruel conmigo?.
Ella cogió la botella de alcohol y empapó de nuevo el trapo, sin sacarlo de su boca.
El tosió asustado mientras la miraba con ojos suplicantes.
- Después me agradecerás que haya sido tan magnánima contigo, ya lo verás. - Dijo mientras le sonreía.
¿Magnánima?. ¿Acaso se ha vuelto completamente loca?. Casi me ahoga con el puñetero trapo, me obliga a beber alcohol puro y.. ¿Se cree magnánima?. Si esto es tener compasión, espero no tener que averiguar jamás a que se referira con no tenerla. Dios, hasta en eso tengo mala suerte.. Tanta gente que se ahoga hasta con una simple miga de pan, y yo que me mete esa cosa por la garganta y no me pasa absolutamente nada..
Tanta gente que le dan una patada fuerte en los huevos y no lo cuenta y yo aquí estoy, como si no hubiese ocurrido nada.. Joder.. ¿Porque?. ¿No tendré suerte ni tan siquiera en eso?. ¿No me podrá dar un ataque al corazón?. Algo, lo que sea, ya que ella no se decide a terminar conmigo.. ¿No tendré siquiera suerte en eso?. Ya he perdido las escasas esperanzas con que contaba, ahora mismo solo estoy cansado.. Estoy tan cansado de todo.. Ya solo pienso en que termine lo que coño quiera hacer y yo pueda descansar.. Algo tiene que haber.. Algo tiene que suceder para que yo pueda al fin descansar.. Tan solo eso, solo deseo que termine con esto de una vez por todas..
Ella abrió la caja de herramientas, y la colocó con cuidado sobre el labavo, el la miró y un escalofrio recorrió su espalda.
- Voy a soltar tu muñeca derecha, aprovecha para moverla un rato, porque será la última vez que la muevas tal cual está ahora. - Dijo mientras le soltaba.
La improvisada mordaza cumplió a la perfección su labor y ahogó sus gritos de terror, mientras veía como ataba su muñeca a un listón de madera que colocó sobre el apoyabrazos de la silla.
No puede ser.. Noooooo. Debo estar equivocado. No puede pretender volver a golpearme con el martillo. No puede ser tan cruel. No hay nadie que sea tan cruel. Mierda.. Que esté equivocado, por favor.. Tengo que estarlo.. Pero no. No lo estoy. Maldita sea..
No puede ser.. Está cogiendo el maldito martillo... Joder, el martillo otra vez.. Y no solo eso.. ¿Que coño tiene en la otra mano?. ¿Una punta?. Dios.. dios.. dios.. No puede pretender clavarme una punta. ¿O si?.
El corazón me va a mil, esté sería un momento perfecto para que se parase, o al menos para que me desmayase.. Lo que sea, necesito algo que me haga evadirme de aquí aunque sea unos minutos.. Tan solo eso..
El se agitó en la silla e intentó forcejear, sabía que no tenía la menor oporturnidad de lograr evitar el martillazo, pero no podía evitar moverse e intentar escapar con las escasas fuerzas de que disponía.
- Mmmmmmmmmmm - Chilló aterrado
El martillo dió un golpe secó a la punta que se clavó con fuerza en el listón, no sin antes atravesar su dedo indice.
El se quedó completamente blanco, y la miró con ojos desorbitados, sin poder dar crédito a lo que veía.
Dios.. diosss, lo ha hecho.. Maldita sea.. ¿Acaso su crueldad no tiene limites?. ¿Porque?... Joder... ¿Porque?..
El estaba empapado de sudor y la miraba con ojos suplicantes, esperando ver en sus ojos verdes algún rastro de compasión, algún atisbo de bondad, alguna señal de que se detendría.
Temblaba asustado, y fuera de si cuando la vió acercarse.
- mmmmmmmmmmmm - Resonó su grito aterrado a través de la mordaza.