- ¿Que estás haciendo, Jessi?.. Contéstame por favor..
- Te alegrará saber que el cuchillo ya está preparado. Es mas, tengo listo todo lo necesario.
- Jessi, por favor. No lo hagas. Por favor, no.
- Noooo. - Chilló al verla acercarse con el cuchillo al rojo en sus manos enguantadas.
El cuchillo contaba con un grueso mango, pero debía proteger sus manos.
- Nooooooooooo. Chilló completamente fuera de si.
- Es cierto. No. Me faltan las gafas de seguridad. - Dijo mientras cogía las gafas y se las ponía con una mano.
- Dios. Dios.. Dios mío, Jessi. No lo hagas, por favor. Por favor, no.
- Jessi, dime algo, por favor. Concédeme tan solo unos minutos. Déjame hablar un poco contigo.
- Sabes que eso no es posible. Está todo preparado y no tengo tiempo que perder en estúpidas charlas. Eso solo me retrasaría.
- Pero, Jessi, tan solo te estoy pidiendo unos minutos. Por favor, solo quiero hablar un poco contigo.
- No insistas, no tengo tiempo que perder en tonterías. - Dijo mientras volvía a colocar la hoja del cuchillo sobre el hornillo para que se calentase.
«Dios mío.. Nada de lo que le digo le sirve.. Dios.. Dios.. Dios. Oh, cuanto quisiera poder irme de aquí. Me gustaría tanto que ya todo hubiese terminado.. A estas alturas lo único que quiero es que se termine todo, morirme y dejar de sufrir de una vez. ¿Es acaso mucho pedir?. ¿Es tan difícil que entienda que soy una persona?. No le pido mucho, tan solo que me trate con un poco de humanidad. Tan solo eso.. Pero no, quiere hacerme esa salvajada estando totalmente consciente, y aún mas.. Pretende hacerlo con un cuchillo eléctrico al rojo. No lo quiero ni pensar.. O mucho me equivoco o no tendrá la menor precisión.. Dios.. Me va a destrozar.. No ya mis pies que pretende justo amputarlos, sino las piernas.. Si cuando haya terminado no he tenido la enorme suerte de haberme muerto, desearé estarlo con todo mi ser. Jessi, por dios.. ¿Tan terrible fue lo que te hice como para que pretendas hacerme semejante salvajada?.»
- Te alegrará saber que lo he pensado mejor.. Las cosas hay que hacerlas bien, no se puede andar improvisando.. Lo siento, pero tendrás que esperar a que vuelva.
- Claro, Jessi, te esperaré todo lo que quieras, no te preocupes.. Ya sabes, que yo no me iré a ninguna parte. - Dijo con tristeza.
«Francamente, aunque mi vida dependiese de ello, no podría llegar ni siquiera hasta el salón. Puedes soltarme o encadenarme, es lo mismo, las fuerzas me fallan, y mi maltrecho cuerpo no responde. Tan solo me queda rendirme ante la evidencia de que jamás volveré a pisar las calles, a sentir las gotas de lluvia empapando mis cabellos, el olor a yerba recién cortada, el viento arrastrando las hojas de los arboles..»
«No, mas me vale tratar de hacerme a la idea de que en realidad mi vida ya se ha terminado.."
La cámara mostraba la imagen de un chico pálido y ojeroso, que temblaba de pies a cabeza. Ni siquiera forcejeaba para tratar de escapar, ni realizaba ninguno de los escasos movimientos que los grilletes le permitían, se limitaba esperar mirando el vacío e incapaz de reaccionar.
Se le veía hundido, apesadumbrado y muy frágil. Como si estuviese a punto de romperse en mil pedazos imposibles de recomponer.
Ella entró y el se la quedó mirando unos segundos, deseando que el tiempo pudiese detenerse en ese preciso instante, para no volver a moverse jamás.
- ¿Que prefieres venda o colirio?.
- Por favor, no. No me vendes los ojos, me gustaría ver lo que me haces. Tan solo eso, por favor, Jessi.
- No, ya estás bastante nervioso. Necesitarás tranquilizarte un poco, y verlo solo haría que te pusieses mas histérico de lo que ya estás. - Dijo mientras le soltaba ambas muñecas.
- Y ahora ponte en pie un momento y túmbate en la bañera.
- Lo intentaré, Jessi.
“Dios.. Casi no puedo sostenerme sobre mis propios pies ni apoyándome en la bañera. Casi no soporto el dolor.. Esto es lo peor de todo. Tener que ayudarla a que me destroce. Pero.. ¿De que serviría que tratase de oponer resistencia?. Absolutamente de nada. Nada podría hacer, mas que enfadarla. Y yo no haré eso..”
El se puso blanco de dolor y se agarró con todas sus fuerzas al borde de la bañera, para no caerse, apoyó la cabeza en la pared y poco a poco se fue escurriendo hasta quedarse acostado en la bañera.
- Muy bien, ahora muévete mas arriba, tu cabeza debe de quedar todo lo atrás que puedas.
- Si, Jessi. Ya lo hago. - Dijo mientras miraba con terror el hornillo de nuevo encendido.
- Levanta tus brazos. Vamos que no tengo todo el día.
- Voy. - Dijo mientras los levantaba y se echaba a llorar asustado.
Ella le esposó las muñecas juntas y unió las esposas a una cadena que las mantendría tirantes sin permitirle ningún movimiento.
- Mucho mejor, ya casi estás listo para empezar.
- Jessi, por lo que mas quieras. No lo hagas. No me hagas esto. - Suplicó aterrado.
- Silencio. No me interrumpas de nuevo o lo haré aun con menos delicadeza.
“Dios.. Dios.. Dios.. Este es el final.. No solo pretende matarme, sino que ni siquiera me permite hablarle.. Será mejor que haga lo que me dice, no quisiera pasar mis últimos momentos con una asquerosa mordaza en la boca.”
Ella colocó un largo tablón sobre la bañera y cogió su pierna derecha por la pantorrilla y comenzó a atarla al tablón, asegurándola con sendos palos gruesos.
El tembló asustado y se echó a llorar mientras la miraba aterrado.
“El mismo tablón.. De nuevo aquel maldito tablón, y como no, el largo palo con el que destrozó mis tobillos. No, no podía ser de otro modo. Todo empezó con un maldito palo cuando traté de escapar y todo terminará con ese palo, solo que esta vez no se limitará a usar un martillo.. Dios, preferiría que me diese mil martillazos antes de que me tocase un solo pelo con el cuchillo eléctrico..”
- Levanta un poco la cabeza. - Dijo mientras se le acercaba con una venda oscura.
- Jessi, por favor. Por lo que mas quieras, no me vendes los ojos, por favor. Déjame verte, tan solo eso. Por favor. - Sollozó asustado mientras permanecía inmóvil.
- Te he dicho que no quiero perder el tiempo con tonterías. - Dijo mientras le cogía cabeza dando un fuerte tirón a sus cabellos.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Suplicó asustado mientras le vendaba los ojos con fuerza.
- Necesitas algo que te tranquilice un poco. - Dijo mientras ponía el tapón y abría el grifo del agua fría.
- Si, Jessi. Si tu lo dices, seguro que me hace falta. - Dijo compungido.
- Trata de descansar, volveré dentro de un momento. - Dijo mientras salía del baño.
- Jessi. - Chilló aterrado mientras intentaba moverse.
El agua poco a poco comenzó a llenar la bañera.
Temblaba de frío, cuando ella volvió y echó un cubo de nieve en la bañera.
- Jessi, por lo que mas quieras, cierra el grifo. El agua ya me llega a la altura de los labios, por favor, Jessi.
- Dime que no me vas a ahogar, por favor, Jessi. - Suplicó aterrado.
- Hay que ver que frío estás. - Dijo mientras cogía su pierna izquierda por la pantorrilla y la ataba al otro lado del palo.
El lloró aterrado mientras el agua le llegaba casi a la nariz.
“Este es el final, no me cabe duda, en pocos instantes mi cabeza quedará sumergida por completo en el agua. Y así ella podrá desmembrarme en vida, sin tener que tomarse la molestia de asesinarme, puesto que si no me desangro, el agua acabará conmigo..”.
“ Mierda de vida, ni siquiera me permitió despedirme de ella, ni siquiera me permitió ver como acaba conmigo. Eso era mucho pedir.. ¿Para que decirme que este era el final?. Empezó tal cual acaba, sin molestarse en darme la menor explicación..”.
"Jessi, por favor.. Hazlo lo mas deprisa que puedas, tan solo eso. Ya casi no me queda aire. Maldita sea mi suerte, en cuestión de minutos me ahogaré en esta jodida bañera.."
El se agitaba tratando en vano de conseguir respirar, cuando ella cogió el cuchillo eléctrico encendido y lo clavo en su pantorrilla izquierda.
El olor a carne quemada impregnó la habitación, mientras ella amputaba su pie, el yacía desmayado en el fondo de la bañera.
El ultimo tirón del cuchillo y su pie se desprendió cual rama seca.
Se apresuro a meter el muñón en un cubo con nieve, y le sacó la cabeza del agua para que respirase.
Tras unos segundos tosió y empezó a recuperar el color, recuperaba y perdía la consciencia una y otra vez.
Ella volvió a posar su cabeza en el fondo de la bañera, el se revolvió inquieto sin llegar a despertarse, mientras ella rebanaba de un golpe su maltrecho tobillo derecho, y metía el muñón rápidamente entre hielo para cortar la hemorragia.
Entonces tiró del tapón de la bañera y le sacó la cabeza del agua.
El seguía inconsciente cuando posó su cabeza en el fondo de la bañera sin agua y vendó sus muñones. Solo entonces le quitó los torniquetes.
Sus piernas adquirieron poco a poco un tono sonrosado.
La puerta de la leñera se abrió, Doug parpadeó mientras la miraba sobresaltado.
- ¿Has descansado?.
- Si, Jessi. He hecho lo único que podía hacer aquí, dormir.
- Dime que me dejarás salir ya, por favor. Te prometo que no te molestaré.
- Aún no he terminado, pero quizás podría dejarte salir un momento para que hagas de porteador.
- Claro que si, Jessi. Haré lo que quieras. Te ayudaré en lo que sea, pero no me vuelvas a meter ahí, por favor.
- Me lo pensaré, no te prometo más.
- Me parece muy bien, Jessi. Pero.. ¿Puedo salir, verdad?. - Dijo mientras la miraba con impaciencia.
- Si, sal y acompañame.
- Claro, Jessi.
Doug la siguió hasta el cuarto de baño y no pronto entró y vio sus pies posados en el suelo al lado de la bañera, se le revolvió el estómago y corrió hacia el inodoro.
- Hay que ver que poco estómago tienes para según que cosas. - Dijo ella riéndose.
- Lo siento, Jessi. No he podido evitarlo, no esperaba verle así.
- Jessi, ¿Puedes quitarme las esposas?. Con ellas puestas dudo mucho que te pueda ser de gran ayuda.
- Es cierto, te estorbarían. - Dijo mientras le soltaba la muñeca izquierda.
- Trata de no hacer movimientos bruscos, esta pistola tiene el gatillo bastante suave.. No quisiera que se me disparase por error.
- Jessi, por favor, guarda el arma, te juro que no haré nada que no me pidas tu antes.
- Y ahora desatale con delicadeza, y cuando hayas terminado le coges en brazos procurando no hacerle daño y me acompañas.
- Claro, Jessi. Lo haré como dices.
Ahora le preocupa no hacerle daño.. Increíble, le corta los pies como quién parte una puerta, y ahora se preocupa de que le coja, casi como si se fuese a romper por el menor golpecito. No, no lo entiendo. Pero ante la prespectiva de que me encierre de nuevo o peor que me dispare porque no hago las cosas a su gusto. Mas me vale que lo haga con la mayor suavidad posible. No quisiera por nada del mundo volver a verla enfadada. Y menos si amenaza con resarcirse con un arma..
- Jessi, disculpa. ¿Podrías darme la llave de sus esposas para soltarme o desenganchar la cadena?.
- Claro, no hay problema. Date la vuelta.
- Voy.
Joder.. No solo no confía en mi en absoluto, sino que.. incluso teme que se la juegue.. Está visto que en el momento en que cometa el menor error, me las hará pagar..
Mientras ella le abría y volvía a cerrar las esposas en sus muñecas, destrabando la cadena, Doug miró al suelo cabizbajo y puso sus manos a la espalda.
- ¿Te sirve así, Jessi?. ¿O quieres que me tumbe en el suelo?. - Dijo Doug preocupado.
- Así está perfecto.
- Gracias, Jessi. ¿Quieres que me de la vuelva o aun no?.
- Si, puedes girarte y cogerle con toda la delicadeza que sepas.
- Claro, Jessi. Lo haré con mucha suavidad, no te preocupes.
El seguía inconsciente y ni protestó cuando le levantó de la bañera, ni mucho menos cuando le posó sobre la cama.
- Te alegrará saber que el cuchillo ya está preparado. Es mas, tengo listo todo lo necesario.
- Jessi, por favor. No lo hagas. Por favor, no.
- Noooo. - Chilló al verla acercarse con el cuchillo al rojo en sus manos enguantadas.
El cuchillo contaba con un grueso mango, pero debía proteger sus manos.
- Nooooooooooo. Chilló completamente fuera de si.
- Es cierto. No. Me faltan las gafas de seguridad. - Dijo mientras cogía las gafas y se las ponía con una mano.
- Dios. Dios.. Dios mío, Jessi. No lo hagas, por favor. Por favor, no.
- Jessi, dime algo, por favor. Concédeme tan solo unos minutos. Déjame hablar un poco contigo.
- Sabes que eso no es posible. Está todo preparado y no tengo tiempo que perder en estúpidas charlas. Eso solo me retrasaría.
- Pero, Jessi, tan solo te estoy pidiendo unos minutos. Por favor, solo quiero hablar un poco contigo.
- No insistas, no tengo tiempo que perder en tonterías. - Dijo mientras volvía a colocar la hoja del cuchillo sobre el hornillo para que se calentase.
«Dios mío.. Nada de lo que le digo le sirve.. Dios.. Dios.. Dios. Oh, cuanto quisiera poder irme de aquí. Me gustaría tanto que ya todo hubiese terminado.. A estas alturas lo único que quiero es que se termine todo, morirme y dejar de sufrir de una vez. ¿Es acaso mucho pedir?. ¿Es tan difícil que entienda que soy una persona?. No le pido mucho, tan solo que me trate con un poco de humanidad. Tan solo eso.. Pero no, quiere hacerme esa salvajada estando totalmente consciente, y aún mas.. Pretende hacerlo con un cuchillo eléctrico al rojo. No lo quiero ni pensar.. O mucho me equivoco o no tendrá la menor precisión.. Dios.. Me va a destrozar.. No ya mis pies que pretende justo amputarlos, sino las piernas.. Si cuando haya terminado no he tenido la enorme suerte de haberme muerto, desearé estarlo con todo mi ser. Jessi, por dios.. ¿Tan terrible fue lo que te hice como para que pretendas hacerme semejante salvajada?.»
- Te alegrará saber que lo he pensado mejor.. Las cosas hay que hacerlas bien, no se puede andar improvisando.. Lo siento, pero tendrás que esperar a que vuelva.
- Claro, Jessi, te esperaré todo lo que quieras, no te preocupes.. Ya sabes, que yo no me iré a ninguna parte. - Dijo con tristeza.
«Francamente, aunque mi vida dependiese de ello, no podría llegar ni siquiera hasta el salón. Puedes soltarme o encadenarme, es lo mismo, las fuerzas me fallan, y mi maltrecho cuerpo no responde. Tan solo me queda rendirme ante la evidencia de que jamás volveré a pisar las calles, a sentir las gotas de lluvia empapando mis cabellos, el olor a yerba recién cortada, el viento arrastrando las hojas de los arboles..»
«No, mas me vale tratar de hacerme a la idea de que en realidad mi vida ya se ha terminado.."
La cámara mostraba la imagen de un chico pálido y ojeroso, que temblaba de pies a cabeza. Ni siquiera forcejeaba para tratar de escapar, ni realizaba ninguno de los escasos movimientos que los grilletes le permitían, se limitaba esperar mirando el vacío e incapaz de reaccionar.
Se le veía hundido, apesadumbrado y muy frágil. Como si estuviese a punto de romperse en mil pedazos imposibles de recomponer.
Ella entró y el se la quedó mirando unos segundos, deseando que el tiempo pudiese detenerse en ese preciso instante, para no volver a moverse jamás.
- ¿Que prefieres venda o colirio?.
- Por favor, no. No me vendes los ojos, me gustaría ver lo que me haces. Tan solo eso, por favor, Jessi.
- No, ya estás bastante nervioso. Necesitarás tranquilizarte un poco, y verlo solo haría que te pusieses mas histérico de lo que ya estás. - Dijo mientras le soltaba ambas muñecas.
- Y ahora ponte en pie un momento y túmbate en la bañera.
- Lo intentaré, Jessi.
“Dios.. Casi no puedo sostenerme sobre mis propios pies ni apoyándome en la bañera. Casi no soporto el dolor.. Esto es lo peor de todo. Tener que ayudarla a que me destroce. Pero.. ¿De que serviría que tratase de oponer resistencia?. Absolutamente de nada. Nada podría hacer, mas que enfadarla. Y yo no haré eso..”
El se puso blanco de dolor y se agarró con todas sus fuerzas al borde de la bañera, para no caerse, apoyó la cabeza en la pared y poco a poco se fue escurriendo hasta quedarse acostado en la bañera.
- Muy bien, ahora muévete mas arriba, tu cabeza debe de quedar todo lo atrás que puedas.
- Si, Jessi. Ya lo hago. - Dijo mientras miraba con terror el hornillo de nuevo encendido.
- Levanta tus brazos. Vamos que no tengo todo el día.
- Voy. - Dijo mientras los levantaba y se echaba a llorar asustado.
Ella le esposó las muñecas juntas y unió las esposas a una cadena que las mantendría tirantes sin permitirle ningún movimiento.
- Mucho mejor, ya casi estás listo para empezar.
- Jessi, por lo que mas quieras. No lo hagas. No me hagas esto. - Suplicó aterrado.
- Silencio. No me interrumpas de nuevo o lo haré aun con menos delicadeza.
“Dios.. Dios.. Dios.. Este es el final.. No solo pretende matarme, sino que ni siquiera me permite hablarle.. Será mejor que haga lo que me dice, no quisiera pasar mis últimos momentos con una asquerosa mordaza en la boca.”
Ella colocó un largo tablón sobre la bañera y cogió su pierna derecha por la pantorrilla y comenzó a atarla al tablón, asegurándola con sendos palos gruesos.
El tembló asustado y se echó a llorar mientras la miraba aterrado.
“El mismo tablón.. De nuevo aquel maldito tablón, y como no, el largo palo con el que destrozó mis tobillos. No, no podía ser de otro modo. Todo empezó con un maldito palo cuando traté de escapar y todo terminará con ese palo, solo que esta vez no se limitará a usar un martillo.. Dios, preferiría que me diese mil martillazos antes de que me tocase un solo pelo con el cuchillo eléctrico..”
- Levanta un poco la cabeza. - Dijo mientras se le acercaba con una venda oscura.
- Jessi, por favor. Por lo que mas quieras, no me vendes los ojos, por favor. Déjame verte, tan solo eso. Por favor. - Sollozó asustado mientras permanecía inmóvil.
- Te he dicho que no quiero perder el tiempo con tonterías. - Dijo mientras le cogía cabeza dando un fuerte tirón a sus cabellos.
- Lo siento mucho, Jessi. Perdóname, por favor. - Suplicó asustado mientras le vendaba los ojos con fuerza.
- Necesitas algo que te tranquilice un poco. - Dijo mientras ponía el tapón y abría el grifo del agua fría.
- Si, Jessi. Si tu lo dices, seguro que me hace falta. - Dijo compungido.
- Trata de descansar, volveré dentro de un momento. - Dijo mientras salía del baño.
- Jessi. - Chilló aterrado mientras intentaba moverse.
El agua poco a poco comenzó a llenar la bañera.
Temblaba de frío, cuando ella volvió y echó un cubo de nieve en la bañera.
- Jessi, por lo que mas quieras, cierra el grifo. El agua ya me llega a la altura de los labios, por favor, Jessi.
- Dime que no me vas a ahogar, por favor, Jessi. - Suplicó aterrado.
- Hay que ver que frío estás. - Dijo mientras cogía su pierna izquierda por la pantorrilla y la ataba al otro lado del palo.
El lloró aterrado mientras el agua le llegaba casi a la nariz.
“Este es el final, no me cabe duda, en pocos instantes mi cabeza quedará sumergida por completo en el agua. Y así ella podrá desmembrarme en vida, sin tener que tomarse la molestia de asesinarme, puesto que si no me desangro, el agua acabará conmigo..”.
“ Mierda de vida, ni siquiera me permitió despedirme de ella, ni siquiera me permitió ver como acaba conmigo. Eso era mucho pedir.. ¿Para que decirme que este era el final?. Empezó tal cual acaba, sin molestarse en darme la menor explicación..”.
"Jessi, por favor.. Hazlo lo mas deprisa que puedas, tan solo eso. Ya casi no me queda aire. Maldita sea mi suerte, en cuestión de minutos me ahogaré en esta jodida bañera.."
El se agitaba tratando en vano de conseguir respirar, cuando ella cogió el cuchillo eléctrico encendido y lo clavo en su pantorrilla izquierda.
El olor a carne quemada impregnó la habitación, mientras ella amputaba su pie, el yacía desmayado en el fondo de la bañera.
El ultimo tirón del cuchillo y su pie se desprendió cual rama seca.
Se apresuro a meter el muñón en un cubo con nieve, y le sacó la cabeza del agua para que respirase.
Tras unos segundos tosió y empezó a recuperar el color, recuperaba y perdía la consciencia una y otra vez.
Ella volvió a posar su cabeza en el fondo de la bañera, el se revolvió inquieto sin llegar a despertarse, mientras ella rebanaba de un golpe su maltrecho tobillo derecho, y metía el muñón rápidamente entre hielo para cortar la hemorragia.
Entonces tiró del tapón de la bañera y le sacó la cabeza del agua.
El seguía inconsciente cuando posó su cabeza en el fondo de la bañera sin agua y vendó sus muñones. Solo entonces le quitó los torniquetes.
Sus piernas adquirieron poco a poco un tono sonrosado.
La puerta de la leñera se abrió, Doug parpadeó mientras la miraba sobresaltado.
- ¿Has descansado?.
- Si, Jessi. He hecho lo único que podía hacer aquí, dormir.
- Dime que me dejarás salir ya, por favor. Te prometo que no te molestaré.
- Aún no he terminado, pero quizás podría dejarte salir un momento para que hagas de porteador.
- Claro que si, Jessi. Haré lo que quieras. Te ayudaré en lo que sea, pero no me vuelvas a meter ahí, por favor.
- Me lo pensaré, no te prometo más.
- Me parece muy bien, Jessi. Pero.. ¿Puedo salir, verdad?. - Dijo mientras la miraba con impaciencia.
- Si, sal y acompañame.
- Claro, Jessi.
Doug la siguió hasta el cuarto de baño y no pronto entró y vio sus pies posados en el suelo al lado de la bañera, se le revolvió el estómago y corrió hacia el inodoro.
- Hay que ver que poco estómago tienes para según que cosas. - Dijo ella riéndose.
- Lo siento, Jessi. No he podido evitarlo, no esperaba verle así.
- Jessi, ¿Puedes quitarme las esposas?. Con ellas puestas dudo mucho que te pueda ser de gran ayuda.
- Es cierto, te estorbarían. - Dijo mientras le soltaba la muñeca izquierda.
- Trata de no hacer movimientos bruscos, esta pistola tiene el gatillo bastante suave.. No quisiera que se me disparase por error.
- Jessi, por favor, guarda el arma, te juro que no haré nada que no me pidas tu antes.
- Y ahora desatale con delicadeza, y cuando hayas terminado le coges en brazos procurando no hacerle daño y me acompañas.
- Claro, Jessi. Lo haré como dices.
Ahora le preocupa no hacerle daño.. Increíble, le corta los pies como quién parte una puerta, y ahora se preocupa de que le coja, casi como si se fuese a romper por el menor golpecito. No, no lo entiendo. Pero ante la prespectiva de que me encierre de nuevo o peor que me dispare porque no hago las cosas a su gusto. Mas me vale que lo haga con la mayor suavidad posible. No quisiera por nada del mundo volver a verla enfadada. Y menos si amenaza con resarcirse con un arma..
- Jessi, disculpa. ¿Podrías darme la llave de sus esposas para soltarme o desenganchar la cadena?.
- Claro, no hay problema. Date la vuelta.
- Voy.
Joder.. No solo no confía en mi en absoluto, sino que.. incluso teme que se la juegue.. Está visto que en el momento en que cometa el menor error, me las hará pagar..
Mientras ella le abría y volvía a cerrar las esposas en sus muñecas, destrabando la cadena, Doug miró al suelo cabizbajo y puso sus manos a la espalda.
- ¿Te sirve así, Jessi?. ¿O quieres que me tumbe en el suelo?. - Dijo Doug preocupado.
- Así está perfecto.
- Gracias, Jessi. ¿Quieres que me de la vuelva o aun no?.
- Si, puedes girarte y cogerle con toda la delicadeza que sepas.
- Claro, Jessi. Lo haré con mucha suavidad, no te preocupes.
El seguía inconsciente y ni protestó cuando le levantó de la bañera, ni mucho menos cuando le posó sobre la cama.