viernes, 19 de agosto de 2011

CAPITULO 38 - SONRISA DE HIELO..





- No te preocupes y trata de estar tranquilo. En un rato habré terminado. ¿No querrás estropearme la grabación, verdad?. - Dijo mientras acariciaba con suavidad las ahujas clavadas en su ojo derecho.
- Ahhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Lo siento, Jessi. No quería molestarte. - Dijo asustado.
- Lo se. Tratas de comportarte como debes, pero no siempre lo consigues.. - Dijo mientras acariciaba de nuevo las ahujas.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Chilló aun mas asustado.
El la miró aterrado y tembló.
- Pero no te preocupes. Aquí estoy yo para ayudarte a que no olvides que si sigues viviendo es solamente por mi generosidad y porque confió en ti. Pese a que a veces me decepcione tu desconfianza. - Dijo mientras encendía el hornillo.
- No lo hagas, por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- ¿Te asusta el hornillo?. No debes tenerle miedo, el hornillo está aquí única y exclusivamente para que te encuentres mejor. Pero, no te impacientes, antes de que lo uses te vendrá bien refrescarte un poco mas. - Dijo mientras le inyectaba de nuevo agua helada en el riñón.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor.
- Lo ves. La fiebre te está bajando.. En un rato te encontrarás mucho mejor.. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Si, Jessi. Seguro que estaré mejor. - Dijo deprimido.
Estaré mucho mejor, tanto que probablemente, de bien que me encuentre será la última vez que siquiera me encuentre. Conseguirás que no vuelva a encontrarme ni bien ni mal. Estoy seguro de que no aguantaré mucho mas. Cada vez me encuentro peor. Mucho peor, siempre peor.. No recuerdo haberme encontrado nunca tan mal..
Pero tu sigue divirtiéndote, no te detengas. No sea que se te estropeé la diversión y te des cuenta de lo que estás haciendo.. No sabes lo que haces, y cuando lo sepas ya será tarde para arrepentirte porque yo ya no estaré aquí. Y tendrás que cargar con esto sobre tu conciencia el resto de tu vida..
Otra vez esa maldita ahuja.. De nuevo me vas a atravesar hasta las entrañas. De nuevo ese insufrible dolor.. Dios mío.. ¿Cuando se acabará esta maldita pesadilla?..
- Esto es mil veces mejor que el aire acondicionado. Verás como te refresca. - Dijo mientras le inyectaba de nuevo agua helada en el riñón.
- Ahhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras palidecía.
- Animo tu temperatura ya es casi normal.. En cuanto baje  un poco mas podrás usar el hornillo. Seguro que te mueres de ganas por probarlo. - Dijo riéndose.
- Jessi, por favor. Por favor. - Suplicó asustado.
- Vamos, deja ya de gimotear que apenas si te he tocado. ¿Se puede saber que te pasa?. Te estoy tratando con delicadeza y aun te quejas. - Dijo mientras le guiñaba un ojo y sonreía.
- No me pasa nada, Jessi. Perdona si te he molestado. Pero, es que me duele mucho. ¿No podrías darme aunque solo fuese un calmante?.  Algo que me haga estar un poco mas confortable mientras haces lo que sea. Por favor, Jessi. Dame un calmante. No te pido que me dejes inconsciente, aunque sería preferible antes que seguir aguantado este dolor atroz. Pero si por favor me dieses algo que hiciese que sintiese menos el dolor. Significaría mucho para mí. Por favor, Jessi. Por favor.. - Suplicó asustado.
- Vamos trata de calmarte y no me hagas una escena. Se van a creer que te pasa algo.. - Dijo mientras posaba un tenedor de trinchar sobre el hornillo encendido.
- Dios mío, Jessi. ¿Que vas ha hacer con eso? ¿Que me vas ha hacer?. - Dijo mientras la miraba con los ojos desorbitados.
- Tranquilo, vamos. Aquí no pasa nada. No hay nada que deba preocuparte. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos.
- Pero.. pero, Jessi. Como voy a estar tranquilo.. Si tu.. tu.. - Dijo entre sollozos.
- Vamos, trata de pensar en otra cosa. No será tan terrible como crees. - Dijo sonriendo.
- ¿Que?. ¿Que vas a hacerme?. - Dijo mientras la miraba horrorizado.
- Deja de llorar. Vamos.. Sabes que hago lo mejor para ti. Y que procuro que estés lo mas cómodo posible. Te trato con cariño y hasta me preocupo por ti. Y tu como me lo pagas. Portándote como un niño caprichoso. ¿Te parece que eso es justo?. - Dijo mientras le acariciaba de nuevo los cabellos.
- Lo siento mucho, Jessi. No pretendía molestarte. Perdóname, por favor. Intentaré no molestarte. Pero.. si no lo consigo prométeme que no te enfadarás conmigo. Por favor, Jessi. No soportaría verte enfadada. - Dijo preocupado.
- Ya casi no tienes fiebre. Es hora de que entres un poco en calor. - Dijo mientras se ponía los guantes ignífugos.
- Jessi, por favor. Por favor. No lo hagas, por favor. - Suplicó aterrado mientras ella cogía el tenedor de trinchar.
- No, no. No.. - Chilló al verla acercarse con el tenedor al rojo en la mano.
- Otra cosa.. Hagamos esto un poco mas divertido.. No te voy a amordazar, ni siquiera te volveré a poner el tubo salvo que haga falta para el final.. Pero.. Solo te lo diré esta vez. Como escuche el menor grito la primera vez que chilles pintaré tus labios con un cuchillo al rojo.. La siguiente vez haré algo un poquitín mas fuerte y así sucesivamente. Hasta que al final supliques tu muerte. Se que lo harás.  - Dijo riéndose.
Es hora de empezar.. Verás como te diviertes. - Dijo riéndose.
El la miró con ojos desorbitados y mordió sus labios aterrado.
Dios mío, Jessi. ¿Como puedes decir semejante monstruosidad con una sonrisa?. Siempre esa sonrisa malvada. Si, lo es. Tu sonrisa de hielo es malvada.. No tienes corazón y acaso nunca lo has tenido. Me torturas e incluso te permites atormentarme. ¿Que crees que podría hacer para evitar chillar mientras me vas a ensartar con un hierro al rojo?. Nadie conseguiría no chillar. ¿Que pretendes que haga?. Por Dios, Jessi.
- Empecemos suave, con delicadeza.. No hace falta apresurar las cosas. - Dijo mientras le clavaba el tenedor de trinchar en su mano izquierda.
- Ahhhhhhhh. - Chilló de dolor incapaz de contenerse.
- Perdóname, Jessi. Por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Quedarán preciosos, ya lo verás. - Dijo riéndose mientras se le acercaba con un cuchillo al rojo.
- Por favor. Por favor. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Vamos no dramatices.. Con lo bonitos que van a quedar. - Dijo mientras sujetaba sus labios muy abiertos con una mano, y con la otra les acercaba el cuchillo hirviendo.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. - Chilló de dolor mientras la miraba horrorizado.
- Ya está y casi ni te has enterado.. - Dijo riéndose.
El sollozó asustado mientras la miraba sin poder dar crédito a lo que veía.
- Será mejor que cuidemos esos labios. Parecen un poco resecos. - Dijo mientras se le acercaba con la jerguilla llena de agua helada.
- Están bien, Jessi. Por favor. Por lo que mas quieras, déjalos como están. Por favor. - Suplicó aterrado.
- Vamos, hay que cuidarlos un poco. Les vendrá bien refrescarse, ya lo verás. - Dijo mientras le inyectaba agua helada en los labios.
- Ahhhhhhhhhhhh. - Aulló de dolor antes de desmayarse.
Un rato después..
El volvió en si y la miró.
- Jessi, por favor. Por favor. Por favor. Por favor.. No me hagas daño, por favor. - Suplicó lloroso.
- Tranquilo.. Vamos, no tienes de que preocuparte. Si apenas te he tocado.. - Dijo mientras retiraba el tenedor de trinchar ya frío de su mano izquierda.
El lloró asustado pero consiguió no chillar.
- Jessi. ¿Porque me odias tanto?. ¿No te parece que ya he sufrido demasiado?. ¿Hasta donde quieres llegar?. Por Dios, Jessi. Ten un poco de piedad y no me hagas sufrir mas. Tan solo eso, por favor. No te pido mucho, ni tan siquiera suplicaré por mi vida. Se que probablemente tenga ya lesiones que me harían imposible sobrevivir. Si por lo menos te apiadases un poco de mi y dejases de torturarme. Díme que al menos lo pensarás, por favor. Jessi, por favor.
- Lo siento por ti. Créeme si te digo que siento mucho que estés en semejantes circunstancias. Siento mucho que te encuentres mal y que te duela, pero es la única forma de hacerlo. Si hubiese otra forma de hacer las cosas sin que sufrieses, créeme que lo haría. Pero no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Es imposible. Debes tratar de aguantar de la mejor manera que puedas e intentar tener un poco de paciencia. Trato de hacer las cosas con la máxima delicadeza posible e intento cuidarte con cariño. Me preocupo por ti, procuro que te encuentres bien, y estés lo mas cómodo posible. Procuro con todos los medios a mi alcance que no te falte nada y que tengas cuanto necesites. Y aun protestas y te quejas de mi amabilidad. Eres un desagradecido. Si, un desagradecido que no valora la suerte que tiene de estar bajo mis cuidados y de que te trate con tanto cariño.
- Quizás debería empezar a tratarte tal cual mereces y dejarme de contemplaciones. Ya que no solo no agradeces mis desvelos, sino que además te permites incluso exigir. ¿Te parece que eso es justo?. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. No pretendía molestarte. No pienso con claridad. Por favor, lo último que querría sería enfadarte. - Dijo preocupado.
- Perdóname, por favor. Se que te preocupas por mi e intentas tratarme bien. Pero.. Compréndeme, por favor. Jessi. Estoy al limite de mis fuerzas. Llevas horas o días atormentándome, no me dejas ni un triste minuto de descanso..
- Por Dios, Jessi. ¿Como quieres que esté?. ¿Harías algo por mi?. Por favor, por favor.. Necesito saber que piensas hacer conmigo. Jessi, por favor. Te lo suplico, díme algo. Lo que tu quieras, pero háblame, por favor.
- Pero.. ¿Cuando he dejado yo de hablar contigo?. Con el cariño que te trato. - Dijo mientras le acariciaba los cabellos y sonreía.
- Vamos, tienes que intentar tranquilo.. No te conviene estresarte en exceso. Piensa un momento. ¿Que ganarías con ponerte mas nervioso de lo que estás?. - Dijo mientras sujetaba cuidadosamente su cabeza con mas cinta de embalar.
El se echó a llorar y tembló asustado.
- ¿Se puede saber porque lloras ahora?.
- Lo siento, Jessi. Pero.. pero.. ¿Como quieres que esté tranquilo mientras me atas aun mas fuerte la cabeza. Eso lo único que puede significar es que estás a punto de.. de..
- Vamos, vamos.. No se te ocurra montar otra escena. Aquí no pasa nada que deba de preocuparte. ¿verdad que no?. - Dijo riéndose.
- No Jessi, no pasa nada. Ese es el problema. Aquí nunca pasa nada agradable. Y yo nunca se que piensas hacer conmigo. Ese es el problema. Si al menos supiese lo que me va a ocurrir. Quizás podría intentar hacerme a la idea e intentar prepararme para lo inevitable. - Dijo entre sollozos.
- Está bien.. Por esta vez y sin que sirva de precedente,  te diré lo que te va a ocurrir.. Se que me arrepentiré de habértelo dicho y que probablemente no sea buena idea, pero.. Te lo diré solo para que veas, y seguro que estarás de acuerdo conmigo, con que lo último que querrías sería conocer lo que te va a suceder.. - Dijo riéndose.
- Dios mio, Jessi. ¿Tan terrible es lo que me vas ha hacer que tienes que dar mil rodeos e intentar dorarme la píldora?. Dímelo sin tapujos, por favor. Sea lo que sea, ya nada creo que vaya a asombrarme. - Dijo preocupado.
- Esta bien, te lo diré con mi delicadeza habitual, eso si, no quiero escuchar ni un grito. ¿Estamos?.
- Lo intentaré, Jessi. - Dijo aun mas preocupado.
- Estoy a punto de operarte y extraer un bonito souvenir del interior de tu cuerpo. Y el único propósito del souvenir, aparte del obvio que es, hacerte sufrir tal cual mereces. Es comprobar como te encuentras, y que medidas debo adoptar para salvaguardar tu integridad física el mayor tiempo posible. Siento decírtelo de ese modo, pero es así.
- Dios, dios, dios.. Dios mio, Jessi. No puedes estar hablando en serio.. - Dijo aterrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario